Luis Donaldo Colosio Riojas es hijo del excandidato a la presidencia Luis Donaldo Colosio Murrieta, quien fue asesinado en 1994. El joven político, de 35 años, se perfila como el nuevo alcalde de la capital de Nuevo León. Con una corta pero consistente carrera en la política, el abogado ha conseguido un gran logro al lado de Samuel García, virtual ganador de la gubernatura del estado de norte, ambos por Movimiento Ciudadano.
El abogado egresado del Tec de Monterrey nació en Magdalena de Kino, Sonora, el 31 de julio de 1985 y tiene 35 años. Se casó hace una década con María de la Luz García Luna, a la que conoció en la universidad y con quien tiene dos hijos: Luis Donaldo y María Emilia. A pesar de que durante años expresó su negativa a ejercer un cargo público, desde 2018 es diputado por el cuarto distrito de Nuevo León.
Hace dos años, Revista Clase tuvo un acercamiento con Luis Donaldo Colosio Riojas en su despacho Basave Colosio Sánchez Abogados, en San Pedro Garza García, que tiene junto con Agustín Basave (hijo del exdirigente del PRD, Agustín Basave Benítez), y Manuel Sánchez, donde el joven político nos recibió.
Luis Donaldo fue claro desde un principio: “No me encanta hablar de estos temas”, dijo por teléfono cuando le pedimos una entrevista por la serie que Netflix sacó sobre el atentado contra su padre.
Ya en sus oficinas, en una impresionante casa en una de las mejores zonas de la ciudad, a Colosio se le nota cansado y lo admite. Ha tenido muchísimo trabajo. De inmediato empezamos con las fotos, donde muestra sus poses con las que se siente cómodo. Entre una toma y otra, algunas con la Sierra Madre Oriental de fondo, recibe llamadas de trabajo.
Atendió, además, a su socio Agustín Basave, a quien describe como su hermano, y se enfrascan en una conversación seria. Continuamos con las fotos y posteriormente inició la entrevista en la biblioteca.
El 23 de marzo de 1994, en Lomas Taurinas, Tijuana, el entonces candidato a la presidencia de México por el PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta, fue asesinado a balazos en un mitin, durante su campaña electoral, frente a miles de personas. Tenía 44 años.
La serie de Netflix "Historia de un crimen: Colosio" prometía una perspectiva “nunca antes contada” de este acontecimiento, además de que la historia será mostrada a través de los ojos de la esposa del excandidato, Diana Laura Riojas. Ella falleció ese mismo año, a los 34 años, como consecuencia del cáncer de páncreas que padecía, dejando a sus dos pequeños hijos, Luis Donaldo y Mariana, a cargo de su hermana Hilda Elisa Riojas y su esposo Fernando Cantú, en Monterrey.
(Cortesía)
Luis Donaldo nos contó que nadie lo consultó a él o a su familia sobre la serie y que se enteró de su existencia como todos: por medio de la publicidad de la compañía de streaming.
Al morir Diana Laura Riojas, sus hijos se fueron a vivir a Monterrey, donde había vivido ella, para ser criados por sus tíos maternos: Hilda Elisa Riojas y su esposo Fernando Cantú, y sus primos Fernando y Elisa. Luis Donaldo tenía ocho años y Mariana uno y medio. Ambos estudiaron en el Colegio Americano, uno de los más exclusivos de la ciudad. Mariana, quien ahora tiene 26 años, es quien se ha mantenido más alejada de los reflectores y prefiere llevar una vida más tranquila. Actualmente vive en Jalisco y espera un hijo.
Por su parte, Luis Donaldo nunca estuvo tan lejos de la prensa. Durante su tiempo en el Tec participó en varias obras del área de Difusión Cultural de esta institución, como Sweeney Todd, donde obtuvo el protagónico, así como cantante en el Concierto Ensamble 34 British Invasion. Incluso en 2007 audicionó para el programa de televisión Latin American Idol.
(Cortesía)
¿Cómo fue tu infancia tras la muerte de tu mamá viviendo con tus tíos y primos?, le preguntamos entonces al nuevo alcalde de Monterrey.
"Fue relativamente normal, dentro de lo que cabe. Llegamos a una nueva familia que nos aceptó con los brazos abiertos, con muchísimo amor, sin distinciones entre sus demás hijos. Yo creo que eso nos ayudó mucho a salir adelante. Crecí haciendo un gran vínculo de amor, amistad y de hermandad, aunque suene redundante, pero así fue con mi hermana. Nos hicimos mejores amigos y creo que eso fue algo que me ayudó bastante a seguir adelante, esa relación con ella. Sí, con nuevos hermanos, con mis nuevos padres, pero darle una guía a Mariana también fue un gran apoyo. Ha sido y será siempre una gran bendición para mi vida", nos platicó.
¿Cómo recuerdas a tu papá?, continuamos, y Colosio Riojas contó: "Era una persona seria, pero con nosotros era alegre y cariñoso. Cuando me hablaba en privado, me sentaba frente a él y me decía: 'Vamos a tener una conversación de hombre a hombre'. En ese momento ya no éramos padre e hijo, ya éramos iguales. Teníamos conversaciones profundas sobre alguna situación en casa, alguna lección que me quería impartir. Yo recuerdo y agradezco mucho que me tratara con esa preferencia. Esos pequeños momentos en los que había que ser serio y de hombre a hombre tener una conversación sobre la vida".
(El Universal)
¿Qué más te gustaría que te dijera?
"Simplemente cómo me ve, más allá de cualquier consejo o anécdota. Me gustaría tener una charla para que me dijera si estoy siendo demasiado exigente, demasiado duro o demasiado laxo conmigo mismo", dijo Luis Donaldo Colosio Riojas.
¿Qué recuerdas de cuando te llevó a su toma de protesta como candidato presidencial?
"Me acuerdo que justo antes de firmar, de aceptar formalmente su candidatura, me volteó a ver y me dijo: '¿Sí firmo o no firmo?, ¿sí?, ¿nooo?, sí, bueno sí firmo'. Entonces esos eran los pequeños momentos que mucha gente no ve. No eran muy frecuentes, pero eran muy nuestros".
Ahora que ocupas un cargo público, ¿consideras que hay algo de él en ti?
"Es difícil porque lo conocí muy poco y creo que, en materia política, lo conozco más por lo que he visto, leído o escuchado de las personas. Por lo que he escuchado, tenemos ideas, formas y estilos similares de hacer las cosas. Quizá el romanticismo a veces tan ingenuo de la trascendencia de nuestro trabajo", nos contó en exclusiva.
"A veces quiero ser pragmático y realista de que también lo que hago a lo mejor no es tan trascendental ni notorio para la mayoría de la gente. Hay ideas en donde a lo mejor, de manera ilusa e ingenua, pero siempre muy romántica e idealista, confío en que son pequeños granitos de arena que poco a poco formarán un gran muro que proteja la democracia de este país", agregó.
(El Universal)
De lo que has leído y te han contado, ¿en qué no estarías de acuerdo sobre lo que él hablaba?
"Su insufrible y férreo priismo. Pero yo entiendo y lo respeto porque era la mejor opción que él tenía en su época y esa opción no es lo mismo a lo que es el día de hoy. Él quizá, con esta ingenuidad o romanticismo ilusorio, también trató de transformar a su partido y quizá lo logró de manera momentánea. Pero, al final del día, lo consumió y hasta la fecha hemos visto cuáles han sido los desaciertos que ha tenido, políticamente hablando, este instituto".
Has dicho que, si tu papá viviera, se volvería a morir de ver al PRI actual…
"Al menos sí entraría en una gran tristeza de ver cómo tomó un rumbo completamente distinto al que él le dio en su momento", dijo.
¿Cómo recuerdas el matrimonio de tus padres?
"Era muy afectivo, eran una buena fórmula. Muy afectivos conmigo también".
¿De tu mamá cómo te acuerdas?
"Tierna, muy amorosa, muy entregada a su rol de madre y esposa. Era la jefa de familia, del trabajo. La disciplina profesional que tenía mi padre era tal que realmente ella era la jefa de la familia. Además ejercía un liderazgo fenomenal. A pesar de que también era estricta lo hacía con una dulzura y una manera mucho más tierna, aunque firme. Las formas de mi padre eran a veces un poco más duras, más toscas, y me enseñaron dos estilos diferentes de liderazgo".
¿La recuerdas a ella tras la tragedia? ¿Cómo la enfrentó?
"Con una gran valentía y una fuerza impresionante. De las frases que más me han marcado de por vida fue cuando ella dijo: 'Mi venganza será muy pronto'".
¿Te acuerdas del momento en el que te contaron de la tragedia y te la trataron de explicar?
"Sí me acuerdo muy bien de ambas. Terminé de comprenderlo y procesarlo a lo largo de muchos años, pero sí lo entendí de inmediato".
(El Universal)
Fue en el Tecnológico de Monterrey, cuando cursaban la misma licenciatura, donde Luis Donaldo Colosio Riojas conoció a su esposa, la tamaulipeca María de la Luz García Luna. Él de 23 años, y ella de 22, se casaron el 18 de julio de 2009 en la iglesia Nuestra Señora Reina de los Ángeles, en San Pedro Garza García, y la fiesta fue en el Club Industrial de esta ciudad. Tienen dos hijos: Luis Donaldo, de cinco años, y María Emilia, de cuatro.
En las redes sociales del joven político es común ver las innumerables fotos que comparte con sus niños y los tiernos mensajes que les dedica. No tiene que decir mucho, la cara le cambia radicalmente al hablar de su esposa e hijos y la sonrisa se le ilumina. Su familia es su vida y las partes más bonitas de su semana son las que pasa con ellos.
¿Qué crees que pensarían tus papás de tu esposa?
"¡La amarían!", respondió emocionado.
¿Y de tus niños?
"Se volverían locos. Yo creo que en la vida he cometido y seguiré cometiendo muchas equivocaciones, pero definitivamente mi vida familiar será siempre mi mejor acierto", dijo feliz.
¿Cómo te ha apoyado tu familia en esta nueva faceta como político?
"Creo que no estaría aquí si no fuera por ellos, si no hubiésemos encontrado mi esposa y yo una nueva dinámica de pareja, de apoyo total a las actividades y aspiraciones de cada quien. No es nada más de su parte, sino también de la mía hacia ella: sus actividades, sus gustos y sus pasiones. Sobre todo aprecio mucho cuando ella me jala las orejas y me dice: 'Te estás pasando, por favor. Ven un poquito más a la casa, llega más temprano'".
Y agregó: "Ella se encarga de ponerme en mi lugar y de recordarme que esto lo estoy haciendo por mis hijos, por ella, por mi familia. Que ellos son el epicentro de mi universo, no mi trabajo. Mi trabajo lo hago con mucho gusto, me encanta, me da mucha pila, pero eso es mi vocación. Mi familia es mi vida".
(Cortesía)
Al final del día tus hijos van a ser los que van a llevar el apellido y la herencia…
"El apellido y el nombre no es de mi padre ya. Me pertenece a mí y a ellos se los tengo que entregar mucho mejor de lo que me lo entregaron a mí".
¿Cuál dirías que es el reto más grande que han enfrentado tu esposa y tú?
"A veces nuestras personalidades chocan mucho. Creo que el no perder de vista que nuestro proyecto de vida es juntos y es un trabajo de todos los días. Yo me conozco y no soy una pareja fácil, tengo muchas áreas de oportunidad, pero todo con mucha humildad y con muchas ganas de seguir trabajando en mi persona. Más allá de mi rol como pareja o como padre, va mi rol de ser humano y hay muchas cosas que todavía tengo que trabajar para ir perfeccionando. Jamás seré perfecto. El error estará cuando dejé de trabajar en mi persona y en mi crecimiento como ser humano. A partir de ahí es que puedo hacerle mejor justicia a mi familia, principalmente a mis hijos", dijo a Revista Clase.
Platícanos de tus hijos. ¿Cómo se portan? ¿Qué te gusta hacer con ellos?
"Son muy bien portados, sobre todo Luis Donaldo. Creo que va a ser muy inquieto porque tiene una naturaleza muy curiosa, muy intuitiva. Son de buen corazón, son cariñosos y muy efusivos y juguetones. Les gusta de todo. Por ejemplo, si es un buen día, les gusta hacer alguna actividad al aire libre, ir al parque, ir a pasear a los perritos que tenemos. Si no es un buen día, ir al cine, al centro comercial, pero el chiste es pasar el tiempo juntos. Conocerlos, platicar con ellos, preguntarles qué les gusta, ir a brincar al trampolín. Es muy chistoso estar juntos".
¿Qué es lo que más te ha sorprendido de ser padre?
"Lejos de ser yo el educador que quiero ser para mis hijos, que creo que lo soy hasta cierto punto, ellos me han educado más a mí. Se han convertido en mis dos más grandes maestros en la vida. Me han dado las lecciones más poderosas con esa naturaleza inquisitiva, con esa ilusión de ver la vida, con esa capacidad de asombro, con esa irrestricta forma de dar amor, con esa facilidad para hacer a un lado los enojos de una manera fácil y sencilla, sin guardar rencores o resentimientos", nos dijo orgulloso.
¿Quién es el estricto en casa, tú o tu esposa?
"¡Mi esposa! ¿Yo qué?", nos contó con una gran sonrisa.
¿Entonces tú eres más consentidor?
"Sí, por supuesto. Ella nos mete en cintura a los tres".
¿Te gustaría tener otro hijo?, fue otra pregunta que nos contestó con mucha confianza.
"Sé que esto no se decide de la noche a la mañana y que no es una decisión fácil, pero le he dicho que pensemos en la posibilidad de adoptar a nuestro tercer hijo".
¿De dónde nació esta idea?
"Quizá la he tenido sembrada desde hace mucho", dijo. "Quizá es producto de lo que me sucedió. Yo sé que se puede, sin tener un vínculo sanguíneo, tener un vínculo mucho más fuerte. Al final del día, en mi calidad de hombre, yo veo y distingo a dos tipos en el tema de la paternidad: los que tienen hijos y los que son padres. Tener un hijo no es lo mismo que ser padre. Yo creo que sí me animaría".
Así como tu papá dijo que él veía a un México con hambre y con sed de justicia, tú has hecho tuya la frase: “El mundo no nos fue heredado por nuestros padres, sino que nos ha sido prestado por nuestros hijos”. ¿Qué país quieres dejarle a ellos?
"Quiero que crezcan y que vivan. Que entren a su edad adulta en un México más humano. En donde tengamos tolerancia, respeto e inclusión, para la persona humana, para nuestra madre tierra y para nuestras raíces y costumbres. Que celebremos nuestras diferencias y, por ende, las respetemos y así hagamos de nuestra democracia un ejercicio más enriquecedor y no una simulación como muchas veces sucede. Quiero que vivan en un México que sea ejemplo de riqueza cultural, gastronómica, artística, técnica para el mundo y en donde asumamos un rol de liderazgo como nación y nunca más de víctima. Jamás quisiera que vivamos en un país que se convierta en victimario de nadie".
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Desde que estudiaba la carrera, a Luis Donaldo le llegaron numerosas propuestas para contender por un cargo público. Además de rechazarlas, su respuesta ante la prensa que le preguntaba si algún día seguiría el camino de su padre en este ámbito, era negativa. Sin embargo, todo cambió con la llegada de sus hijos.
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Se lanzó con Movimiento Ciudadano, partido al que no está afiliado, y del que asegura que se le dio la oportunidad de contender sin ningún tipo de imposición. Asumió el puesto tras ganar las elecciones del año pasado (2018) y una de sus iniciativas es la Ley para el Desarrollo Integral de la Primera Infancia en este estado.
Colosio Riojas habló de esta propuesta: "Esta ley lo que busca es proteger a la niñez, desde la etapa gestacional, con una buena nutrición, apoyo y capacitación a madres y padres de familia, sobre todo a aquellos que estén por debajo de la línea de bienestar”, explicó.
(El Universal)
Una vez dijiste: “A pesar de mis tragedias, México ha sido muy generoso conmigo por lo que es momento de regresarle algo”. ¿Para ti, qué es lo más importante que debes regresarle a tu país?
"Yo creo que la tragedia, y esto lo digo con pesar, no es algo raro. Es algo muy común que pasa todos los días. La diferencia fue que la mía fue mucho más notoria y, por eso, la gente la siente y la recuerda más. Pero así como yo tuve la oportunidad de superar mi tragedia y lograr crecer y vivir una vida relativamente normal, y esto es lo más importante, hacer mi propio camino y formar mi familia, eso es lo que yo quiero para muchísima gente. Para que puedan hacer sus vidas. Que las disfruten, que formen familias, que se realicen emocional, cultural y profesionalmente. Y, en la medida de lo posible, emparejarle la cancha a mucha gente que hoy no tiene esas posibilidades de hacer sus vidas con base en su esfuerzo y en sus gustos".
¿No te dio miedo por tu historia familiar entrarle a la política?
"¿Por qué debería tener miedo? Claro que tengo miedo, pero no por eso y no a eso. Tengo miedo a ser mediocre, a fallarme a mí mismo, a no cumplir con mis expectativas, a no hacer un buen papel, a no darle motivos a mi familia para enorgullecerse de mí, a que la gente se arrepienta de haberme dado su confianza. A eso le tengo miedo", dijo a Revista Clase.
¿Así tenga las consecuencias que tenga que tener para cumplir con tu ideales y con tu ética?
"Pues es que… esos son miedos filosóficos. No podemos vivir toda nuestra vida con temor, con pesar, volteando a ver sobre nuestros hombros. Eso no es vida. Ahí estaríamos solo sobreviviendo, no viviendo, y es para echarle toda la carne al asador, como decimos en el norte".
De sentirte preparado, ¿tomarías la oportunidad de contender para la presidencia de la República?
"Claro que es una posibilidad, pero va con una muy fuerte carga de responsabilidad, exigencia y preparación que, al día de hoy, mi respuesta es absolutamente no. Yo no estoy buscando ser presidente. Yo estoy buscando maximizar el potencial de mi proyecto y de mi propósito que es la gente", respondió entonces el nuevo alcalde de Monterrey.
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De los jóvenes, ¿cómo has visto su respuesta?
"Ha habido una muy buena respuesta por algunos grupos de jóvenes; en otros hay algo de escepticismo y también crítica; en algunos hay desinterés. Pero, sobre todo, de los que son críticos y sí están interesados me refrescan mucho porque son jóvenes que nacieron y crecieron en una era post Colosio, que empiezan a conocerme y reconocerme a partir de lo que hago. Eso es algo nuevo para mí. Estoy acostumbrado a siempre ser identificado como hijo de mis padres, comparado con las carreras de mis padres, principalmente de mi padre, y haga lo que haga, nunca deja de hacerse este paralelismo. Es algo que no sucede tanto con las nuevas generaciones, incluso aquellas que me critican porque no están de acuerdo con las cosas que hago o digo, genuinamente. Me permite realmente calibrar mi trabajo, mis palabras y mi forma de hacer las cosas".
"Traigo sentimientos encontrados. Yo no dudo de la honestidad ni de las buenas intenciones de nuestro Presidente, pero no soy fanático de un gran número de sus decisiones. Creo que ha conformado un gabinete muy capaz y muy profesional, pero considero que, a pesar de ello, muchas de las acciones que se toman no tienen un sustento técnico suficiente y se maneja a veces el gobierno con mucha entraña. Eso, aunque sea bien intencionado, es peligroso. Es un gobierno que no admite contrapesos, particularmente los institucionales. Eso fue lo que él muchas veces criticó a los regímenes anteriores", comentó contundente.
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"Yo no quiero ver que nuestro Presidente se convierta en aquello que prometió destruir y no estoy hablando de un tema de corrupción, sino de abuso de poder. De nuevo, no dudo de sus buenas intenciones ni de su honestidad, pero ser presidente de México no es tarea menor, no es cosa fácil. Sé que él lo sabe, pero hay que estar abierto a la crítica cuando se hace de buena fe, aunque sean cosas que no nos guste escuchar", sentenció.