(El Universal)
Fue en agosto de 2019 que se dio a conocer que Leonora Tovar López-Portillo y Gerardo Díaz Ordaz habían decidido poner fin a su matrimonio tras 9 años de que llegaron al altar en la iglesia de Regina Coeli, ubicada en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Ella es nieta de José López-Portillo, presidente de México de 1976 a 1982, y él es nieto de Gustavo Díaz Ordaz, presidente de la República de 1964 a 1970.
Tras revelarse el divorcio, la pareja no sólo mantuvo un bajo perfil social, también evitó hablar del proceso legal. Tuvo que pasar más de un año para que Leonora confirmara, durante una entrevista con Revista Clase en agosto de 2020, que ya había firmado el divorcio con Gerardo.
En dicha conversación, la hija del fallecido Rafael Tovar y de Teresa, el primer secretario de Cultura de México durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, explicó que la separación con Gerardo estaba siendo un tema difícil.
“Ha sido un proceso difícil por diversas razones. […] Desafortunadamente nosotros hemos tenido ciertas piedritas en el camino que nos han impedido acordar ciertas cosas importantes y para mí ha sido un proceso emocionalmente muy drenante", platicó Leonora en aquel momento en su restaurante “Tres Abejas” en la Casa Guillermo Tovar y de Teresa, la tercera sede del Museo Soumaya.
Ahora, tras casi dos años de aquella entrevista, Ana Katiria Suárez, abogada y amiga de Leonora, reveló recientemente que “Nona”, como le dicen de cariño a Leonora, es víctima de violencia vicaria por parte de su ahora exesposo, Gerardo Díaz Ordaz.
Fue durante una entrevista con el periodista Alberto Tavira para “Cuna de Grillos”, en la que Leonora habló de qué fue lo que la llevó a convertirse en una activista en el feminismo a través de la asociación “Voces Humanizando la Justicia A.C.”
“Yo misma he vivido ciertas situaciones que me inspiraron a unirme a esta causa”, comenzó diciendo Leonora para después ser cuestionada por el periodista sobre si ella había sufrido violencia vicaria y, a pesar de que no quiso responder, su abogada que estaba presente en el Instagram Live contestó con un rotundo “Sí”.
“Yo como tu abogada te lo puedo decir que sí podemos contestar esa pregunta y sé que es difícil aceptarla pero déjame empujarte tantito, porque esta es una de las cosas que también es bien fuerte, o sea, hasta qué punto puedo decir, ‘me reconozco como víctima’ y a veces hay gente que no sabe dónde colocarse como víctima”, comenzó diciendo Ana Katiria, quien además de ser abogada de Leonora, señaló que son amigas desde que eran adolescentes.
Según la página “Psicología y mente” es un tipo de violencia intrafamiliar que incluye toda conducta realizada de manera consciente para generar un daño a otra persona, ejerciéndose de forma secundaria a la principal, es decir, cuando un hijo o hija son utilizados de manera instrumental con el objetivo de hacer daño al auténtico objetivo de la violencia, la pareja.
(Gerardo Díaz Ordaz y Leonora Tovar López-Portillo en 2013 / El Universal)
Para terminar, Ana Katiria que se ha posicionado como una de las abogadas más reconocidas dentro del feminismo en México, explicó: “Si no te aceptas como víctima, cómo puedes señalar a tu agresor, cómo puedes exigirle una reparación del daño si la fortaleza la radicas en no admitir tu propio dolor. Sé que Leonora lo está haciendo para otra cosa pero interrumpo para alentar a estas mujeres que les da vergüenza ser víctimas, porque ya basta, basta de ser la violada que tiene vergüenza para que no se sepan que la violaron. Más bien el violador debe de sentir vergüenza, el violentador de la violencia vicaria debe de tener vergüenza de salir a la calle. Lo violentadores son los que tienen que tener vergüenza”.