(AFP)
Kim Kardashian debutó ayer como modelo de alta costura al participar en el desfile de Balenciaga, una de las casas de moda de lujo más importantes del mundo que fue fundada en 1917 por el diseñador Cristóbal Balenciaga en España, y el cual, se realizó durante la Semana de Alta Costura de París.
Para este especial momento, la marca eligió para Kim un vestido completamente en negro que cubría sus brazos y manos, además de tener un escote en forma de corazón y una apertura lateral que dejaba al descubierto las medias que desembocaban en los tacones. La exesposa de Kanye West acompañó dicho atuendo con su característico rubio platinado en un updo pulido con dos mechones sueltos.
(Kim Kardashian / Instagram)
No obstante, la socialité internacional, sorprendió a todos al llegar a la cena que Balenciaga ofreció después de su desfile, con un vestido negro de lentejuelas de cuello de tortuga de la colección Resort 23 y un tren expansivo que arrastraba por el suelo, el cual, combinó con un pequeño bolso.
(Kim Kardashian / Instagram)
Pero, lo que más llamó la atención, fue que utilizó un híbrido entre un casco y una máscara que le cubrió prácticamente toda la cara y hasta el cuello, mismo que fue utilizado por las primeras modelos que aparecieron durante el desfile de dicha casa de moda y que seguramente le encantaron a Kim.
Además, el vestido que brilló en todo momento por los flash de los fotógrafos que se apostaron a las afueras del lugar donde se llevó a cabo la cena, dejó al descubierto la pérdida de peso de Kim, a la cual, se tuvo que someter para poder usar el vestido original que Marilyn Monroe portó en 1962 para cantar “Happy Brithday, Mr. President” al entonces mandatario de los Estados Unidos, John F. Kennedy y el cual, es considerado como una prensa con un valor histórico importante.
Según lo que Kardashian contó en la entrevista que otorgó al programa “Today” después de portar el icónico vestido y que generó polémica internacional, fue que tuvo que perder 7.2 kilos para entrar en la prenda de colección que fue ganada en una subasta por la franquicia “Ripley’s Belive It or Not!” por 4.8 millones de dólares.
Desde ese momento, Kim ha bajado alrededor de 10 kilos gracias a que según ella, esa experiencia la ayudó a cambiar su estilo de vida y le enseñó a cuidar su salud.