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Kim Kardashian, quizá la más famosa de la familia de influencers y empresarias, está "revaluando" su relación con la marca de lujo Balenciaga, que está en el centro de la polémica por una terrible campaña publicitaria en la que aparecen niños junto a accesorios sexuales bondage.
La casa francesa propiedad del grupo de lujo Kering, del que es dueño François-Henri Pinault, esposo de Salma Hayek, se disculpó la semana pasada en Instagram y retiró varias fotos de la campaña de la colección primavera verano 2023, entre ellas una en la que aparecía un menor que sostenía un bolso con forma de oso blanco envuelto en cinturones negros.
También en otra foto se ve un bolso de la colaboración Balenciaga-Adidas que reposa sobre documentos en los que están impresos extractos de una decisión del Tribunal Supremo estadounidense sobre pornografía infantil.
"He permanecido en silencio estos últimos días, no porque no me hayan asqueado e indignado las recientes campañas de Balenciaga, sino porque quería hablar con el equipo para comprender por mí misma cómo ha podido ocurrir", escribió este domingo Kim Kardashian, exposa de Kanye West, quien ha lanzado diatribas en contra de la industria del entretenimiento.
La influencer y empresaria que es mamá de cuatro niños, aseguró estar "conmocionada por estas imágenes perturbadoras" y asegura "agradecer la retirada de las campañas y (las) disculpas de Balenciaga".
"En cuanto a mi futuro con Balenciaga, estoy revaluando mi relación con la marca, con base en su voluntad de aceptar la responsabilidad de algo que nunca hubiera debido ocurrir - y las acciones que espero de ellos para proteger a los menores", comentó Kim Kardashian a sus más de 330 millones de seguidores en redes sociales.