Más Información
Champ y Major fueron dos de los integrantes de la familia Biden que llegaron a habitar la Casa Blanca desde hace poco más de un mes cuando su dueño, Joe Biden, asumió la presidencia de los Estados Unidos luego de vencer en las elecciones al empresario Donald Trump. De hecho, el mundo puso especial atención en las mascotas que tuvieron un particular protagonismo con la llegada del nuevo mandatario estadounidense a la que será su casa por los próximos cuatro u ocho años.
Sin embargo, ayer se dio a conocer que ambos perros de la raza pastor alemán tuvieron que regresar a su casa en Wimington, Delaware, luego de que el más joven de los dos tuvo un comportamiento agresivo. Se trata de Major, que tiene tres años y fue adoptado por los Biden en 2018, convirtiéndose en el primer perro que proviene de un refugio de animales en vivir en la casa más segura y poderosa del mundo.
Según lo que reportaron medios locales, la energía del canino era tal que todo el día se la pasaba saltando, ladrando y en ocasiones tenía comportamientos agresivos con el personal de seguridad, hasta el momento en que eso escaló a una mordida. Aunque no se reveló a qué persona mordió ni cómo fue el incidente, lo que sí es que por el momento los perros no estarán más en Washington.
Joe Biden fue al refugio de la Asociación Protectora de Animales de Delaware para adoptar a Major, un nombre que al parecer tiene que ver con el hijo del presidente Beau Biden, quien murió el 30 de mayo de 2015 a causa del cáncer cerebral que padecía y que fue mayor de la Guardia Nacional del Ejército de Delaware.
Por su parte Champ, es un perro de trece años y llegó a la vida de los Biden en 2008 luego de que Joe le prometiera a su esposa Jill Biden que le regalaría un perro si el entonces candidato a la presidente de Estados Unidos Barack Obama, ganaba las elecciones. Champ fue adquirido a un criador en el estado de Pensilvania y su nombre fue elegido por las nietas de Biden. Leer también: Joe Biden visitará a la reina Isabel II en el palacio de Buckingham
La tradición de llevar a las mascotas a la Casa Blanca cuando se gana la presidencia se remonta a George Washington, misma que se rompió con Donald Trump, convirtiéndose en el primer presidente en más de un siglo en no tener una mascota. Leer también: Joe Biden se despide del botón con el que Trump pedía Coca Light