Desde hace un par de días, las redes sociales de Grettell Valdez se convirtieron en el escenario predilecto para que documentara parte de su último viaje, una travesía que emprendió junto a su hijo Santino y otros miembros de su círculo más íntimo con motivo de su cumpleaños. Luego de gozar de enigmáticos destinos en Singapur, la actriz aterrizó en Indonesia, lugar en el que le dio la bienvenida a los 48 años y tuvo oportunidad de reflexionar sobre todo lo que le ha pasado en este tiempo de vida mientras gozaba de un poderoso ritual.
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A través de diversas publicaciones hechas en su cuenta de Instagram, Grettell dejó constancia sobre lo bien que la ha pasado en la última semana, pues como parte de sus celebraciones de cumpleaños, decidió darse un tiempo de las grabaciones en las que actualmente participa para conocer mágicos sitios del continente asiático. Justo para el día especial, estuvo en Bali, conocida por todos los rituales, costumbres y tradiciones que resguardan sus enigmáticos recintos. Ahí, se tomó un momento para pensar en la mujer que es actualmente y en todo lo que tuvo que atravesar para convertirse en su mejor versión, un camino que si bien no ha sido fácil, para ella ha valido totalmente la pena.
"Cuando tenía 17 años, salí de mi casa sin imaginar lo que sería mi vida y cómo se trasformaría. Hoy, después de 31 años, agradezco a Dios y a la vida por ser tan generosa conmigo. Sin duda el camino no ha sido fácil en algunos momentos, pero aprendí a disfrutarlos también, porque son procesos que me han hecho hoy una mujer fuerte, decidida y sin miedo a nada. Hoy cumplo 48 años, rodeada de puro amor; mi mayor regalo a ver a mi hijo viviendo experiencias, porque la vida solo es un ratito. A disfrutar al máximo, feliz cumpleaños a mí", escribió Grettell Valdez, quien en más de una ocasión ha sido clara respecto a todo lo que su hijo Santino Borghetti significa para ella, pues además de ser su único hijo, es también una de sus personas preferidas en el mundo.
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Antes de continuar con sus celebraciones y vivir al máximo las experiencias que este concurrido destino ofrece, Grettell tuvo una experiencia única que la conectó con su lado más espiritual. "Arranqué el día con un ritual de purificación en el templo de Tirta Empul", señaló la artista, ilustrando con un par de fotografías en las que aparece bañándose en aguas cristalinas a modo de una especie de "purificación", un procedimiento que acostumbra a hacerse en diversas culturas y celebraciones para dar inicio a una nueva época con la mejor de las energías.
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