Ghislaine Maxwell, examante y cómplice del magnate Jeffrey Epstein, señalado de pederasta y traficante de menores, fue encontrada culpable de cinco de los seis delitos por los que se le juzgaba por parte de un jurado de Nueva York, según han informado varios periodistas presentes en la sala.
(Ghislaine Maxwell y Jeffrey Epstein / AFP)
El jurado, que comenzó sus deliberaciones el pasado lunes 20 de diciembre, encontró a Maxwell, quien acaba de cumplir 60 años, culpable de los cargos más graves, incluido el de "tráfico sexual de una menor", un delito que por sí solo puede costarle hasta cuarenta años de prisión.
Estos son los fallos en su contra, publicó "Daily Mail":
1. Conspiración para atraer a personas menores de 17 años a viajar con la intención de participar en actividades sexuales ilegales. Sentencia máxima: cinco años
2. Conspiración para transportar a personas menores de 17 años con la intención de participar en actividades sexuales ilegales. Sentencia máxima: cinco años de prisión.
3. Transporte de una persona menor de 17 años con la intención de participar en una actividad sexual ilegal. Sentencia máxima: 10 años de prisión.
4. Conspiración para cometer tráfico sexual de personas menores de 18 años. Cinco años de prisión.
5. Tráfico sexual de una persona menor de 18 años. Máxima pena: 40 años de prisión.
(AFP)
Larry Visoski, uno de los pilotos que volaron a Epstein y Maxwell, confirmó que famosos como el príncipe Andrés y Bill Clinton volaron con ellos en sus naves particulares. Una presunta víctima llamada 'Jane' testificó que Epstein le presentó a Donald Trump cuando tenía 14 años.
Conforme se leía el veredicto, la socialité se mantuvo impávida con el rostro cubierto por una mascarilla negra. Después, se le pudo ver sirviéndose agua mientras uno de sus abogados le daba palmadas en la espalda. Se mantuvo de pie con las manos cruzadas mientras el jurado salía, y miró a sus hermanos —que asistieron fielmente cada día del juicio— mientras era conducida fuera de la sala. No abrazó a sus abogados a la salida, un cambio notable respecto a días anteriores en los que Maxwell y su equipo se mostraban a menudo físicamente cariñosos entre sí.
Según los presentes, Ghislaine Maxwell no lloró ni perdió los nervios al escuchar la lectura del veredicto que puede significar que pasará el resto de su vida en prisión; se dedicó a tomar sorbos de una botella de agua y a susurrar al oído de una de sus abogadas.
No se fijó una fecha para la sentencia.
La defensa había insistido en que Maxwell era víctima de una fiscalía vengativa que tenía el objetivo de hacerle justicia a mujeres que quedaron privadas del villano principal cuando Epstein se suicidó en 2019 mientras aguardaba ser enjuiciado.