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“Sólo me arrepiento de no haber querido ver, durante esos dos meses entre tu cumpleaños y tu partida, la realidad; siempre confiamos en ese nuevo tratamiento. Desearía haber tenido el valor de conversar más acerca de la muerte, de tus temores y de los míos”, se lee en la columna “El amor que se queda” de Gaby Vargas, publicada en el portal de MVS Radio a menos de un mes de la muerte de su esposo, Pablo González Carbonell, quien perdió la batalla contra el cáncer el 27 de mayo del 2022.
Difícil tarea la de preguntarle “¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?” a una viuda –y sobre todo a una mujer que siempre expresó tanto amor por su esposo–. Sin embargo, si alguien entiende el poder de compartir las lecciones de la vida y la relevancia de encarar el dolor y transformarlo en aprendizaje, sin duda es ella. No en vano posee una exitosa carrera como escritora y una apuntalada reputación como experta en temas de desarrollo e inteligencia emocional.
“Para protegernos del dolor que causa ese hueco (la pérdida), nos resistimos, lo tapamos o lo llenamos. Algo que enlaza las pérdidas de todas las personas es el intento de cubrir esa ausencia. Y cada una lo resuelve de manera distinta. Y también, como en la leyenda budista, aparece la tentación de hacer de la pérdida el centro de la vida. Pero dicho vacío no es del todo una experiencia negativa. Si la vida te trae clases, la oscuridad es otra escuela también”, compartió Gaby en su columna “El vacío se vuelve espacio” publicada en EL UNIVERSAL hace un par de días.
¿Cómo te sientes ante el primer aniversario luctuoso de Pablo?
Definitivamente fueron tiempos muy duros. Enfrentarse a la muerte no es cosa fácil. Ahora estoy en un lugar menos oscuro y viviendo a partir de las lecciones que he aprendido a través del dolor por su partida. Me siento tranquila.
¿Cómo afrontaste la soledad?
La verdad es que estar sola no es fácil. No obstante, descubrí con el paso de los meses, que retomar ciertas rutinas, hacer ejercicio, cuidar mi alimentación, meditar, trabajar, hacer lectura etcétera, son cosas que le van poniendo orden a la vida y que calman el alma.
Pienso que la soledad alimenta el espíritu y es de cierta manera necesaria para pensar.
¿Seguiste algún proceso para sanarte tras la muerte de Pablo?
Poco a poco, en la medida en la que fui pudiendo reaccionar, fui tratando de retomar mi trabajo, pero me di cuenta de que me encontraba en una especie de parálisis mental.
En el corazón tenía un vacío emocional y solo me habitaba una profunda tristeza que aparecía a la menor provocación. Entonces, como un proceso, empecé a escribir. A raíz de eso resultó un libro que presentaré próximamente.
¿Dedicas este libro a su esposo?
No directamente porque este es un texto que, a través de los meses de mi duelo, fui construyendo como una herramienta para salir del dolor. Fue un ejercicio para recuperarme. De muchas maneras es algo que hice para y por mí.
Escribir este libro ha sido un proceso enorme. Muy retador. Me enfrasqué en esto como un ejercicio personal de entendimiento del proceso que estaba viviendo. No ha sido sencillo, pero está lleno de amor y lecciones valiosas. Lo más importante de todo es que lo he escrito para mí y respondiendo a mis necesidades.
¿Cómo se llama el libro y a partir de cuándo va a estar disponible?
Se llama “Exhala” y tentativamente va a llegar a las librerías para el otoño de este año.
¿Dirías que a través de este libro te liberaste del dolor?
No diría que liberarme es la palabra, más bien pienso que adentrarme en el proceso creativo ha sido una manera de sacar de la mente y del corazón cosas que necesitaban salir.
Cuentas con tu familia y amigos ¿Cómo fue el soporte que ellos te brindaron?
De mi familia todo el amor y todo el apoyo del mundo. Hicieron de todo para no dejarme caer. Es maravilloso como la gente que te ama se encomienda en cuidarte cuando lo necesitas.
Algo sobre los amigos que me pareció curioso es que aun cuando solemos pensar que debido a que los descuidamos, ya que vivimos enfrascados en las responsabilidades y lo demandante que es nuestra vida diaria, cuando llegan momentos como el que yo estaba atravesando, sería lógico que se limitaran a lo cordial y nada más.
Hoy por hoy, una de las cosas que más agradezco es contar con una red de amigos. Ellos han sido para mí una salvación.
Siempre has sido una mujer con acceso al conocimiento de tus emociones ¿Esto hizo alguna diferencia?
No hay nada que haya leído, escuchado o visto que me hubiera podido preparar para esto. Por mucho que haya tenido a la mano las lecturas o las conferencias que me hicieran pensar que dominaba el tema del duelo, la verdad es que tuve que desaprender cosas y aprender la realidad que me significaban otras tantas.
¿Qué le dirías a quienes sufren pérdidas?
Que entiendan que el dolor transforma. Que no lo evadan, que lo traten de entender y procuren aprender de él.