Enrique Ponce y Ana Soria están escribiendo un nuevo capítulo en su vida, uno que promete ser tan monumental y duradero como el amor que se tienen. En un terreno en las afueras de Almería de un costo aproximado de 289 mil dólares, la pareja está edificando no solo una mansión, sino un símbolo de su futuro juntos. Mientras la atención pública se centra en su notable diferencia de edad y los rumores de boda, ellos se concentran en la construcción de su hogar soñado.
El diseño de su futura residencia, una impresionante mansión que se alza en una exclusiva urbanización, es una declaración de intenciones. La casa, que abarca generosos espacios y lujosos detalles, tiene un componente esencial para la pareja: la habitación de un bebé, un sueño que aún no se ha concretado, pero que ambos desean fervientemente. Este aspecto del proyecto refleja la profunda intención de la pareja de expandir su familia y dar la bienvenida a un nuevo miembro.
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A pesar de los rumores que sugieren problemas en su relación, los dos parecen estar más unidos que nunca en este ambicioso proyecto. La propiedad, de 800 metros cuadrados, se encuentra a solo 300 metros de la playa y a 12 kilómetros del centro de la ciudad, lo que la convierte en una ubicación ideal para una vida tranquila y privada, alejada del bullicio mediático.
Se plantea que su nuevo hogar disponga de una variedad de espacios amplios y luminosos, con numerosos ventanales que permitan la entrada de luz natural. Entre sus características destacadas, se incluirán habitaciones diseñadas especialmente para las hijas de Ponce, fruto de su anterior matrimonio con Paloma Cuevas. Además, la residencia contará con un hermoso jardín, una piscina y todas las comodidades necesarias para disfrutar de una vida relajada y lujosa en su nuevo refugio.
Ana Soria, de 24 años, además de volcarse en el diseño de la habitación para su futuro hijo, ha terminado recientemente su carrera de Derecho y se encuentra cursando un posgrado. Con la mente puesta en un máster a distancia en Madrid, Ana alternará su tiempo entre la capital y Almería, donde se dedica a la supervisión de la construcción de su casa.
El torero, de 52 años, por su parte, sigue con su carrera taurina en el horizonte. Aunque la temporada de toros en Latinoamérica está en marcha, Enrique confirmó su participación en eventos clave en Perú y espera sumar fechas en México y Colombia. Este giro internacional en su carrera marca una etapa importante en su vida profesional.
Entre tanto movimiento y planificación, la pareja también ha creado una sociedad, Kranevitte’s 22, que se encargará de la promoción, construcción y venta de bienes inmuebles. Con un capital inicial modesto de 3 mil 336 dólares, la pareja logró comprar el terreno para su futura casa gracias a los frutos de su negocio en conjunto.
Una segunda oportunidad en el amor
Recordemos que Enrique Ponce y Paloma Cuevas estuvieron casados desde 1996 hasta el año 2020. Durante su matrimonio, tuvieron dos hijas: Paloma (nacida en 2001) y Bianca (nacida en 2005). Tras su separación en 2020, el torero comenzó una nueva relación con Ana Soria, con quien se le relaciona desde 2020, marcando así su segundo compromiso amoroso significativo tras su largo matrimonio con la diseñadora.
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