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El lunes 21 de abril, a las 7:35 de la mañana, el papa Francisco murió a los 88 años en su residencia de Santa Marta, una lamentable noticia que llegó después de que el pontífice enfrentara una crisis de salud en las últimas semanas.
El fallecimiento del Santo Padre, quien dedicó hasta sus últimos momentos para estar con los feligreses, representa el reconocimiento del gran legado que forjó durante años, el cual está caracterizado por una enorme humildad, cercanía y compasión por los más necesitados.

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Sin embargo, además de dedicar gran parte de su vida a la iglesia, la vida del papa Francisco también resalta por la tierna historia de un amor que protagonizó durante su juventud, un hecho que cambiaría para siempre el futuro de Jorge Mario Bergoglio.
Así fue la historia de amor del papa Francisco y Amalia Damonte
La historia de Jorge Mario Bergoglio y Amalia Damonte surgió en el barrio de Flores, ubicado en Buenos Aires, Argentina. Los entonces jóvenes vivían a tan solo unas cuadras de distancia, motivo por el que forjaron una gran amistad.
"Jugábamos en las aceras o en los parques de la zona, bailábamos, era algo muy lindo”, asegura Amalia, quien a través de los años ha recordando los buenos momentos que vivió junto al joven papa Francisco.

Con el tiempo su relación se volvió más cercana, tanto que además de jugar en las calles comenzaron a comunicarse a través de cartas, un romántico gesto que más adelante sería el medio por el cual Jorge le confesaría su amor y haría una promesa que cambiaría su vida.
“En la carta me decía que nos casaramos y que si mi respuesta era no, entonces se haría cura. Me había dibujado una casita que tenía techo rojo, blanca abajo y arriba decía: ‘Esta casita es la que te voy a comprar cuando nos casemos'”, contó Amalia Damonte.

Pese a lo profundo de sus sentimientos, el romance entre Amalia y Jorge Mario no pudo florecer a causa de los papás de la joven, quienes encontraron una de las románticas cartas y enseguida prohibieron que la pareja volviera a verse, mucho menos casarse, debido a su edad.
"Era grande, maduro, una maravilla de muchacho. Éramos muy humildes, amábamos a los pobres, en eso éramos almas gemelas", confesó Amelia, quien siguió su vida en Argentina.

Jorge, por su lado, cumpliría la promesa que le hizo a su amor de juventud. Luego de estudiar Literatura y trabajar como barman, el papa Francisco comenzó su carrera eclesiástica a los 33 años, edad en la que se ordenó como sacerdote.
Su camino en la iglesia lo llevaría a distintos lugares, además de convivir de cerca con personalidades como el papa Papa Benedicto XVI y Juan Pablo II, quien fue el que lo designó personalmente como obispo titular de la diócesis de Oca y uno de los cuatro auxiliares en Buenos Aires.

Su carácter y dedicación lo convirtieron en unos de los favoritos para asumir el pontificado, algo que finalmente sucedió el 13 de marzo de 2013, cuando fue nombrado como el papa número 266 y cambió su nombre por Francisco, en honor a San Francisco de Asís.
Con 12 años de pontificado, el papa Francisco ha marcado su nombre para siempre en el corazón de millones de personas alrededor del mundo, quienes lo recordarán con amor y humildad.
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