El papa Francisco, máximo líder de la Iglesia católica, murió a los 88 años durante la mañana del lunes 21 de abril, confirmó el Vaticano mediante un mensaje compartido por el cardenal Kevin Joseph Farrell.
Hospitalizado durante más de 30 días debido a una crisis respiratoria que derivó distintas complicaciones, el pontífice argentino compartió hasta su último suspiro con el pueblo al aparecer en el balcón principal de la Basílica de San Pedro para impartir la bendición Urbi et Orbi.
El papa Francisco ingresó al hospital el 14 de febrero debido a una bronquitis y fue dado de alta hasta el 23 de marzo. Desde el primer momento su estado de salud causó preocupación en la comunidad internacional.
Ahora, tras su fallecimiento, en Revista Clase te presentamos el lado más personal del papa Francisco, quien es conocido por su enfoque compasivo y accesible, pero su vida más allá del Vaticano también está llena de historias que muestran un lado profundamente humano.
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Nacido el 17 de diciembre de 1936, en Buenos Aires, Argentina, Jorge Mario Bergoglio siempre se caracterizó por ser cercano a su gente, mostrando un cariño especial por aquellos más vulnerables.
Su padre, Mario, trabajaba como contador, mientras que su madre, María Regina Sivori, se dedicaba al hogar y a la crianza de sus hijos; Jorge, Alberto, Óscar, Marta Regina y María Elena.
Antes de entrar al sacerdocio, estudió literatura y trabajó como barman, lo que le permitió conectarse con la vida cotidiana y las luchas de las personas comunes. A lo largo de su vida fue un ferviente defensor de los derechos humanos, abogando por los más necesitados, y especialmente por los migrantes, los pobres y las víctimas de abuso.
Fue el 13 de marzo de 2013 cuando Jorge Bergoglio fue elegido como Papa, el número 266 y el primero de Latinoamérica. Su nombre fue elegido en honor a Francisco de Asís.
Con 88 años, además de su posición en la Iglesia católica, el papa Francisco mantuvo una vida simple, con un estilo de vida austero y rechazo a los lujos.
En lugar de vivir en el lujoso Palacio Apostólico, optó por residir en la Casa Santa Marta, un alojamiento más modesto dentro de la Ciudad del Vaticano, donde se mezcló con el personal y los visitantes. Esta decisión, más allá de ser un gesto de humildad, refleja su cercanía con el pueblo.
En sus momentos de ocio, el papa Francisco disfrutó de la lectura, especialmente de poesía, y de pasar tiempo en la tranquilidad de su hogar. También se sabe que tuvo un amor por el tango, su música natal, que a menudo le servía como una pequeña escapatoria de las rigurosas demandas de su cargo.
Con una vida sencilla rodeada de fe, el papa Francisco será recordado como una imagen de esperanza durante sus 12 años de pontificado.
El rito de la constatación de la muerte del papa Francisco ocurrirá el lunes 21 de abril en su residencia de la Casa Santa Marta, en cuya capilla será velado, una decisión tomada en vida.
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