Charles Béard, quien falleció en México el pasado 18 de octubre a la edad de 68 años, fue un importante personaje de la escena social en la Ciudad de México.
Charlés Béard Bischof nació en 1956, en la ciudad de Guatemala, Guatemala, fue hijo de Claude Béard y Lucy Bischof, inmigrantes suizos al país centroamericano. Su vida estuvo dedicada al emprendimiento constante, lo que le trajo importantes éxitos y satisfacciones empresariales.
Durante largos años, el también experto en vino, fue una presencia frecuente en todo tipo de eventos, principalmente en los relacionados con la escena gastronómica y de la enología, casi siempre acompañado de Deby Béard, con quien se casó en México y en Suiza en 1991.
Ambos compartieron el amor por el vino, la buena gastronomía, los ratos con los amigos y los viajes a todos los confines del mundo. Deby y Charles fueron padres de Melanie y Alexis, con quienes compartieron su espíritu viajero y gourmand.
El bon vivant era heredero de la Casa Béard de cristalería, fundada en Montreaux, Suiza, en 1870. La trajo a México en 1992, con la intención de representar aquí, en el país del que se había enamorado, la casa cristalera de sus bisabuelos. La Casa Béard se especializa en la importación y distribución de cristalería y equipos de alta calidad enfocados a la gastronomía y la hotelería, también ofrece catas y capacitaciones.
Fueron Charles y Deby quienes introdujeron a México la distribución de las famosas copas Riedel, las cuales están hechas de cristal de Bohemia, son terminadas a mano y ofrecen la forma ideal para la mejor degustación de cada tipo de vino y de muchos espirituosos. Fue un pionero en la distribución de copas ‘especializadas’ en México, revolucionando la forma en que los mexicanos disfrutaban y apreciaban el vino.
Charles era tan apasionado de los vinos como de los autos, que le fascinaban. Conocido por sus numerosísimos amigos como un hombre siempre amable y encantador y un gran conversador, será, sin duda, muy echado de menos.
Platicamos con Deby y algunos de sus amigos cercanos quienes compartieron su sentir con respecto a su partida:
“Charles, tu ausencia es un eco suave que atraviesa los días, un susurro en el silencio. No estás, pero en cada rincón de esta vida, resuenas. Tu esencia quedó entre nosotros. Fuiste mi alma gemela en el camino por muchos años, mi compañero en el camino del vino y las copas, el refugio en tiempos difíciles. Ahora eres la presencia callada y habitas en mis pensamientos. Tu ausencia se siente, pero el recuerdo de quién fuiste nos sigue acompañando”.
-Deby Béard
“Charles Béard llegó a México hace muchísimos años, aquí se enamoró, se casó y tuvo dos lindas hijas. Formó una empresa muy exitosa, sobre todo a partir de que empezaron a importar las copas Riedel, que son las mejores copas para degustar vinos. Siempre fue muy profesional, muy carismático, respetuoso, simpático, muy agradable, siempre amable y dispuesto a ayudar. Fue un gran, gran amigo y lo vamos a extrañar mucho… en México todos lo queríamos”.
-Aurora López de Ortigosa
"Charles Béard fue un hombre siempre decidido a compartir grandes experiencias con los que le rodeaban. Hombre generoso y desprendido. Gran amigo, ágil conversador y poseedor de una mente ingeniosa, con cierto humor negro, pero siempre divertido y atinado en sus comentarios. Descanse en paz".
- Emilio Farfan