El 13 de enero se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, un trastorno emocional que afecta a más de trescientas millones de personas en el mundo, siendo considerada como la primera causa mundial de discapacidad. Impacta a personas de todas las edades pero especialmente a adolescentes y personas de la tercera edad.
En este día se busca sensibilizar, orientar y prevenir a escala mundial sobre esta enfermedad, cuyas cifras, desafortunadamente, van en aumento.
Entre los principales rasgos de esta enfermedad se destacan la tristeza permanente, pérdida de interés o placer en las actividades de la vida cotidiana (anhedonia), aislamiento, trastornos del sueño y del apetito, falta de concentración y sensación de cansancio.
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En cualquier caso, se requiere atención médica especializada para su diagnóstico y tratamiento, pues no se trata de un simple decaimiento y puede conllevar al surgimiento de estrés, fobias, ansiedad, trastornos obsesivos y, en el peor de los casos, conducir al suicidio.
La depresión no distingue razas, edad, género, posición económica ni fama, y es así que algunas conocidas personalidades han sufrido con este padecimiento, algunos de los cuales han compartido su batalla para inspirar a otros a buscar ayuda y llegar a sentirse mejor, mientras que otros, desgraciadamente, han perdido la batalla.
Aquí, algunos de ellos.
(Foto: AP)
La emperatriz Masako de Japón
Educada en Oxford y Harvard, la emperatriz de Japón, de 57 años, es una exdiplomática que se convirtió en apenas la segunda plebeya en contraer matrimonio con el heredero al trono de Japón; la primera fue Michiko, su suegra.
Masako conoció a su esposo, el emperador Naruhito, en 1986 y cumplieron 27 años de matrimonio en junio pasado; son padres de la princesa Aiko, de 19 años.
La transición de plebeya a princesa no fue fácil, por otra parte, Masako sufrió un aborto en 1999 para volverse a embarazar en 2001.
Poco después del nacimiento de Aiko, Masako empezó a experimentar problemas de depresión debidos en teoría a tener que dejar su carrera, pero sobre todo a la presión de producir un heredero masculino, pues en Japón las mujeres no pueden aún ocupar el trono.
Lo que fue descrito como un “desorden de ajuste” por la casa imperial, ha perseguido a Masako desde entonces, impidiéndole cumplir con muchas de sus obligaciones reales, como hacer viajes de Estado al extranjero.
El padecimiento de Masako nunca ha estado oculto a la opinión pública y se ha difundido ampliamente que está en tratamiento desde que fue diagnosticada.
A partir de 2011, cuando visitó a los afectados por el terremoto y tsunami de Japón, ha estado un poco más activa públicamente. En 2013, visitó con Naruhito los Países Bajos, el primer viaje de la pareja imperial al extranjero en 11 años. En su cumpleaños 55, en 2018, expresó su deseo de abrazar su rol como emperatriz, aunque confesó sentirse “insegura”. “Quiero dedicarme a lograr la felicidad de la gente, así que dedicaré mis esfuerzos a ese fin, mientras adquiero más experiencia” dijo entonces.
Como emperatriz, los japoneses esperan que Masako adopte un rol más activo, lo mismo que su esposo Naruhito, quien dijo que le gustaría que su esposa fuera gradualmente llevando a cabo más actividades “haciendo lo que pueda, una a la vez”.
El príncipe Harry de Inglaterra
En abril de 2017, el príncipe Harry de Inglaterra le dijo al diario “The Telegraph” que “apagó todas sus emociones” durante casi dos décadas, después de la muerte de su madre, la princesa Diana.
No fue sino hasta que cumplió 28 años, cuando se sintió cerca del colapso y empezó a experimentar ansiedad antes de sus compromisos reales, que buscó ayuda profesional.
A sus 36 años, Harry está felizmente casado con la actriz estadounidense Meghan Markle y es padre de Archie, de un año, y, aunque alejado de la vida de la realeza, parece haber superado sus problemas de salud mental.
En 2016, Harry lanzó junto con su hermano William y su esposa Kate Middleton, la campaña e iniciativa Heads Together para “ayudar a terminar con el estigma de los problemas de salud mental”.
“Mi experiencia es que ya que empiezas a hablar del tema te das cuenta de que perteneces a un club con muchos miembros”, dijo entonces al “Telegraph”.
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(Foto: Clase)
James Middleton
El hermano de la duquesa de Cambridge, Kate Middleton, James, reveló en un largo texto en el diario inglés “Daily Mail” su batalla con la depresión clínica.
James escribió que estaba consciente de que había vivido una vida bendecida y privilegiada, pero que eso no lo había hecho inmune a la depresión, a la que describió como un “cáncer de la mente”. También dijo que cuando la sufría sentía que “no tenía propósito ni dirección” y que pensaba que era “un total fracasado”.
No contestaba a los mensajes de familia y amigos que cada vez estaban más preocupados por él, hasta que, en diciembre de 2017, hizo un viaje solo con sus perros, en el que llegó a la conclusión de que necesitaba ayuda urgentemente, la cual, afortunadamente obtuvo al acudir con el siquiatra Stephen Pereira.
James atribuye su depresión en parte a los problemas para adaptarse a la vida escolar y laboral tradicionales provocados por su dislexia y su Desorden de Déficit de Atención, que causaron que siempre tuviera muy malas calificaciones y muchas dificultades para lidiar con los requerimientos de un negocio.
James atribuye parte de su recuperación –hoy está felizmente recién casado con Alizee Thevenet—a sus perros Ella, Inca, Luna, Zulu y Mabel. A Ella especialmente, que lo acompañó a todas sus sesiones de terapia.
James y Ella son voluntarios en la organización “Pets as Therapy” y Ella está hoy certificada como “compañera de terapia” por esa asociación.
(Foto: AP)
Anthony Bourdain
“El negocio (de la cocina), atrae a elementos marginales, a gente a la que le ha pasado algo terrible en la vida” escribió Anthony Bourdain en su libro “Kitchen Confidential” en el año 2000. “Tal vez reprobaron la prepa, tal vez están huyendo, o, tal vez, como yo, simplemente les gusta esto”, añadió.
Bourdain fue uno de los primeros celebrity chefs y tenía el que él mismo llamó “el trabajo ideal”: viajaba por todo el mundo para comer y televisarlo, por lo que le pagaban muy bien.
Tenías miles y hasta quizá millones de fans, casi todo lo que emprendía tenía éxito, ganó Emmys y publicó bestsellers de la lista del “New York Times”, pero también sufría de depresión.
En junio de 2018, Bourdain estaba trabajando en un episodio de su serie “Parts Unknown” en Estrasburgo con su amigo y frecuente colaborador, Éric Ripert. Fue Ripert quien se mostró preocupado de que Bourdain no se hubiera presentado ni a la cena ni al desayuno; lo encontró muerto, colgado en su habitación del Hotel Chambard.
No hubo una sola persona que no se mostrara sorprendida por su suicidio, incluida su madre, Gladys, y su novia, la actriz Asia Argento. Bourdain no reveló a nadie que tuviera impulsos suicidas ni tuvo alguna conducta evidente que alertara sobre una profunda depresión.
Tiempo después se reveló que muchos chefs y personal dedicado a la industria restaurantera tienen con frecuencia problemas mentales, por lo que se creó el sito web “Chefs with issues” que busca ayudar a otros en situaciones similares a las de Bourdain.