Carlos Rivera es uno de los cantantes más exitosos de la actualidad, con sus baladas y su romanticismo ha logrado cautivar a audiencias de países como Argentina, España, México y otros lugares del mundo, sin embargo, no siempre fue así y en un reciente podcast, conducido por Oswaldo Trava, mejor conocido como Oso Trava, habló largo y tendido sobre el tema.
En el episodio, Carlos hizo un recorrido por los momentos clave de su carrera, que lo llevaron a lograr ser un cantante reconocido.
Carlos comentó que a pesar de que fue muy feliz durante su estancia en La Academia, reality que lo catapultó a la fama, tuvo duros momentos a causa de las fuertes críticas que recibió.
“Los críticos se pusieron tres veces de pie conmigo, en una Gavito dijo que se iba a levantar pero me ponía de reto lograr que los cuatro jueces se levantara, me tocó cantar la canción de “Hombre” de Napoleón, y ahí les cantaba a ellos, se pone el público de pie y los jueces y al final me dice Gavito, ‘tú eres un hombre de fe, vamos a pedirle a esta empresa que te ponga en un lugar que sepa llevar tu carrera porque el nuevo ídolo de México está aquí enfrente y para mí fue como wow”, recordó Carlos.
Ante el suceso, el cantante se enteró tiempo después que eso provocó que los productores del programa dieron instrucciones para complicar su camino al triunfo dentro del reality show.
“Sé que de ahí entró el productor a gritarle a los críticos por haberme dicho eso, entonces entró una pequeña etapa en donde dijeron vamos a darle con todo y me pusieron a cantar “Ingrata” de Café Tacvba, estaba la consigna de que me viera ridículo, que cantara mal, que los críticos acaben conmigo, llegué al final y la pasaba muy mal porque sentía que me estaban tratando súper mal, y todo era parte del programa”, recordó sobre el momento.
Ante este ‘sabotaje’, Carlos recordó que su mejor arma fue no tomarse nada a pecho y sólo dejar fluir el contenido del reality show, pues confesó que él mismo tenía una bitácora que o ayudaba a mantenerse centrado ante los duros comentarios de los críticos.
“Ese fin de semana llegó el productor y me dice ‘y qué, cómo va la ingrata, ¿quieres que la cambié?, yo canté, me cagué de la risa, pero en La Academia nunca me tomé personal nada, ni lo bueno, ni lo malo”, dijo.
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