Tras la muerte de Bárbara Berger, la esposa del joyero Mauricio Berger, recordamos cómo fue que inició la hermosa historia de amor que juntos crearon.
Aunque ambos tuvieron un primer matrimonio, el destino tenía lista para ellos una historia de amor unida por una deslumbrante afición en común: su pasión por las joyas.
Su amor por las piedras preciosas y los perfectos acabados, así como la unión familiar que juntos procuraron desde que iniciaron su romance, llevó a Mauricio y Bárbara a ser los protagonistas de un amor que parecía sacado de alguna película romántica.
Mauricio y Bárbara conocieron en México, en la década de los 70, su primer encuentro ocurrió durante la luna de miel de ella con su primer marido, también joyero y amigo de los Berger.
Como dato curioso, Mauricio les dio un recorrido a Bárbara y su primer esposo, Silvio Maurice, con quien tuvo a su hijo Serge.
Tuvieron que pasar más de 20 años para que Bárbara y Mauricio se reencontrara, mientras ambos coincidieron en una estancia en Milán, Mauricio la invitó a cenar, y para esos años, ambos estaban divorciados, así que comenzaron a frecuentarse y esto los llevó al romance.
Bárbara y Mauricio se casaron en México en 1990 y, desde entonces, se volvieron inseparables, de acuerdo con testigos de su relación compartían una química innegable y amaban reunir a sus familias, pues para ellos era un valor muy importante.
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