Hasta hace unos días, el sóftbol femenil era un deporte que no llamaba especialmente la atención en nuestro país. Todo cambió cuando el equipo mexicano inició su participación en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
La agrupación está formada por 15 integrantes y prácticamente todas ellas son mexicoamericanas, excepto Stefanía Aradilla, quien nació en la Ciudad de México, pero quien juega en Estados Unidos desde hace varios años. Los padres o abuelos de estas chicas son de ascendencia mexicana, pero no solamente sus integrantes, los recursos del equipo y su entrenamiento, de acuerdo con "Yahoo Deportes", también provienen del vecino país.
En los Juegos Olímpicos de 2012 y 2016, este deporte no se incluyó ni volverá a estar incluido en 2024, de forma que los seis equipos seleccionados que participaron en los juegos de Tokio 2020, tenían mucho que probar.
Leer también: Anissa Urtez, del equipo de softbol mexicano, planea boda con su novia
El equipo mexicano está rankeado en el cuarto lugar a escala mundial y era una de las grandes esperanzas del país para obtener una medalla en estos juegos. La agrupación empezó con muy buenos resultados, pues se impuso a Australia 4-1 en su primer encuentro eliminatorio, posicionándose para competir por la medalla de bronce. Sin embargo, después perdieron contra Japón, Estados Unidos y, finalmente, ante Canadá, con un score de 3-2, por la medalla de bronce. A pesar de estos, ninguna de las derrotas fue por mucha diferencia en el score y el equipo dejó Tokio con un buen sabor de boca.
La controversia
Sin embargo, hace unos días, otras atletas mexicanas encontraron algunos de los uniformes de las chicas del equipo de softbol en la basura, generando tremenda polémica. Las versiones a favor y en contra de las chicas no se hicieron esperar. Mientras en un primer momento la Federación Mexicana de Softbol, por vía de Rolando Guerrero, su presidente, aseguró que solo era uno de los muchos uniformes de las chicas y que no se trataba de otra cosa sino de un problema de peso en las maletas. A pesar de esto, poco después, emitieron un comunicado diciendo: "Estamos igualmente indignados con la(s) jugadora(s) y se realizará una investigación a fondo para encontrar a la(s) responsables de estos actos, aplicando las debidas sanciones y [que] dejen de representar a esta federación". Por su parte, Carlos Padilla, del Comité Olímpico Mexicano, aseguró que "habrá sanciones ejemplares".
Hay voces que aseguran que la polémica huele a xenofobia, dado que las jugadoras han sido duramente criticadas solamente por el hecho de ser de origen norteamericano y se las acusa de "no tener tan puesta la camiseta". Hay también quien asegura que se está haciendo una tormenta en un vaso de agua, como suele suceder con los fenómenos virales. Por lo pronto, algunas de las jugadores subieron a Instagram una disculpa pública por lo ocurrido.
El polémico equipo
El equipo olímpico mexicano de softbol está compuesto por jugadoras --actuales o veteranas-- de la NCAA, la Asociación Atlética Universitaria de Estados Unidos. De acuerdo con "Yahoo Deportes", los entrenadores y directivos mexicanos entendieron que para competir a nivel internacional se necesitaban mejores jugadoras y voltearon a las comunidades latinas en Estados Unidos para reclutar jugadoras universitarias de ascendencia mexicana, aunque en algunas de ellas la conexión con el país es realmente remota.
Del equipo, solo Stefanía Aradillas, de 26 años, nació en México y creció hablando español. Cursó la preparatoria en la Ciudad de México y de ahí jugó en un comunity college de California y, posteriormente, para San Diego State.
La pitcher, Danielle O'Toole, de 27 años, jugó dos temporadas en San Diego State antes de transferirse a Arizona y gracias a su ascendencia mexicana, ha jugado tanto en la selección nacional como en la estadounidense. La catcher Sashel Palacios, de 25 años, nació en Chula Vista, California, y jugó en la universidad Arizona State. Dallas Escobedo, de 29 años y nativa de Glendale Arizona, y Sydney Romero, de 24, nacida en Murrieta, California, jugaron, al igual que O'Toole, en la selección nacional de sóftbol estadounidense antes de cambiarse al mexicano.
Brittany Cervantes, de 31 años, quien nació en Chatsworth, California, y es cátcher del equipo, es también la directora de operaciones del equipo de sóftbol Kentucky Wildcats. Chelsea González, de la Habra, California, jugó para Arizona State; Sierra Hyland nació en Kansas pero creció en California y jugó para las Comets de Cleveland, y Anissa Urtez, jugaba en Utah y está próxima a casarse con Amanda Chidester, seleccionada del equipo de Estados Unidos, las tres tienen 26 años.
Taylor McQuillin, de 24 años, es pitcher, nació en Tucson, Arizona y es legalmente ciega del ojo izquierdo; Amanda Sánchez, nació en West Covina, California y también juega con las Comets de Cleveland; mientras que Tatyana Forbes, de Redmond, Washington, es una de las jugadoras que tiene más tiempo en el equipo mexicano; ella juega para North Carolina State y su padre y su tío fueron jugadores profesionales de futbol soccer en Los Ángeles; ambas tienen 24 años.
Leer también: Los más sexies de los Juegos Olímpicos Tokio 2020
Victoria Vidales, de 25 años, nació en La Porte, Texas, y también jugó en las Cleveland Comets; las más jóvenes del equipo son Suzy Brookshire, quien jugó para tres universidades californianas, y Nicole Rangel, de 23 años, quienes completan la lista. Rangel nació y se formó en Houston, Texas y fue una de las jugadores estrella de las Oklahoma Sooners.
"Me siento muy honrada de formar parte de este equipo" dijo Aradillas al diario "The San Diego Union Tribune", "las 15 jugadoras son sorprendentes, muy inteligentes y resilientes. Tenemos mucha química entre nosotras. Somos muy, muy diferentes, pero nos complementamos y es una gran combinación para nosotros. No importa donde nacimos o qué lenguaje hablemos, representamos a un país y lo hacemos bien".
No te olvides de seguirnos en Google News: Revista Clase