(El Universal)
Ha pasado más de un año desde que Frida Sofía hizo público que había sufrido abuso sexual cuando tenía cinco años por parte de su abuelo Enrique Guzmán, papá de su mamá Alejandra Guzmán. Dichas declaaciones no sólo causaron revuelo mediático, también una desestabilización dentro de la familia Pinal Guzmán que parece no tener fin.
Lo anterior, porque a pesar de que durante unos meses hubo un cese a la guerra de declaraciones, hace unos días la revista TV Notas difundió unos audios que han vuelto a poner el conflicto entre Alejandra Guzmán y su hija Frida Sofía en el centro de los reflectores.
(Enrique Guzmán, Luis Enrique Guzmán, Frida Sofía y Alejandra Guzmán / Instagram)
En dichas grabaciones, se le esucha confirmar a la cantante de 54 años de edad que sacará de su testamento a Frida Sofía y que en cambio, dejará como su heredero a su sobrino Apolo, el hijo que precreó su hermano Luis Enrique Guzmán con su esposa Mayela Laguna.
"Que los dos departamentos los ponga a mi nombre completamente y no pasa nada, yo soy la dueña única, o sea que ponga a mi nombre los otros 2 y por si pasa algo pongo a Apolo. Quiero hacer un tetsamento y todo se lo voy a dejar a Apolo, me vale madre [...] y que ella se encarge de su vida y sus cosas y que Dios la bendiga", se le escucha decir a Alejandra Guzmán, quien también confirma que lo único que le va a dejar a su hija es el departamento en el que la joven vive actualmente en Miami.
En el segundo audio, según el medio, Alejandra remata diciendo: "Yo no necesito ni verla ni nada, ya que se haga cargo de ella de su vida".
Por si no fuera poco, la revista de circulación nacional, entrevistó a un amigo cercano de la familia, quien reveló que Alejandra y su hija crearon en 2018 un empresa llamada "A&F Empire" con la que compraron tres departamentos en el mismo edificio en la ciudad de Miami. Dos costaron 11 millones de pesos cada uno, de los cuales, en uno vive Frida Sofía y el otro es propiedad de la Guzmán y al que llega cada vez que viaja a esta ciudad estadounidense.
El tercer departamento que tuvo un precio de 8 millones de pesos y que estaba alquilado, fue vendido por Alejandra sin consultar a Frida Sofía, una maniobra que no saben como realizó debido a que por ser propiedad de la empresa de la que son dueñas mamá e hija, requería de la firma y autorización de Frida.