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Hace unos días, Shinzo Abe, ex primer ministro de Japón, murió a los 67 años tras recibir un balazo cuando pronunciaba un discurso de campaña, noticia que impactó a los diversos mandatarios a nivel mundial.
Lógicamente su asesinato impacta de muchasformas, desde representa un riesgo político hasta demostrar la situación de odio que se vive en la sociedad, pero definitivamente una de las cosas más importantes es el daño emocional que atraviesan sus personas cercanas, entre ellas su viuda Akie Abe.
Akie Abe, conocida por ser programadora de música en la radio y una reconocida activista japonesa, siempre ha dado de qué hablar ya que sus labores no se apegaban a las costumbres de Japón, país del que su fallecido esposo fue primer ministro durante 2006 a 2007 y de 2012 a 2020.
Con 60 años, Akie Abie es miembro de la alta sociedad ya que proviene de una familia con poder adquisitivo, su papá era ex presidente de la empresa de dulces y confitería llamada Morinaga & Co, que se ubica en Tokio, Japón. Además, estudió en una escuela privada católica para después acudir a una escuela de capacitación y posteriormente trabajar en una agencia de publicidad.
De hecho fue gracias a su trabajo que Akie conoció a Shinzo Abe, quien en ese entonces era un asistente político. La pareja se casó en 1987, cuando Akie tenía 25 años y Shinzo 33 años. Aunque se supo que realizaron tratamientos de fertilidad, el matrimonio nunca tuvo hijos.
(Shinzo Abe y Akie Abe a punto de abordar un avión de Estados Unidos a Tokio durante 2018 / AFP)
Sus controversias como “primera dama”
El hecho de que Akie Abe contaba con un panorama amplio a nivel educativo y social le permitió ser partícipe y expresar sus ideas desde el momento que su esposo tomó el mandato como primer ministro, aunque la mayoría de ellas fueran en contra o causaran revuelvo para los altos mandos del país, incluyendo a Shinzo Abe.
Entre los principales temas que se encargó de hablar se encuentran los derechos de las mujeres y de las personas LGBT, de hecho en 2014 participó en el desfile del orgullo gay realizado en Tokio. Además de mostrar su apoyo al uso de la marihuana medicinal.
Expresar sus puntos de vista le provocó diferencias con su esposo, quien era abiertamente conservador, por supuesto también recibió críticas en general por no seguir el típico “rol” que se acostumbra en Japón, incluso fue comparada con las primeras damas de Estados Unidos, que se caracterizan por tener papel más abierto con la sociedad.
Otro ejemplo es el hecho de Akie Abe tampoco dejó de prepararse y durante 2011 realizó una maestría en estudios de diseño social en la Universidad de Rikkyo. Situación que la llevó a recibir críticas, como la que publicó el Japan Times en 2014, “Japón nunca ha tenido una Primera Dama como esta, en una sociedad dominada por hombres, quiere interactuar como una persona autónoma".
(El ex presidente Donald Trump junto a su esposa Melania Trump y el ex primer ministro Shinzo Abe y su esposa Akie Abe durante 2018 en Estados Unidos / AP)
Sin embargo, el hecho de que Akie Abe le gustaba expresar y defender sus puntos de vista aunque no empataran con los de su esposo, el matrimonio se mostraba feliz y sin grandes crisis, al contrario, juntos demostraron su apoyo mutuo.
Como cuando fue criticada por no hablar en inglés durante la visita del presidente Donald Trump a Japón en 2017 o cuando en 2018 Akie Abe tuvo que atravesar un malentendido legal sobre su vínculo con un comprador de tierras estatales, ya que la acusaban de beneficiar a dicha persona. Ambos negaron las acusaciones.
Finalmente, otro ejemplo más significativo del apoyo del matrimonio es cuando en 2020 Shinzo Abe renunció a ser primer ministro debido a su padecimiento de colitis. Después de eso poco se supo sobre la pareja ya que prefirieron mantenerse fuera del ojo público.
Después del asesinato de su esposo, Akie Abe fue captada saliendo del hospital donde el ex primer ministro Shinzo Abe falleció. Seguramente buscará refugio en sus personas cercanas para poder afrontar su duelo.