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El pasado 28 de noviembre, Silvia Pinal, una de las actrices más destacadas del cine en México murió a los 94 años, dejando un enorme legado familiar y artístico que prevalecerá por siempre. Una de las grandes herencias que dejó tras su partida fue su icónico retrato pintado por Diego Rivera.
El cuadro de Diego Rivera, un valioso obsequio del célebre pintor a la talentosa actriz, es un testimonio del profundo respeto y aprecio que ambos compartían. Realizado en 1956, el retrato inmortalizó a la diva del cine de oro mexicano luciendo un elegante vestido negro con encajes y detalles, capturando su belleza y elegancia con maestría.
La obra original adornaba la sala principal de su casa en Jardines del Pedregal, siendo un símbolo perdurable de su impacto en el arte y la cultura mexicana. Sin embargo, este jueves se reportó que la pintura había sido sacada de su casa, donde estuvo durante casi toda la vida de la actriz hasta su fallecimiento.
Fue a través de redes sociales donde comenzó a circular un video compartido por el periodista Ernesto Buitrón, donde se ve a un grupo de hombres sacando una caja de madera de gran tamaño de la casa. Más tarde, se ve como la suben a un camión de mudanza.
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¿A quién pertenece el icónico cuadro de Silvia Pinal tras su muerte?
Los reportes indican que Alejandra Guzmán fue quien gestionó la mudanza del cuadro, aunque a su salida de dicha propiedad se negó a dar declaraciones a todos los medios presentes.
La cantante, hija de la fallecida actriz, sería quien habría heredado el cuadro pintado por Diego Rivera, según la información del programa "Ventaneando", quien dio a conocer cómo se repartirán los bienes de Silvia Pinal tras su fallecimiento.
Según el reporte, el cuadro sería heredado a la hija de la actriz, aunque anteriormente Silvia Pinal aseguró que aunque la obra era propiedad de sus hijos, se encontraba en un fideicomiso que indica que no se puede vender ni salir de México.
La idea de pintar a Silvia Pinal surgió cuando la actriz buscaba una imagen imponente para su mansión, y su arquitecto, Manuel Rosen, sugirió a Diego Rivera como la elección perfecta. El pintor, quien no cobró por realizarlo, consideró la obra un regalo para la diva del cine de oro mexicano, aunque se rumora que lo hizo porque estaba enamorado de ella en secreto.
El icónico retrato de Silvia Pinal se convirtió en una herencia cultural invaluable, aunque por ahora, su destino es desconocido. Efigenia Ramos, la asistente de la actriz, quien se encontraba presente cuando sacaron el cuadro, no dio declaraciones al respecto. “No sé lo que se llevaron”, expresó.
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