Para Eugenia Rodríguez Cantú, hermana de Mariana Rodríguez Cantú, esposa del gobernador de Nuevo León, Samuel García; y novia del cantante Antonio Slim Serrano, conocido como Tony Mills—nieto del empresario mexicano Carlos Slim—, el mundo de los negocios se ha convertido en un campo fértil para lucir sus talentos naturales.
A diferencia de su hermana Mariana, quien ha utilizado su influencia para lanzar varias marcas y proyectos de impacto, Eugenia ha preferido mantener un perfil bajo, enfocándose en el crecimiento personal y profesional a su propio ritmo, mientras labra su camino.
A los 17 años, Eugenia, en colaboración con una de sus mejores amigas, Valeria Quintana, fundó Xile Chile, una empresa de gomitas enchiladas que convirtió en todo un éxito y con la que Eugenia comenzó vendiendo dulces a sus compañeros de preparatoria para ahorrar dinero.
Tras esos primeros pasos en el mundo del emprendimiento y después de algún tiempo, Eugenia llegó a la Ciudad de México hace unos días para inaugurar la octava sucursal de Keerlab, la primera en abrir en CDMX, con la que la modelo e influencer se reafirma como empresaria en el rubro del cuidado personal.
En exclusiva para VIP de EL UNIVERSAL, Eugenia abrió su corazón en una entrevista en la que habló de sus pasiones, los retos que ha tenido que superar como empresaria y figura pública, así como de sus sentimientos y relación con el nieto del hombre más rico de México.
La verdad es que sí vengo muy seguido y no sé cómo va a verse el futuro, pero mi casa, mis amigas, mi familia, todo está en Monterrey y para mí, eso es lo que me da paz.
Me encanta llegar a mi casa, estar con mis papás, comer rico. Entonces por lo pronto no creo mudarme. Sí me gusta mucho estar cerquita de mis papás, de mi casa y de mis amigas que son mi motivación y mi apoyo más grande, entonces, por lo pronto, no, pero definitivamente cada vez hay más razones por las que estar aquí. Entonces, quién sabe a dónde me lleve la vida.
Conociéndonos, siendo felices, cuidándonos y hasta ahí todo maravilloso.
Bueno, la verdad es que el beauty no es mi área de expertise. Yo apenas sé cepillarme el pelo, pero entre más me contaban de Keerlab y sus productos, me iba sintiendo más enamorada del proyecto y me di cuenta de que no siempre tengo que ser la experta en un área para poder aportar algo bueno.
Este es nuestro octavo salón en cuatro años, el primero que inauguramos en Ciudad de México.
Siempre me ha gustado cuidarme el pelo, y esta es una marca especializada en cuidado capilar. La verdad es que decidí empezar en este negocio por enfrentar al miedo. Me dije: “Es una buena oportunidad para asumir un buen reto” y hoy en día es algo que me apasiona.
Si hubiera dejado que el miedo me paralizara en lugar de impulsarme, hoy no estaría aquí. Para mí es un orgullo decir que estamos en siete ciudades de la República con salones de Keerlab, que hay mujeres que salen mucho más seguras de sí mismas y que se enamoran en los productos.
Definitivamente el miedo siempre va a estar, pero cuando sabemos enfrentarlo y entendemos que al final del día puede que no pase nada malo, ahí está el secreto. Para mí, una gran motivación es seguir aprendiendo a decir que sí a las cosas.
Cuando empecé a crecer sentía inseguridades como todas, hoy en día es diferente y trato de transmitir eso a otras mujeres para ayudarles a sentirse mejor consigo mismas. Con proyectos como éste, en el que cuidamos de la salud y belleza de las personas, estamos aportando.
No pienso en las expectativas de los demás sobre mí. Lo que siempre tengo muy, muy claro es que yo vivo por mí, vivo para hacerme feliz y sentirme orgullosa, todos los días lucho por ello.
Cuando alguien más comenta sobre tu físico o tu vida no saben realmente qué está pasando. Todos los seres humanos tenemos rachas y etapas y por eso nunca me lo tomo personal, porque sé que son comentarios que vienen de un reflejo de lo que aqueja a quien lo está diciendo.
Por otro lado, lo veo como un pretexto para agarrar más seguridad en mí misma y saber qué quiero y a dónde voy. Los comentarios ajenos hacia mi físico, la verdad nunca han sido algo que me haya molestado, claro que son difíciles, pero como te digo, no tienen nada qué ver conmigo.
Creo que la vanidad no es mala, siempre y cuando tu paz o tu felicidad no dependan de ella. A todos nos gusta vernos bien.
Desde que estaba chiquita me encantaba arreglarme, lo hacía con esmero para ir a la prepa porque a mí me hacía sentir bien. Ahí está el secreto, hacerlo para ti y no para complacer a los demás.
Creo que en el tema de apapacharme me falta un poco, mi rutina normalmente no es la misma diariamente porque viajo mucho, pero en Monterrey me gusta hacer ejercicio, trabajar y comer sano.
La clave está en hacer cosas para ti todos los días, darnos amor en las uñas, el pelo, el maquillaje, lo que sea. La clave de todos los días de mi rutina es hacer algo por mi salud y también algo por mi bienestar mental y emocional.
Mis papás están emocionados porque es la primera sucursal que ellos ven fuera de Monterrey.
En mi casa siempre nos han enseñado a trabajar para conseguir lo que queremos y aunque al principio era un poco frustrante porque implica salir de tu zona de confort y empezar a trabajar y ganar dinero, hoy en día definitivamente lo agradezco porque me enseñaron a trabajar y a echarle ganas de lo que hago. Creo que es de las virtudes que más me gustan de mí misma y de las virtudes que más me gustan de mi familia, que todos en mi casa trabajamos por nuestros sueños.
Tuve el ejemplo de mis hermanos, de mi hermana Mariana, quienes siempre trabajaron, entonces para mí nunca estuvo en duda de que yo iba a tener que trabajar toda mi vida porque existe en mí mucho potencial.
Trabajo desde los 15 años y es algo que definitivamente no quisiera dejar de hacer, especialmente hacer nuevos proyectos. Esa es la satisfacción más grande.
No, para mí no es una opción. Yo apoyo mucho a mis familiares, pero no está en mis planes. A mí me interesa más el mundo de los negocios.
Es importante la responsabilidad en las redes sociales. La más grande que tenemos es cuidarnos a nosotras mismas, porque a veces es muy difícil poner límites de lo que compartimos y lo que no.
Tenemos que entender que lo que compartimos le va a llegar a mucha gente, a muchas niñas chiquitas. Ya hoy en día tienen acceso a las redes sociales, entonces para mí siempre es tratar de dar un buen ejemplo, no compartir de más.
Yo me acuerdo cuando estaba creciendo, y son etapas muy difíciles, en las que te comparas con la gente a tu alrededor. Hoy, con las redes, siento que es más fácil incluso, hacerlo, así que yo trato de que en mí vean la realidad de una mujer que quiere trabajar y superarse. Claro, alguien a quien le gusta arreglarse, usar maquillaje, la moda, pero que no deja a un lado lo importante de la vida, que es ser una buena persona y estar cerca de mi familia y de mis amigos.