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Patricio Borghetti fue de las primeras figuras públicas en México que dio positivo a Covid-19. Hoy, tras casi cinco semanas de confinamiento y ya libre de coronavirus, el conductor de "Venga la Alegría" comparte su experiencia.
El 19 de marzo, él y su pareja, la también conductora Odalys Ramírez, revelaron ser portadores del virus, por lo cual se aislaron en su casa de inmediato. “Al principio fue un poco angustiante.
Entiendo mucho a la gente que está asustada, porque las noticias que más llegan son las que hacen referencia a la gran cantidad de muertos y casos que hay. Eso causa gran alarma y es
muy difícil mantener la calma, pero hay que tratar de hacerlo, porque el pánico perjudica la toma de decisiones”, comentó.
Agrega que muchos llegan a pensar que el Covid-19 equivale a muerte, pero la mayoría de pacientes (como en su caso y el de Odalys) saldrán adelante y vencerán la enfermedad.
Patricio Borghetti señala que siempre trató de animar a la gente, “que vieran que la vida continúa. Desafortunadamente, muchos han perdido a sus seres queridos y cada vida cuenta pero, como sociedad, creo que tenemos que unirnos un poco más”.
A quienes han sido diagnosticados con Covid-19 y que presentan síntomas leves (como le sucedió a ‘Pato’), el conductor les recomienda tratar de generar rutinas, es decir, no quedarse en
cama todo el día, sino que deben levantarse, bañarse, cambiarse de ropa y tener buena actitud pese a la cuarentena.
“Una de las cosas más importantes es prestar atención a las instrucciones del médico y no entrar en pánico. Si no tienes alguna manera de medir la oxigenación, hay unos aparatos que no son muy caros (oxímetros), cuestan entre 300 y 400 pesos. Te los pones en el dedo y miden el nivel de oxigenación. Nosotros lo conseguimos y nos lo pusimos inmediatamente", aseguró el conductor.
“Nos dijeron que una señal de alerta es cuando pierdes el nivel de oxigenación y baja el número [de medición]. [En ese momento] hay que ir a urgencias”, relata Patricio Borghetti vía telefónica. Añade que es clave estar pendiente de la respiración, que no nos falte el aire y buscar meditar o ejercitarse, dependiendo de la condición de cada paciente.
“El único síntoma que tuve fuerte fue la pérdida del olfato, pero traté de hacer ejercicio ligero. Traté de tener actividades como leer y hacer videollamadas con familiares o con amigos que ahora no puedo ver en persona, pero que están al pendiente. No hay que sentirse derrotados ni quedarse tirados porque, entonces, el sistema se deprime y puede ser peor. Hay que intentar encarar esto con la mayor entereza posible. Nosotros, como somos religiosos, rezamos, por lo menos, para pedir por la salud y salir adelante. Gracias a Dios, nos fue bien”, concluyó.