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Los momentos previos a la boda
Contrario a lo que pasa con muchas novias, Paulina no estuvo nerviosa antes de su boda y lo primero que hizo al despertar fue agradecer a Dios por todas las bendiciones que ha recibido. Incluso nos dijo que lloró de la felicidad.
“Estoy feliz, emocionada, enamorada y más que nunca segura de que quiero estar con Valentín el resto de mi vida”, nos dijo la chef en su casa durante los momentos que la acompañamos en su arreglo. Ana Silvia Ortega estuvo a cargo de su maquillaje y Viridiana González de su peinado.
Visiblemente feliz, la mamá de Paulina, Martha Díaz Barreiro, nos dijo que ver a su hija feliz es su mejor regalo.
“Estoy muy emocionada y contenta. De verdad es lo que uno desea para los hijos, verlos felices. Es un deleite verla así, esto es un apapacho a mi alma. A Valentín lo quiero mucho, es un tipazo, es muy bondadoso. Un hombre que siempre está en todo, que ve todos los detalles”, dijo.
La boda de Paulina Abascal y Valentín Girón parecía, literalmente, sacada de un cuento de hadas. Ésta se llevó a cabo en la Casa Club Bosque Real, ante la presencia de 200 invitados, entre familiares y amigos, que los acompañaron para ser testigos de su unión y disfrutar de una original fiesta que todos recordarán.
Ella, una de las chefs pasteleras más solicitadas por la sociedad mexicana y propietaria de las tiendas Dulces Besos, fue quien se encargó de desarrollar el concepto de su boda.
“Cuando Valentín me propuso matrimonio los dos dijimos que queríamos que fuera una celebración con las personas que verdaderamente queremos que estén. Al yo organizar eventos, eché a volar mi imaginación y dije ‘quiero que sea algo muy diferente en todos los sentidos’”, nos contó Paulina.
Y fue así que una impresionante experiencia gourmet predominó en el evento, donde hubo un oyster bar y cuatro estaciones de comida: Charcuterie & Fromagerie, con los mejores quesos del mundo, así como foie gras y carnes frías; La Patisserie, con una gran variedad de postres; Les Bonboms con munchies salados y healthys; y Nitro con bebidas convertidas en helados.
La ceremonia civil
Una noche fresca se vivió el sábado 2 de marzo. A la entrada de la Casa Club se respiraba el romanticismo, velas en cada costado alumbraron la entrada, en medio una mesa con flores y pétalos blancos, para continuar por un largo pasillo, también decorado, que conducía al lugar donde se llevaron a cabo la ceremonia espiritual y el enlace civil. Ahí poco a poco fueron llegando los invitados. El novio se veía algo nervioso, pero feliz, pues su historia de amor con Paulina se sellaba junto a sus seres queridos.
Los acordes de los músicos de Juan Ignacio Corpus entonaron la marcha nupcial y los pajes Juan Camilo Rosales Domínguez, Camila y Alejandro Mendoza Cavazos abrieron el camino a la novia, quien lució radiante a cada paso. Mientras los invitados le mandaban buenos deseos, Valentín la veía emocionado. Ya juntos escucharon las palabras del ministro Roberto Martínez Sotelo e hicieron el intercambio de los votos de amor.
“Estando en este maravilloso lugar sus dos almas individuales se unirán para siempre. En esta ceremonia que es una declaración de su amor y unión hacia el otro. Es un regalo de ustedes y para ustedes, para celebrar el amor y la felicidad, atestiguando un futuro que comienza hoy. Un matrimonio no es la historia de una persona, sino una historia hecha por dos personas, viendo en la misma dirección, caminando brazo con brazo para avanzar ante cualquier adversidad y para ser la fuerza del uno por el otro. Es una aventura que tendrá emociones y preocupaciones, algunas altas y bajas y la única fórmula que los mantendrá juntos es el amor que se están prometiendo el día de hoy. El verdadero amor dice que ustedes dos están mejor juntos que separados. Un matrimonio exitoso no sucede porque sí, sino toma mucho trabajo, tiempo y entendimiento, pero más que otra cosa toma el compromiso de los dos, solamente un compromiso de hacer lo que sea necesario para mantener esta promesa viva para siempre”, dijo el ministro. Posteriormente, Paulina y Valentín se aceptaron como esposos. Este es el segundo matrimonio para ambos.
La juez Ana Laura Ángeles Valencia, acompañada de Enrique Vargas del Villar, alcalde de Huixquilucan, encabezaron el enlace civil, donde los novios dijeron que se amaban con toda el alma. Plasmaron su firma en el acta y luego dieron paso a cada uno de los testigos de honor para hacer lo mismo. Al final la juez ratificó el compromiso de amor y la pareja salió entre aplausos hacia la sesión de fotos oficiales.
Ahí la pareja derramó miel mientras posaban para los fotógrafos. “Soy el más afortunado de casarme con esta hermosísima mujer por dentro y por fuera”, nos dijo Valentín, quien es abogado, y fue pareja de Desirée Navarro.
“Él es sumamente cariñoso conmigo y a la vez es un hombre súper fuerte e inteligente. De cierta manera yo le vine a dar esa paz interior que él necesitaba y él me vino a dar esa fuerza y ese poder para seguir como empresaria. El tema de admirar a tu pareja es algo súper importante, yo lo admiro profundamente porque él ha hecho todo desde cero, es un hombre que ayuda a la gente, es sumamente espléndido, es un caballero. Me cuida y me consiente”, nos dijo la enamorada novia.
Mientras los novios posaban para obtener las mejores imágenes del recuerdo de este día tan especial, los invitados disfrutaron de champagne y un oyster bar, elaborado por Vicky Cherem, y que fue concepto original de Paulina. Ahí degustaran langosta, caviar y cangrejo, entre otros platillos.
¡Qué gran show!
La entrada triunfal de los esposos se dio entre fuegos pirotécnicos, aplausos y abrazos de felicitación de los invitados, con el tema A Sky Full of Stars, de Coldplay, como fondo musical. Paulina y Valentín se dirigieron a la pista y ahí derramaron amor al tener su primer baile como esposos, con el tema Cielo de Benny Ibarra, para luego dar paso a una de las sorpresas de la noche: el show del grupo Matute.
La agrupación puso a todos a bailar, en especial a los novios, y tras terminar el espectáculo continuó la música de un DJ, después el grupo Cumbia Live y finalizaron con la música de DJ Boser hasta las cinco de la mañana.
Una experiencia gourmet sin igual
En el salón principal ya estaban dispuestas cuatro estaciones para que cada quien optara por lo que más le llamara la atención.
A la entrada estaba la zona Nitro, de helados de nitrógeno, donde preparaban la bebida favorita de cada invitado y lo convertían en helado, y al lado Les Bonboms, un área con una gran variedad de munchies salados, enchilados y snacks healthys. Enfrente estaba la Charcuterie & Fromagerie con una gran variedad de quesos de todo el mundo, foie gras, jabugo y todo lo relacionado con carnes frías y pan gourmet, y a un costado se encontraba La Patisserie con miles de postres como pasteles, macarrones, chocolates y más postres al estilo de Paulina Abascal y sus tiendas Dulces Besos, que se han convertido en el hit en los eventos top de la sociedad mexicana.
También hubo bocadillos y canapés, desde brochetas de carnes, empanadas, taquitos de lechuga hasta mini pizzas y hamburguesas. En la tornafiesta todos disfrutaron de los más deliciosos chilaquiles, esquites y tacos de rib eye. Además, los expertos de Cava Social fueron los mixólogos que sirvieron las bebidas y que resultaron un hitazo entre todos.
Y, como no podía ser de otra manera, el pastel fue una impresionante creación de la novia, de siete pisos, con sabor a algodón de azúcar. “Quería romper con todo y este es un pastel con algunas flores y muchos detalles como rococó y afrancesado, porque es el estilo de la boda, y de sabor algodón de azúcar porque me recuerda mucho a mi niñez”, nos dijo orgullosa Paulina.
El diseño de esta impresionante boda fue una creación de la novia, junto con la wedding planer Paola Perdomo y con la florista Paty Kishigami. Se trató de un banquete diferente, que se alejó de lo solemne y tradicional, así que dispusieron de 34 mesas y salas tipo lounge.
“Está increíble porque el concepto es como afrancesado moderno, pero con diferentes momentos gastronómicos para los invitados”, platicó la novia.
Paulina lució un vestido del diseñador Benito Santos, con quien nos dice que hizo un súper click desde un inicio. En un principio había pensado en portar dos modelos diferentes, pero al ver el diseño del primero decidió que era tan hermoso que no podía sustituirlo por otro.
“Conforme empezamos a hacer todas las pruebas del vestido y vi el de la ceremonia ya casi terminado, dije: ‘No me voy a poder quitar este vestido, es tan bonito. Entonces decidí que nada más iba a ser uno”, nos confesó Paulina.
Y respecto a la tradición, la novia portó un moño azul en el liguero, lo antiguo fue la joyería, lo nuevo el vestido y los zapatos los compró en San Diego, del diseñador italiano René Caovilla. Toda la joyería que lució Pau fue un regalo de su ahora esposo. La cruz de rubíes con brillantes, que traía en el cuello, perteneció a la mamá de Valentín y también el reloj que fue diseñado especialmente en oro blanco con brillantes. Los aretes son juego con el anillo, también regalo de él, así como la pulsera que tiene sus nombres grabados.
Los recién casados se van 35 días de luna de miel a Asia para celebrar esta nueva etapa. Primero van a Hawai, luego a Korea y Hong Kong, viajarán en un crucero por Japón y finalizarán en Kioto y Tokio.