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Paola Rojas se siente fuerte, agradecida, imparable y hasta con alas. Se siente en especial cobijada y amada por los suyos. Descubrió una fuerza interior que la sorprendió y que la motivó a seguir adelante en todos los aspectos: en su vida personal, como mamá de sus hijos, Paulo y Leonardo, y como periodista en sus programas Al aire con Paola Rojas, y Paola Rojas en Fórmula, y como columnista de EL UNIVERSAL.
Nos dice que se siente más lista que nunca para darle un sentido social a su trabajo. También le gustaría abrir un canal de comunicación con cientos de mujeres y el hecho de que se haya convertido en una figura para ellas lo asume como “una responsabilidad hermosa”.
Asegura, además, que cerró un ciclo en su vida y que le emocionan las nuevas etapas. Platicamos con ella sobre cómo se siente este 2019, cómo lo inició y cómo cerró el año pasado.
Paola, ¿cómo te has sentido en lo que va de este año?
Me emocionan los inicios, los nuevos ciclos. Parece que he tenido mucho aprendizaje recientemente y me gusta esta posibilidad de empezar un año en el que sé que va a haber muchas oportunidades, en el que sé que vienen cosas interesantes. No solamente porque se me presenten, sino porque estoy lista para construirlas. Lista para construir muchas redes de mujeres, lista para acercarme a gente interesante, para trabajar a favor de los demás. Lista para seguirle dando un sentido a mi trabajo, por supuesto periodístico, pero también social. Me siento cada vez más lista para eso porque llegué a una etapa de mi vida personal y profesional en la que claramente quiero llevar las cosas hacia allá.
¿Qué pediste para este 2019?
Agradecí mucho. Yo soy más de agradecer que de pedir, porque genero lo que quiero que ocurra. Lo construyo con trabajo, con planeación, con estrategia, con disciplina. Pero, claro, hay veces que por mucho que te esfuerces las cosas no salen bien. Entonces cuando te propones algo y ocurre, hay que agradecer. Sobre todo cerré el año pasado con mucho agradecimiento. No sé cómo suene, pero lo digo de verdad. Agradeciendo que tengo salud, agradeciendo porque la gente a la que quiero tiene también salud, que tenemos la posibilidad de crecer, de trabajar. Pero sí, claro, hay cosas que nunca doy por hecho, como la salud, que tengamos salud, y lo demás pues se hace. Lo demás es cuestión de poner manos a la obra.
¿Cómo fue el apoyo de tus seres queridos?
Ha sido hermoso, fuerte, incondicional, muy inspirador. De las muchas cosas que recojo de mis aprendizajes recientes está esa confirmación de que tengo gente muy querida cerca de mí, que me rodea mucho amor de mis amigas, de mis amigos, de mi familia, de mis compañeros, de mis colegas. Mucho de ese cariño sabía que existía, pero otro no. La verdad es que hubo mucha gente que me sorprendió por su cariño, por su cercanía, incluso con su respeto. Gente que me habló para darme su respaldo y que me dijo unas cosas que voy a agradecer siempre. La verdad es que sí fue muy bonito eso: vivir tanto amor a mi alrededor.
Digamos que tuviste como estos dos extremos: la gente que te apoyó y lo que has platicado de la gran violencia en redes sociales por la que atravesaste…
Elijo verlo así: la verdad es que ya ahorita, con más distancia y mucho más en mi centro, con más tranquilidad, con más calma y mucho más recuperada, me doy cuenta que muchos de esos ataques en realidad no eran contra Paola. Hay mucha violencia, hay mucha frustración, hay mucho enojo. Entonces, quien vive inmerso en esa violencia, quien tiene ganas de gritar y ganas de expresarse y ganas de lastimar, pues se busca el blanco que sea para desahogar eso. Entonces, digamos que hoy entiendo que serví de alguna manera como terapia para mucha gente a la que ni conozco ni me conoce, que por lo tanto, si no tienen cercanía y no me conocen, ¿cómo me pueden odiar? y ¿cómo me pueden desear mal? Estas agresiones sexuales, miles de maneras diferentes en las que me describían, en fin, que se les ocurrían para acercarse físicamente a mí, dejé de verlas como algo personal. Entendí que eso, personas que tienen un montón de problemas, que tendrán en su caso que solucionar, que simplemente me eligieron como blanco para canalizar todo ese enojo, esa frustración, no me lo tomo personal, pudo haber sido otro, pero fue meramente circunstancial. Entonces, no recibo lo que no es para mí y no me lo quedo. Lo entiendo: ya hoy lo puedo razonar y lo puedo procesar de otra manera y asumo.que no es mío. Mientras que los mensajes de apoyo, esos sí son para mí, sí están personalizados, sí me los dedican, algunos con profundo amor, otros simplemente con solidaridad o con empatía. Esos que sí son para mí, esos sí los abrazo y, además, me los quedo de fijo para siempre. Y espero, además, hacer uso de todo ese respaldo, cada vez que emocionalmente me sienta débil, porque la verdad es que sí fue una sorpresa muy grata y muy importante y me acercó a mucha gente valiosa. No es nada más que me quede con lo bueno, ni que elija la evasión: elijo lo que sí es para mí y los mensajes de cariño que sí estaban dirigidos a Paola. Por otro lado la hostilidad parece que era bronca de cada uno y se la lanzaban a quien se pudiera, y en un momento fui yo, y hoy será otra persona. Sí me ayudó a dimensionar el nivel del reto: ese nivel de violencia en contra de las mujeres, esa hostilidad que puede haber en muchos sentidos, yo no la había dimensionado. Tengo muchos años trabajando en diferentes temas en torno a la equidad de género y a defender los derechos de las mujeres y empoderarnos. Pero hoy sí veo el problema de la violencia desde otra óptica, sí me queda claro cuán grave es y lo mucho que hay que trabajar para solucionarlo y no solo violencia contra las mujeres, también la violencia infantil. Cuánto dolor, cuánto enojo, cuánta frustración: hay muchísimo por hacer. Hay mucha gente muy enojada, pasándola mal, de escribir y de decir cosas espantosas y ¿qué haces con eso? Pues sí son síntomas y sí te hablan de una sociedad en la que hay que trabajar un montón y con muchas cosas que requieren de eso, de soluciones, de estrategia. Y yo, desde mi trinchera, ¿qué puedo hacer?, desde el micrófono, desde mi pluma, ¿qué puedo hacer?, ¿cómo ayudo a construir?, ¿cómo ayudo a regenerar esto? Son muchos que están tan lastimados.
¿Cómo sientes que cambió todo de sentido, de perspectiva?
Me parece que siempre las cosas pasan para algo. Yo soy muy pragmática, soy muy práctica, uso las herramientas que tengo y esto me dio muchas más. No solamente me ayudó a dimensionar un problema, sino que además me colocó en una posición en la que las mujeres, en donde se te ocurra, se acercan a mí y me hablan de la problemática que están viviendo, que son víctimas de violencia y que no saben cómo salir de ese círculo. Y además me dicen que, de alguna manera, he sido una inspiración para ellas. Eso es una gran responsabilidad.
¿Cómo asumes que te convertiste en una figura para ellas?
No me pesa, es una responsabilidad que abrazo encantada. Lo que sea que yo pueda hacer, no solo desde la comunicación, sino también desde otro tipo de acciones para apoyar a mujeres víctimas de violencia, lo voy a hacer. Y me estoy vinculando con quienes tienen ya un camino recorrido en eso. Digamos que la vida me puso en esa circunstancia, me dio herramientas y las pienso usar para ayudar a otras mujeres. Me encanta la idea.
El primer mensaje que publicaste tras la situación fue uno en Twitter en el que escribiste: “Las ofensas se cuentan por miles, pero no me detengo. Soy más fuerte de lo que pensaba”. ¿Qué descubriste en ti?
Una fuerza interior que de verdad me sorprendió a mí misma y un sentido de responsabilidad. Hay quien deja de ir a trabajar porque tiene gripa. Yo aunque tenga fiebre voy a trabajar; y aunque tenga un lío, voy a trabajar; y aunque haya un escándalo, voy a trabajar. Mi sentido de responsabilidad está por arriba de casi cualquier cosa y no solamente en lo profesional, sino sobre todo también en otros ámbitos. Me logré enfocar en lo importante y proteger a quienes tenía que proteger. Logré que todas las acciones estuvieran encaminadas a eso. Proteger era lo importante, a la gente que quiero y a la que más me importa y no faltar en mi trabajo.
Cuando dices que te enfocaste en quienes tenía que proteger, ¿te refieres a tus hijos Leonardo y Paulo?
Sí, exactamente.
Has dicho también que ya estás de vuelta en el mercado. ¿Qué quieres decir con eso?
En realidad es una manera de decir que ya estoy en una nueva etapa, en el sentido de que claramente cerré un ciclo.
¿Dirías que ya lo cerraste por completo?
Sí. No quiere decir que hay una nueva historia ni mucho menos. Hay todavía muchas cosas por acomodar, digamos. Y regreso al punto: hoy estoy muy enfocada en que todos los cambios que estoy experimentando familiarmente, que nos adaptemos todos a esta nueva realidad, que mis hijos estén tranquilos. Y en eso está mi tiempo y en eso está mi amor. Digamos que en eso estoy concentrada.
Los reporteros te seguían a todos lados, se quedaban a esperarte a todas horas afuera de tu oficina, en el aeropuerto…
Me seguían a todas partes. Todavía lo hacen. Pensaba: “Ya estoy loca, siento que me siguen, voy a tener que ir al psiquiatra, estoy paranoica”. Y a las dos semanas salió el video de que me habían grabado en todos esos lugares que me seguían. Y no estoy loca. Me siguen todavía, me están cazando a ver si ya salgo con alguien. Bueno, pues que le busquen. A estas alturas ¿qué pueden grabar? ¿El señor que saludo y digan que es mi novio?
Ha sido todo un gran trabajo el lidiar con la situación, no dejar tu trabajo, no dejar a tu familia, no dejar a tus amigos y proteger a tus hijos, el acoso de los reporteros…
Fue muy fuerte, en serio. Me siguieron cámaras a todas partes, fue de lo más difícil y más desgastante, probablemente lo peor. Fue cansado, fue hostil. Me obligó a cambiar toda la dinámica de vida. Fue muy cansado.
En este cierre de ciclos ¿sientes que volverías a creer en el amor? ¿Te quisieras volver a casar algún día?
Nooo, gracias. Así estoy cómoda (ríe). La verdad, es muy pronto para siquiera imaginar. Si me preguntas si se me antoja, cero. Pero supongo que es obvio, es natural, es el momento que estoy viviendo. Pero bueno, en el futuro lejano no lo descarto. Si me preguntas hoy, te digo “no gracias, déjenme en paz” Pero no sé. La verdad es que la realidad siempre se encarga de sorprenderte. Entonces sería casi soberbio de mi parte atreverme a anticipar qué voy a sentir, qué voy a querer en dos o cinco años. Si me preguntas, hoy te digo “no, gracias”.
¿Qué nos puedes contar de los proyectos profesionales que tienes para este año?
La verdad es que emprendí muchas cosas el año pasado y otras desde el antepasado, que siguen en curso, que absorben mucho de mi tiempo y de mi atención. Entonces sí tengo muchos proyectos, pero forman parte de lo que ya hago. Son un montón de cosas que me interesa cubrir, investigar para el programa de tele, para el de radio, para los medios en los que ya estoy. Por ahora, no contemplo nuevas cosas porque no me da el día. Cada minuto lo aprovecho y tampoco se trata de saturarte. Al contrario estoy más bien buscando cómo tener más tiempo libre, estar un poco más tranquila, estar más en paz.
¿Estás repensando a qué dedicar tu tiempo?
Siempre me doy espacio para hacer ejercicio. Encuentro el tiempo para mis hijos, es mi prioridad, pero también encuentro el tiempo para estar con mi familia, para estar con mis amigos, para viajar, para descansar. Sí, sí tengo en general tiempo libre… Me ha faltado de repente tiempo para meditar, para estar sin las actividades a tope. Eso se me antoja.
¿Qué más dirías que te ayudó en este proceso para cerrar el ciclo?
Diría, en general, la cercanía de mis amores, cómo me cuidaron, cómo me acompañaron, cómo hasta me alimentaron, me llevaron de viaje. En fin, que nunca estuve sola. Nunca me sentí sola, estuve llena y sigo llena. Es interesante porque siempre he sido yo la protectora, tengo esa personalidad, cuido a mi gente, a mi tribu. Soy súper protectora y no estoy habituada a estar del otro lado. Y esta vez que me tocó estar de ese lado, descubrí como una cosecha de amor a carretadas. Eso me llena de alegría, pero de la profunda.
Qué increíble que seguiste trabajando y no decidiste tomarte unas vacaciones fuera del país…
Sí, tengo un sentido de la responsabilidad muy raro. Me parece que al trabajo no se falta y, entonces, tenía que seguir lo que me dictaba la responsabilidad. Bueno, los reporteros a pesar del acoso y de todo, yo entiendo que es una tarea que les asignan. Yo soy reportera. Muchas veces los mandan en contra de su voluntad y, bueno, que puede llegar a ser molesto. Sin embargo, no tienes por qué ser majadero. Al final, puedes ser siempre cortés, decente y sobre todo si son colegas y si sabes de qué se trata su trabajo. Entonces sí hubo que jalar paciencia de lo más profundo de mi alma y fortaleza y carácter, pero era lo que tenía que hacer. Además no sé huir. Yo los problemas los enfrento y los resuelvo.
¿Dirías que esto es lo más difícil por lo que has pasado en tu vida?
Lo más difícil, sí. Lo más triste, no… pero sí lo más difícil
Al cerrar este ciclo, ¿sientes que aún va a mejorar todo en este 2019?
Sí, es como si hubiera sido un entrenamiento intenso. Siempre he sido una mujer fuerte, siempre he sido una mujer que se atreve a emprender. Es como si antes hubiera sido una corredora aficionada y ahora estuviera lista para el maratón que me pongas. Me siento más fuerte que nunca. La realidad es tan fuerte que te pega, pero eso me llevó a medir mi fuerza, toda. Mi fuerza física, mi fuerza emocional, mi fuerza espiritual. Y no solo a medirla, sino a crecerla, que necesitaba mucha. Siento que me crecieron alas, que tengo como un traje de anfibio, que puedo estar en cielo, mar y tierra.
Como mujer maravilla…
No, pero me emociona, siento que puedo hacer tantas cosas, que las voy a hacer y no por mí. La verdad es que yo tengo mi vida bastante resuelta, pero eso es porque he tenido muchas oportunidades. Tuve acceso a educación y no me he cansado de estudiar. He tenido trabajos que me fascinan. He trabajado en todo lo que quiero. Salud me sobra. Entonces he tenido muchas oportunidades. A mí me enseñaron, fue mi mamá, probablemente nunca me lo dijo, pero me lo enseñó desde que me acuerdo. Mi mamá es una mujer muy generosa, muy trabajadora.
¿Cómo se llama tu mamá?
María Antonieta. Es generosísima, es trabajadora, es muy fuerte, pero además hace muchísimo y siempre con alegría... No se cansa. No la he visto rendirse. Ella más que con palabras, me deja ver con su ejemplo.
Comentabas que eres una mujer muy práctica, que crees que si pasó esto, tiene que haber algún motivo…
Todo es para algo. Si ya pasó ¿en qué sentido? En que me abrió un espacio de empatía con muchísimas mujeres y esa empatía y esa cercanía te puede ser útil para compartirles eso: un mensaje de fortaleza, de solidaridad. Y a eso me refiero cuando hablo de redes de mujeres. La verdad es que a mí me contactaron tantas mujeres y hombres, porque tengo amigazos. Que me cobijara tanta gente fue hermoso, pero también fue necesario. Entonces que muchas mujeres que no tienen ese cobijo sepan crearlo, que sepan crear una red, eso es realmente una de esas cosas que puedo extraer de esto. Es una de las nuevas metas que puedo asumir y hay maneras además de generar.
Llegaste a pensar “¿por qué yo?”
Cuando tienes que resolver tanto, me parece que te debes enfocar en las preguntas que sí son necesarias. Entonces el ¿por qué a mí? es una pregunta inútil. No hay ninguna respuesta que te lleva a nada constructivo. Parece que una pregunta de esas te atora, te victimizas, te pobreteas tú solita y te quedas en el lamento. ¿Y qué crees? Que lamentándote no resuelves, te atoras, ¿y para qué? ¿O sea por qué a mí? Me tocó a mí. ¿Qué sigue? Me parece que hay que ver hacia adelante, insisto, cuando hay tanto por resolver. Hay que enfocar la energía y la fuerza en lo que sí es útil y sí es necesario, preguntarte para qué o por qué a mí no es útil. Entonces para qué pierdes tu tiempo, incluso ya no digas tu fuerza...
Si llegara una mujer, una amiga tuya y te contara que está pasando por una situación similar. ¿Qué le dirías?
La acompañaría simplemente. A quien pasa por algo complicado, hay que darle respaldo, pero no necesariamente dictarle qué hacer, porque eso le toca a cada quien. La verdadera respuesta a los problemas, para poder tomar una decisión acertada es la que tiene cada uno. Entonces si alguno de mis amores, atraviesa por algo complicado, lo acompaño, lo abrazo, lo cuido. Si hace falta lo alimento, lo baño, lo traslado, pero no le digo qué hacer, porque eso es de cada quien.