Ha estudiado desde adolescente en el extranjero, por lo que poco se sabe en México de María Ibarra del Villar. La hija mayor de Celina del Villar y Benny Ibarra ha pasado los últimos años en Boston, donde estudió Arte Visual y Ballet en Walnut Hill School for the Arts, la misma en la que su papá estudió música, actualmente vive en Londres pues estudia fashion photography.
Por ello, grande fue la sorpresa cuando en el desfile de Benito Santos una guapísima Celina del Villar desfiló acompañada de otra guapa modelo: su hija. La sinergia entre madre e hija fue un momento especial para sus conocidos que las veían desde sus asientos y para ambas, en la pasarela, fue verdaderamente algo mágico.
Aprovechando este viaje que María hizo desde Londres para incursionar en el modelaje es que citamos a madre e hija para saber cómo les fue en esta experiencia, cómo transmitió Celina sus conocimientos a su hija de 21 años y quién es esta nueva promesa del modelaje, que además estuvo en las pasarelas de Kris Goyri, Carla Fernández, Armando Takeda, Pink Magnolia y Pineda Covalin.
¿Cómo te sentiste en tu primer desfile?
Nerviosa, pero no tanto. Más emocionada, la verdad. Salí, caminé, regresé y se pasó en dos segundos. Realmente estuvo muy bien.
¿Qué retos enfrentaste al modelar?
Soy Tauro, soy perfeccionista, me gusta que las cosas estén bien hechas y como yo quiero. Entonces el dejar ir esa parte de mi, el decir “ustedes están a cargo de como me ve o” me cuesta mucho trabajo y tal vez por eso me tardé tanto en empezar.
¿Qué consejos te dio tu mamá?
Relajarme y disfrutar. Uno de los más grandes que me dio cuando me estaba enseñando a caminar fue: “Escucha la música, siente la música, eso te va a relajar”. Eso me ayudó bastante a relajar la cara, los brazos, a sentir y hacerlo fluir. También me dijo: “Siempre llévate plantillas de zapatos, nueces, algo de comer, agua, mantente hidratada, di por favor y gracias”. Lo último viene de toda la vida, pero en especial en el set en donde todo el mundo está muy estresado, y hay mucho rush y muchísima gente. Siempre hay que tratar de ser lo más amable posible y relajarse.
¿Qué significó para ti compartir la pasarela con tu mamá en el desfile de Benitos Santos?
Eso fue algo muy mágico, porque sí fue magia. La verdad es que yo no sabía el impacto que era Benito Santos hasta ese desfile. Me acuerdo en el backstage que yo ni siquiera estaba nerviosa, estaba ansiosa por empezar y éramos las últimas de cincuenta y tantas modelos. Los vestidos nos dieron alas, tenían plumitas y creo que una cosa muy linda fue que cuando salimos las dos, la gente que no sabía, se sorprendió, y se escuchaban los suspiros y los “ay, mira”. Fue como ‘uuuy eso se siente muy cool’ y con mi mamá al lado está más padre. El hecho de que es su primera pasarela en tanto tiempo, y que la hizo conmigo, fue algo muy especial para mí.
¿Y para ti, Celina?
Lo que se vio, lo que la gente percibió que hasta la fecha todavía nos siguen diciendo que fue un momento muy lindo y muy mágico. Fue el resultado de muchas cosas, de estar muchos días juntas en las pruebas de vestuario, en los ensayos, en la casa caminando juntas para que pudiéramos hacer un espejo en la pasarela, en maquillarnos idéntico, en peinarnos idéntico, todas esas cosas ayudaron. Pero además la conexión entre ella y yo a nivel emocional, a nivel sensible fue muy fuerte, porque no es lo mismo conectar con una modelo que es tu mejor amiga a que estés de alguna manera pasando la estafeta y al mismo tiempo subidas las dos a la pasarela, no es que nada más estuviera aplaudiéndole, y sí fue un momento mágico.
¿Le dijiste algo antes de que saliera a la pasarela?
No nada más yo, mucha gente que la apoyó del equipo dándole tips de cómo caminar, como controlar los nervios y utilizarlos a favor. Le metí unas plantillas a su bolsa… cosas que a lo mejor a cualquier otra mamá no se le hubiera ocurrido, pero yo dentro de todo este mundo sé que te ponen unos zapatos y prefieres que te que den chicos a que te queden grandes porque si te quedan grandes te va muy mal caminando, entonces le metí unas plantillas de zapatos, le metí unas nueces pero sin sal para que no se hinchara de la cara, todas esas cositas. La verdad es que es una chavita que va a cumplir 21 años y lleva cinco años fuera, entonces no es que sea mejor o peor, pero es diferente el mundo que ella ve, los colores que ve. Entonces cuándo ensayábamos en la pasarela ella me decía: “Má, es que estás caminando como en los 90’s”. Pues sí, porque esa era mi época y ella me decía: “No, no, no muevas tanto la cadera” y entonces si hubo un complemento ahí de darnos tips. Fue muy especial.
María, ¿qué te dijo tu papá cuando se enteró que modelarías en Fashion Week México?
Como no ha estado en México, ha estado componiendo y trabajando mucho en su nuevo material, la verdad es que todo fue por mensaje. Pero sí fue un: “Estoy muy orgulloso de ti”. Él sabe que tengo muchísimo pánico escénico, entonces con muchísimo apoyo me dijo: “Tú puedes”. Y sí pude. De verdad el pánico escénico no sé cómo se me quitó, creo que la emoción me quitó los nervios.
¿Qué les dijo Benny después de que desfilaron juntas?
Celina: Estaba súper feliz, orgulloso, sorprendido también porque no se lo imaginaba. Le hubiera encantado estar en ese momento, pero por cuestiones de trabajo y de logística… Esto salió tan rápido que no pudo mover sus cosas para poder estar, pero súper pendiente y orgulloso. Sabe además que la relación entre María y yo como mamá e hija pues chocamos mucho. Yo siempre le digo a María: “Es que tu empezaste con tu ciclo de hormonas moviéndose por un lado y yo estoy terminando mi ciclo de hormonas por otro l a d o”. Ella a los 20 con toda la pila del mundo y yo a los 50 en plena menopausia, entonces sí hay muchos momentos en lo que chocamos y al ver Benny esta unión que tenemos, esta solidaridad, este bonding, súper contento.
¿Celina, qué sentiste después de verla en su primera incursión como modelo?
Estaba muy contenta y muy orgullosa también porque siempre ha tenido, aunque no aparenta, un miedo al escenario desde chiquita. Entonces lo que se vio en la pasarela, la gente no sabe el trabajo que le costó. Fue mucho más que el trabajo de la primer pasarela de cualquier modelo y además yo cuando empecé estuve por lo menos dos años en desfiles pequeños, ni siquiera de diseñadores, de fábricas de ropa, de muchos showrooms que hicimos durante mucho tiempo para podernos subir por primera vez. Su primera pasarela fue en Fashion Week México con un desfile espectacular y por eso le aplaudo muchísimo. Porque logró sobreponerse y mucho más allá de eso, logró, no nada más caminar, ir y regresarse sin tropezar y sin caerse, logró expresar. Una modelo lo único que tiene es su mirada y su corporalidad para poder expresar, no puede hablar, no puede salir corriendo y tiene que conectar de esa manera. Yo creo que María conforme fueron pasando los desfiles lo fue logrando. Le falta muchísimo pero creo que va por un gran camino.
¿En algún momento quisiste que María se interesara por otra carrera que no tuviera que ver con el medio?
Siempre hemos pensado, Benny y yo, que ellos tienen todo el derecho de escoger lo que quieran estudiar, guiados y aconsejados, pero la última palabra es de ellos. Y que tienen inclusive derecho a equivocarse y cambiar. El único requisito indispensable es que estudien. No importa qué, pero que estudien, que se preparen para esto. Entonces no, no tenemos ningún problema. Yo fui muy feliz y sigo muy feliz en este medio.
¿Cuál sería el consejo más importante que le darías a María ahora que empezó a modelar?
Que no deje de estudiar, la escuela es primero. No importa el contrato millonario, no importa nada, ella tiene muy claro que no va a dejar de estudiar. Y otra que sí es un oficio, no estudias para ser modelo, pero hay que tomarlo con todo el profesionalismo del mundo, es muy importante no tomártelo como hobbie. Ser siempre puntual, traer todo lo que necesitas, ser amable, saber que tus horarios son extremos, saber que el glamour que la gente ve de una foto o de una pasarela trae mucho trabajo atrás y que tienes que aguantar. Somos unos papás de mente muy abierta y sabemos que hay muchos tipos de modelaje, pero ella tiene que tomar decisiones muy concretas de qué quiere y que no quiere hacer y hasta dónde quiere llegar.
Ella es María Ibarra del Villar
Desde que llegó a la sesión de fotos María nos cautivó con su sonrisa y su buena vibra. Su forma de ser es de lo más amigable, buena onda y desenfadada. Entre toma y toma de repente canta y baila un poco y deja todavía más claro que tiene la vibra más alegre.
Aunque ella nos asegura que tiene pánico escénico, la verdad es que nunca lo hubiéramos imaginado porque es de lo más platicadora y extrovertida.
Afirma que le gustaría formar su propia familia, como la que han formado sus papás, y que en un futuro le encantaría casarse y tener dos hijos: primero un niño y luego una niña. De lo que sí no está segura aún es si le gustaría vivir en México, pues dependerá con quien se case.
De lo que sí está segura es que le encanta la música de su papá y que cuando se siente nostálgica en Londres, se pone a escuchar sus temas. Donde nace el sol, Sutil dolor, Déjalo ir y Calaveras son algunas de las canciones de Benny Ibarra que a su hija le encantan.
Sin embargo, a diferencia de su papá, ella se inclina totalmente por la música electrónica y le encantan artistas como Led Zeppelin y David Bowie.
¿Cómo reaccionaron tus papás cuando les dijiste que te querías ir a Londres a estudiar?
Siempre me han apoyado a hacer lo que yo quiera con tal de que estudie. Pero creo que todo el mundo se sorprendió un poco porque mucha gente creyó que me iba a ir por el camino de mi papá, por la música, o actuar, y no, terminé haciendo moda.
¿Tu papá qué te dijo cuando se enteró que quieres entrar al mundo del modelaje?
Mi papá siempre me va a decir “tienes toda la vida, pero te urge empezar a hacer algo de música porque te encanta cantar ”. Y no es que se me haga fácil, pero sí tengo una habilidad, de nacimiento yo digo. Pero sé que cuando quiera ahí va a estar la música, porque siempre me ha acompañado y siempre va a estar ahí para mi, pero ahorita, en lo que me quiero enfocar es en esto.
¿Cómo quieres forjar tu nombre en la industria?
Quiero que la gente de verdad sepa que yo no soy solamente modelo, también soy artista y soy una persona creativa. Que me gusta crear y voy a crear. Que la gente no solo me vea como una cara bonita, quiero que de verdad sepan que le echo muchas ganas en la vida y que trabajo mucho por lo que quiero lograr en la vida. Que no va fácil para mi y que no va fácil para nadie que quiere lograr sus sueños y que si lo intentas se puede.
¿Cómo te imaginas en diez años?
En paz. Me he movido tanto en estos cinco años y me falta, asi de ida y de regreso, que espero que en diez años me siga moviendo muchísimo y siga teniendo la oportunidad de conocer lugares nuevos y gente nueva, pero también estar un poco más en un lugar.
¿Qué hobbies tienes?
La música, creo que la música electrónica. Le doy durísimo. Me encanta hacer playlists, me encanta ir a conciertos, son mi happy place, festivales y así. Yo siempre he dicho “la música es mi droga”, me hace sentir cosas que no sé con qué más se siente. Y me gusta mucho estar con mis amigos, ir a comer, conocer lugares nuevo, viajar, turistear… y shopping, también, ya que estamos en esas.
¿De qué forma describirías tu estilo?
Ecléctico, esa es mi palabra, siempre digo que soy una persona que le gusta mezclar un poco de todo. Ves mi Instagram y nunca verás cosas iguales, todo va fluyendo.
Así es crecer en la familia Ibarra del Villar
María nos platica que su hogar es una casa de artistas. Su papá es cantante, su mamá, como ya sabemos, es modelo y su hermano menor, Mateo, de 16 años, estudia música en Boston. Para esta familia es normal que en su casa el piano se empiece a escuchar desde las 8 de la mañana.
De su familia María destaca lo sencilla y normal que es. Además, la relación que observamos entre ella y Celina es la que una madre e hija normal tienen. Sobre todo destaca la saludable y armoniosa relación que hay entre todos y lo respetuosos que son sus papás con las decisiones que ella ha tomado en lo profesional.
María, ¿qué significa para ti llevar el apellido Ibarra?
Mucha responsabilidad, no en ser exitosa como todos lo han sido, sino en mantenerme verdadera a mí misma y tratar de no aprovecharme de lo que ya tengo, sino de trabajarle muy duro como lo han hecho mis papás.
¿Y del Villar?
Igual. Mi mamá es de las personas más trabajadoras, chingonas y elegantes. Siempre se ha manejado con clase. Si yo llego a hacer alguna tontería… pues eso no va a pasar porque no estoy entrenada a hacer cosas que sé que no están bien y más en el ojo público. Y eso lo saqué mucho de mi mamá.
Creciste en una familia que siempre ha sido famosa, ¿cómo te ha tocado lidiar con la fama?
No me ha tocado como tal porque como nací con ello, no conozco otra realidad. Sí agradezco que mi familia es una que siempre ha tenido una sensibilidad en cómo manejarse con la prensa. Nunca hemos sido como de publicar nuestras vidas privadas. Agradezco mucho eso de mis papás. Me han educado a siempre ser amable y siempre ser yo misma con las personas.
¿Qué admiras de ellos, María?
La manera que viven su vida tan normal con trabajos como los que tienen, es impresionante. En la casa no sientes una vibra de presión o así, sientes una vibra tranquila, de amor, de mucha paz. Y al mismo tiempo lo mucho que trabajan por hacer lo que les gusta y hacerlo bien. No es perfeccionismo, pero sí lo hacen lo mejor que se pueda, nunca hay un hacerlo a medias.
¿Cómo te describes a ti misma?
Soy una persona chistosa, pero no en el sentido que te hago reír, sino es que soy quirky . Me siento una persona empática, tolerante, paciente, muy paciente. Por ejemplo mi mamá, que tiene una personalidad más fuerte en ese sentido que la mía, siempre le digo: “Má, fluye, todo va a salir bien”. Y todo sale bien. Casi nunca me estreso, siempre digo que sí y cuando digo que no, es no.
A lo mejor en ese aspecto, el de fluir, eres más parecida a tu papá…
Cien por ciento. La disciplina la saqué mucho de mi mamá y en el sentido de cómo relacionarme con la gente lo saqué mucho de mi papá.
¿Cuáles son tus marcas favoritas?
Yo le tiro mucho más al vintage.
¿Te gusta ir a flea markets?
Sí y en Londres hay muchísimos. Mi clóset en Londres es una locura. Me gustan las concepts stores, tiendas que sean muy locochonas Mi estilo son piezas básicas, pero de muy buena calidad, unos buenos jeans y piezas como una buena chamarra de cuero, unos buenos zapatos, unos buenos tacones, un abrigo locochón.