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Ser la exesposa del dueño de Amazon tiene sus grandes ventajas. MacKenzie Scott se convirtió en una de las mujeres más ricas del mundo tras su divorcio de Jeff Bezos y, hasta la fecha, ha donado cerca de 1.7 mil millones de dólares a organizaciones benéficas que apoyan causas como igualdad racial, el cambio climático y todo lo relacionado con campañas de salud.
Tras 25 años de matrimonio, MacKenzie y Bezos se separaron tras darse a conocer el affaire del empresario con la presentadora de televisión Lauren Sanchez y, con el divorcio consumado, ella se convirtió en dueña de aproximadamente 137 mil millones de dólares.
(AFP)
"El año pasado me comprometí a devolver la mayor parte de mi riqueza a la sociedad que ayudó a generarla, a hacerlo cuidadosamente, a comenzar pronto y a mantenerla hasta que la caja fuerte esté vacía. No tengo dudas de que la riqueza personal de cualquiera es producto de un esfuerzo colectivo y de estructuras sociales que presentan oportunidades para algunas personas y obstáculos para innumerables otras", escribió la ex de Jeff Bezos en su blog. Leer también: Mackenzie Bezos se compromete a donar la mitad de su dinero en vida
MacKenzie, además, se quitó el apellido del hombre al que ayudó en la creación de Amazon.
(EFE)
MacKenzie anunció, luego de su divorcio, que daría su dinero a fundaciones y grupos de apoyo y, para ello, se unió a una campaña fundada por Warren Buffett, Bill Gates y su esposa Melinda. Leer también: Lo que tienes que saber de la futura ex del fundador de Amazon, que será la mujer más rica del mundo
"Como muchos, vi la primera mitad de 2020 con una mezcla de desamor y horror. La vida nunca dejará de encontrar nuevas formas de exponer las inequidades en nuestros sistemas; o despertarnos al hecho de que una civilización tan desequilibrada no solo es injusta, sino también inestable. Lo que me llena de esperanza es la idea de lo que vendrá si cada uno de nosotros reflexiona sobre lo que podemos ofrecer. Las oportunidades que surgieron de la mera posibilidad del color de la piel, la orientación sexual, el género o el código postal pueden haber generado recursos que pueden ser poderosas palancas para el cambio", escribió Scott.
En el blog reveló que el dinero destinado fue dirigido a: patrimonio racial, LGBTQ + Equity, equidad de género, movilidad económica, empatía y división de puentes, democracia funcional, salud pública, desarrollo global y cambio climático.