Ha pasado una década sin la voz y presencia de Amy Winhouse. La vida de la cantante, quien tendría casi 38 años, estuvo rodeada siempre de excesos y desenfrenos, los cuales terminaron con su vida a los 27 años, sin embargo, hay quienes aseguran que no fue el abuso de las drogas o el alcohol que impidieron que la cantautora siguiera con vida, sino su apasionada forma de amar la que terminó por matarla.
Se decía que Amy Winehouse fue una mujer muy adelantada a su época, siempre vivió de prisa e intensamente, desde muy joven comenzó a interesarse en la música y poco a poco se convirtió en una de las voces más elogiadas de esta generación, no obstante, la melancolía y la tristeza que habitaban en ella tras una ruptura amorosa, que en combinación con sus distintas adicciones, lograron arrebatarle no solo su sueño de continuar con su carrera artística; sino también de vivir.
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Amy Winehouse y Blake Fielder se conocieron en pug inglés en el años 2004, en ese entonces ambos tenían pareja, pero la atracción de ellos fue tan fuerte que los hizo estar juntos un año más tarde.
Fue justo en esta época, luego de que Blake abandonara a su novia para comenzar su noviazgo con Amy, que la cantante comenzó con el consumo de pastillas para la depresión y con problemas alimenticios (bulimia). En una entrevista Fielder confesó que fue gracias a él que la cantante conoció y comenzó con su ingesta de drogas duras, también aseguró que cuando estaban separados su consumo era aún mayor.
Pero su relación no tuvo un buen inicio, pues tras un año de estar juntos, en 2006, Blake Fielder decide dejar a Winehouse para regresar con su exnovia.
Y después de la repentina ruptura, la cantante inglesa se concentró en sus proyectos personales y en la producción de su segundo y último álbum discográfico,”Back to black”, siendo su historia de amor la principal inspiración para los temas de este disco.
“Todas las canciones de Back to Black hablan de nuestra relación. Nadie me había hecho sentir lo que Blake cuando llegó a mi vida. Era un amor catártico. El modo en el que nos tratábamos me hacía sentir mal, pero nos separamos y nos dimos cuenta de lo mucho que nos amábamos”, dijo Amy en una entrevista.
Un año más tarde el amor volvería a golpear a Amy y a Blake pero esta vez para unirse en matrimonio y vivir inmersos en el abuso constante de drogas duras y el alcohol. En tan solo un par de meses a Winehouse se le vio notablemente deteriorada, lucía extremadamente delgada, con cicatrices, heridas y hasta con dientes faltantes.
Finalmente el 2009, la intérprete de “Love is a losing game”, luego de varios escándalos sobre su problema de adicciones y los de su esposo, decidió pedirle el divorcio a Blake.
“Me enamoré de alguien y eso no me hizo nada bien".
Más adelante en el el año 2010, Winehouse se daría otra oportunidad en la vida y en el amor, fue así que recurrió a un plan intenso de desintoxicación y que inició una relación con el director Red Travis.
Desafortunadamente, Amy Winehouse no logró superar su problemas de salud y de depresión y el 23 de julio del 2011 fue entrada muerta en su departamento de Inglaterra, supuestamente tras haber ingerido tres botellas de vodka y mezclado con pastillas, lo que la condujo a un coma que le provocó la muerte.
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