Kim Kardashian tiene más de 147 millones de seguidores en su cuenta de Instagram y con ellos comparte su día a día: desde fiestas, tratamientos ‘beauty’, sesiones de fotos hasta caprichos al alcance de pocos, etcétera, pero no todo es tan perfecto en la vida de esta empresaria millonaria.
En el año 2010, a Kim le diagnosticaron psoriasis, una enfermedad autoinmune que reseca la piel provocando enrojecimiento y descamaciones y en la mayoría de los casos es hereditaria; su mamá Kris Jenner también la padece. La esposa de Kanye West controla la psoriasis con una dosis de cortisona para bajar el enrojecimiento de la piel y las marcas que ya están secas.
Otra de las enfermedades que le fue diagnosticada a Kim Kardashian es 'placenta accreta', significa que la placenta, el órgano que proporciona oxígeno y nutrientes al feto, termina adhiriéndose muy fuerte a la pared del útero provocando hemorragias internas intensas. Esta condición que puede detectarse mediante un ultrasonido, resonancia magnética y estudios de sangre para ver los niveles de proteína del feto o con una cistoscopia, provoca sangrado vaginal durante el tercer trimestre del embarazo. Te puede interesar: Kim Kardashian crea línea de fajas para cualquier tipo de figura y tallas
Kim Kardashian reveló en la temporada 17 de “Keeping Up with the Kardashians" que tenía síntomas preocupantes. “Me he sentido muy cansada, con ganas de vomitar y mis manos están muy hinchadas. Siento que, literal, me estoy cayendo a pedazos. Mis manos están adormecidas“, dijo durante la transmisión del programa.
La empresaria fue a revisión médica porque pensó que tenía artritis reumatoide. Sin embargo, sus análisis de sangre revelaron anticuerpos asociados al lupus y la artritis.