Para festejar los 100 años de Berger Joyeros, su embajador, el actor español Iván Sánchez, estuvo de visita en México. Iván, quien vive en Madrid, pasó allá la mayor parte de la pandemia, pero finalmente regresó al país, el cual, según dice él mismo, visita con frecuencia desde hace 26 años y es un lugar que ama tanto que no solamente pasa aquí largas temporadas sino que incluso tiene aquí una casa. El actor, quien estaba de muy buen humor, señaló que se sentía muy contento de "finalmente ver gente celebrando y festejando" --con todas las medidas de seguridad pertinentes contra la pandemia, por supuesto-- y de estar de regreso en nuestro país.
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Tuvimos oportunidad de tener una charla con él, en la que nos reveló, entre otras cosas, de dónde viene su amor por México, cómo vivió la pandemia y su concepto de la elegancia.
Cuéntanos Iván ¿dónde estás viviendo?
Tengo un par de años viviendo en Madrid, aunque vengo mucho -excepto este año tan curioso que nos ha tocado (se ríe)- tengo mi casa aquí, pero la verdad es que ya estoy pasando más tiempo allá en España.
Y ¿cómo te fue con la pandemia?
Pues, muy loco todo, la verdad. Yo estaba trabajando en Argentina y el 9 de marzo me entero que para el día 11 se cerraban los colegios en España, y que para el 13, ya debía quedarse todo el mundo en casa. De Argentina yo venía a México a presentar una película en el Festival de Cine de Guadalajara, pero, por fortuna, pude encontrar un boleto de regreso a Madrid. Cuando llegué ya estaba todo el mundo encerrado y pasamos así los siguientes tres meses. El resto, como sabes, es historia…los aplausos a las 8 de la noche, todo aquello, lo recuerdo y todavía se me pone la carne de gallina, fue muy emocionante.
Y aunque todo fue muy raro, para mí fue un buen ‘parón’ en muchos niveles, y afortunadamente, en cuanto acabó el encierro empecé a trabajar. Tuve un mes de vacaciones en el que pude viajar un poquito, por España y fuera, y después estuve rodando una serie hasta prácticamente la semana pasada.
(Foto: Adriana Hernández para Clase)
Y ¿a qué vienes a México?
Primero, que nada vengo a la celebración de los 100 años de Berger, para la cual había muchos más planes, pero desafortunadamente se nos atravesó este año tan raro. Había también otros proyectos de trabajo, pero se retrasaron, casi todos para principios de año. Sin embargo, creo que el 2021 va a ser un año muy bueno, por lo menos para mi profesión, durante este encierro se consumieron más contenidos audiovisuales que nunca antes y creo que eso ya no va a cambiar. Por otro lado, el teatro está sufriéndolo mucho y con el cine… pues, vamos a ver qué pasa.
Y ¿en qué estás trabajando?
Terminé hace dos semanas de rodar una serie española que se llama “Pequeñas coincidencias” que se transmite por Prime y he sido muy afortunado, porque salir del encierro a filmar comedia ¡ha sido maravilloso! Después volveré a Guadalajara, ahora sí a presentar “Isaac”, la película, y a ver qué sigue…
Y platícanos de los 100 años de Berger…
Bueno, pues todo empezó el año pasado, Sergio (Berger) me llamó --somos amigos desde hace años--, me contó todo lo que se venía y le dije que para mí sería un honor y un privilegio poder formar parte de esta importante celebración como embajador. Había programados una serie de eventos a lo largo de todo el año que, como sabemos, al final han tenido que hacerse de otra forma. Pero al final, creo que lo que tenemos que destacar, independientemente de las joyas, los relojes y todo lo que rodea a la firma, son sus valores. ¡Tienen que ver el libro conmemorativo de los 100 años! Es una joya en sí mismo, darte cuenta de con qué amor converge toda la familia en su trabajo.
¿Qué es para ti la elegancia?
Yo creo que es un estar, una manera de vivir, de funcionar, de actuar. Todo se puede aprender, al final, pero creo que hay cosas que son naturales. Uno no sabe muy bien por qué, pero hay una armonía, un ‘algo’, un aura que te dice “sí, es elegante”. Por otra parte, una chaqueta, una camisa, una joya o un reloj siempre ayudan a crear una buena imagen, pero la elegancia va mucho más allá de eso.
¿Y el tiempo, qué es para ti?
Mira, después de este año, creo que el tiempo es un privilegio que malgastamos y que se nos va. Yo creo que este parón nos ha dado mucho qué reflexionar acerca del cómo y con quién desperdiciábamos nuestro tiempo. Creo que ahora todos nos hemos replanteado con quién verdaderamente queremos compartirlo.
Iván Sánchez posa con un reloj Panerai. (Foto: Adriana Hernández para Clase)
Y ¿cómo se es elegante en tiempos de pandemia?
Pienso que, más que nada, con respeto por el otro, el hecho de llevar el cubrebocas es ya un acto de respeto y, sí, de elegancia.
¿Qué es lo que te gusta de México? ¿Qué te trae para acá?
¡Uy! ¿Por dónde empiezo? Hace 26 años que vengo a México, tengo aquí un amigo, un amigo muy cercano y por él ya había venido muchísimo aquí, su familia siempre me recibió con mucho amor. Y hace 10 años, la vida o el destino o lo que le quieras llamar, me devolvió ese amor que siempre le he tenido a este país con trabajo y con el respeto y el cariño de la gente. México está en mi corazón ya para toda la vida, es mi segundo hogar, como te dije, tengo una casa aquí…
Hay sitios a los que uno llega y la vida es fácil y hay otros en los que, por mucho que tú quieras, eso no sucede, y con México, siempre ha sido muy fácil.
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¿Te ha costado trabajo desprenderte de “el gallego”, tu personaje en "La reina del sur"?
Yo creo que nunca nos desprendemos realmente de nada y, ¿por qué querría desprenderme de un personaje que me ha dado tanto? En su momento me abrió las puertas a un mercado gigantesco, laboral y personalmente hablando, y qué bonito que la gente lo recuerde aún después de 10 años.
“El gallego” te estableció como un sex symbol, ¿qué reloj consideras como el más sexy?
(Se ríe) Creo que usas el reloj que corresponde a tu estado de ánimo: más deportivo, más casual, más elegante, más formal, más sencillo o más complicado...y es bonito tener una colección que después puedas dejar como herencia a tu familia. Uno de los valores y misiones de la familia Berger es transmitir que con ellos estás adquiriendo algo que se podrá convertir en un legado para tus hijos y hasta para tus nietos.