Después de un tiempo desde que Paola Rojas se divorció, la titular de noticias abrió su corazón para confesar cuál fue el error más grande que cometió durante su doloroso proceso de separación y que pudo afectar emocionalmente a sus hijos.
La periodista abrió su pasado para confesar con su compañeras de "Netas divinas" cuál fue la parte más complicada de su divorcio y como mamá de dos pequeños."Les voy a contar algo muy personal que, para mí, representó una enseñanza de las grandes; cuando tuve una bronca muy fuerte familiar, en fin, que fue un escándalo que lo supieron todos los terrícolas...", dijo.
"Me exijo mucho y cuando me equivoco me trato tan mal, me regaño tan fuerte, o sea, sí, mi nivel de exigencia personal es demasiado alto", señaló Paola.
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La conductora de 43 años aseguró que en un principio trató de mantener a sus hijos fuera del escándalo y de contener sus emociones frente a lo sucedido."Tuve una etapa muy difícil, personalmente fue de verdad muy complicada y yo estaba, además, como muy enfocada en que mis hijos estuvieran bien. No era momento todavía de comunicarles ciertas cosas y como que guardaba todo el tiempo la compostura y la fuerza para ellos y para que no me vieran mal, ni tantito, fue un esfuerzo agotador y, además, ¿qué creen?, fue un esfuerzo inútil", señaló.
Pero después de un tiempo y de recibir asesoría de una experta en salud mental, se dio cuenta de que no se había permitido ser vulnerable frente a su hijos, enviando un mensaje erróneo sobre el control de sus sentimientos. "Ya luego de un tiempito, hablando con la psicóloga de mis chiquitos, me dijo: 'Paola, ¿sabes qué está pasando? Que sí lo has hecho muy bien en esta parte de que te vean entera. El tema es que te han visto tan bien, que no encuentran ese huequito para entrar, no encuentran esa puertita, esa ventanita, ¿sabes por qué? Porque sí es un momento de angustia para la familia y tú estás tan fuerte que, ¿por dónde llegan a esa mamá que no tiene fallas?'", contó Rojas.
La periodista hoy piensa que fue un error no haberse permitido ser vulnerable en ese parte tan difícil de su vida y es que en ningún momento faltó al trabajo o interrumpió algunas de sus actividades cotidianas, demostrando una impresionante entereza ante las cámaras y en su hogar, sin embargo, con el tiempo aprendió que es mejor hablar de lo que te duele. “Hay que enseñarles que cuando te duele y lo compartes con la gente que amas, lo sanan juntos, evidentemente, sin perder de vista que hay un adulto y dos menores y que cada quien tiene herramientas de acuerdo a su edad y a su capacidad. De verdad, ser el roble no necesariamente es una buena idea”, concluyó Paola.
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