Si bien Edith González no era de tener cientos de amistades, las que tenía eran para ella una mina de oro que atesoraba y a quienes les era tremendamente leal. Una de ellas era Maribé Lancioni, actriz argentina y esposa de José María Zas, presidente de American Express México, quien la conoció en el 2011 en una cena del Salón del Empresario. Fue Toño Mauri quien las presentó al decirles que ambas tenían muchas cosas en común. Desde ahí hicieron un clic especial y tuvieron una amistad muy cercana.
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Por ello para conmemorar la memoria de quien fuera protagonista de "Corazón Salvaje" y "Doña Bárbara", Maribé nos habla de la Edith en la intimidad, qué compartían juntas y cómo era como amiga.
-¿Cómo era ella en la intimidad, con amigos, cuando no había cámaras?
“Era sumamente ocurrente y cercana con sus verdaderos afectos. Si bien no era de andar compartiendo intimidad con todo el mundo, a los amigos cercanos nos hacía sentir verdaderamente especiales. Además, como era una persona sumamente informada, pasábamos horas hablando sin que se agotaran los temas de conversación. Podías hablar desde historia, política, teatro, arte (otra de sus grandes pasiones), televisión, cine, moda, turismo, etcétera”.
-¿Qué compartían juntas?
“Siempre digo que seguramente nos conocíamos de vidas pasadas. Tuvimos una amistad como de adolescentes que se permitían jugar, reír, compartir charlas. Algo que disfrutábamos mucho era ir a los estrenos teatrales. Recuerdo que después de ir a saludar a los camerinos, al terminar la obra, nos poníamos a cambiar ideas de lo que nos había parecido desde el libro, la dirección, puesta en escena y la actuación de colegas. Nos pasábamos horas charlando sin parar”. Leer también: "Yo vencí a la ‘bestia’", la última entrevista de Edith González
(Cortesía: Maribé Lancioni para Clase)
-¿Qué recuerdas especialmente de ella?
“Era un ser excepcionalmente generoso con sus seres queridos. Recuerdo una vez que nos encontramos y me preguntó por qué estaba triste. Le conté que me habían prometido un papel en una telenovela, pero que la misma había comenzado y no me habían llamado. A los días se encontró al productor en un centro comercial, lo alcanzó y después de saludarlo le preguntó por qué no me habían dado el trabajo. A los pocos días me llamaron de esa producción para darme un papel”. Leer también: Velan los restos de la actriz Edith González en el Panteón Francés
-¿Qué admirabas de Edith González?
“Mucho, pero además de su buen humor y ganas de divertirse, destaco que a pesar de ser una figura internacionalmente conocida, siempre conservaba esa cosa de niña o adolescente con gran sensibilidad, e incluso hasta a veces ingenua. Y si te brindaba su amistad, era con entrega total y gran compromiso”.
-¿A dónde les gustaba ir?
“A su casa o a la mía, en cenas con amigos, pero lo más habitual era salir los sábados al teatro y luego ir a cenar con nuestros maridos. Cuando inició con la quimioterapia nos pidió a otra amiga y a mí que la acompañáramos en el tratamiento, cosa que gustosas hicimos mientras se atendió en la Ciudad de México”. Leer también: Así fue la historia de amor de Edith González y Lorenzo Lazo
(Cortesía: Maribé Lancioni para Clase)
-¿Alguna anécdota divertida que recuerdes con Edith?
“Para un evento del 16 de septiembre, pasé por su casa para llevarle algo que necesitaba y allí nos arreglamos. A pesar de ser actrices, ninguna sabía colocarse a sí misma la pestañas postizas, así que estuvimos mucho tiempo intentando ayudar a la otra a colocársela, pero fue una tarea imposible. En un momento nos largamos a reír como dos adolescentes ante la primer salida. Obviamente, nos fuimos sin pestañas postizas”.