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El corazón pleno, la fe y la esperanza fueron sentimientos que se vivieron a tope este domingo de Pascua tras el recibimiento de cientos de misioneros que regresaron tras concluir la intensa jornada de evangelización de Semana Santa.
La Universidad Anáhuac México Campus Norte se convirtió en el escenario de una emotiva misa que reunió a estudiantes, familias e integrantes de la comunidad de colegios de la Legión de Cristo para celebrar el cierre de las Misiones 2025.
Tras días de entrega, servicio y testimonio en distintas comunidades del país, los misioneros volvieron con el alma llena y el corazón transformado. Familias enteras compartieron abrazos, risas y lágrimas durante la celebración eucarística.
La misa, presidida por el padre Alberto Simán, legionario de Cristo y director territorial para México y Centroamérica de la congregación, fue el momento perfecto para agradecer por los frutos del viaje misionero y por el espíritu de comunidad que caracteriza a la Anáhuac.
“Las misiones enriquecen muchísimo. La verdad es que ayuda mucho tanto el darse como también el recibir y poder también tener una relación más cercana con Dios”, compartió Paulina Zárate, quien estuvo evangelizando en Zacatlán de las Manzanas, específicamente en los pueblos de Hueyapan, Huilotepec y Tlalixtlipa.
Los misioneros hacen visitas casa por casa, y por las tardes realizan diferentes actividades en conjunto con jóvenes, niños y adultos. Algunas familias completas forman parte de los grupos.
“El propósito de las misiones es evangelizar, llevar la palabra de Dios en esta Semana Santa a las personas, pero principalmente este año del Jubileo. Van principalmente a llevar esperanza a 1100 comunidades del país”, dijo Pablo Pérez de la Vega, director de la oficina de comunicación de Reino Unido para México y Centroamérica.
Entre cantos, oraciones y testimonios, se vivió una jornada inolvidable que reafirmó el compromiso de los jóvenes con su fe. Durante la misa, las familias, y especialmente los jóvenes, cantaron y disfrutaron realmente de la celebración, en la que el padre Simán habló de las duras realidades que se viven en las comunidades visitadas y la importancia de llevarles la palabra de Dios.