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“Lo hicimos en una casa porque es importante para nosotros que la gente sienta el arte en una casa más que en una galería, una feria o un museo. Que lo sientan para vivirlo”, describió durante la noche de inauguración. La estrella de la noche fue una obra de Kenny Scharf, el artista estadounidense pionero en crear un vínculo entre el mundo del arte contemporáneo y el grafitti usando diversos íconos divertidos de la cultura pop.
“Kenny es mi amigo, es una gran persona y nos mandó esta obra”, relató Diana, para quien Art House marcó su regreso al mundo del arte después de una pausa de tres años en los que tuvo a sus hijos. “Es mi regreso”, aseguró.