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A lo largo de su historia, Herman Miller ha trabajado con muchos diseñadores gráficos y artistas que llegaron a definir el aspecto y la sensación de sus respectivas épocas. Para lanzar la celebración de su centenario la marca buceado profundamente en su rico archivo para dar vida a su historia de autoría de diseño e influencia cultural. Este viaje visual, que comenzó en Milán y viajará a Chicago para los MillerKnoll Design Days en junio, celebra el trabajo, audacia, rigor y alegría innatos de la marca.
Con la contratación de Gilbert Rohde en 1930 como primer director de diseño de Herman Miller, el fundador D.J. De Pree dio un paso fundamental en la transición de la empresa del diseño tradicional al moderno. La formación arquitectónica de Rohde y su educación en la Bauhaus aportaron un nuevo rigor a los muebles tradicionales de Herman Miller, mientras que su esposa Peggy Rohde diseñó materiales de marketing que representaban y destacaban la nueva dirección.
Coincidiendo con el movimiento Pop Art en la década de 1960 y la liberación artística de la década de 1970, un espíritu compartido de idealismo y alegría que se extendió desde el mandato del diseñador John Massey, de influencia suiza y fuerte influencia helvética, hasta su protegido, Steve Frykholm, cuya exuberante serie Summer Picnic llegó a tipificar la identidad gráfica de la empresa durante toda la década de 1970.
En las décadas de 1980 y 1990, Barbara Loveland y Linda Powell condujeron a la empresa a través de un periodo posmoderno de liderazgo en el diseño. A medida que Herman Miller aumentaba su presencia internacional, sus gráficos llegaban a todos los rincones del mundo, desde exposiciones itinerantes hasta un sistema de ilustración que representaba una nueva teoría sobre entornos de trabajo armoniosos llamado Living Office.
Por último, no se puede hablar de gráficos en Herman Miller sin Alexander Girard, director fundador de la división textil de la empresa. A lo largo de su carrera, Girard utilizó gráficos para crear motivos con significado y su lenguaje de patrones alcanzaría su cúspide a principios de la década de 1970 con una serie de paneles de enriquecimiento ambiental, de los cuales se exhibirá una selección en la exposición de la sala de exposiciones de Milán.