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“Les quiero contar que la familia crece!!! Ahora seremos 4 !! Gracias Dios por tanto!!!! Mauricio Odiardi, tu hermana Carlotta y yo te esperamos con todo nuestro corazón!!!”, escribió Shanik Aspe en su cuenta de Instagram para anunciar la llegada de Valentino, su segundo bebé, quien nacerá en julio. Con su mensaje, la conductora recibió felicitaciones, palabras de aliento y buena energía sobre su segunda maternidad, que ha documentado en dicha plataforma.
El anuncio llegó en enero y, al igual que como pasó con el embarazo de Carlotta, su primogénita, los meses parecían transcurrir mientras ella seguía luciendo tan esbelta como siempre. No faltó quien lanzó comentarios aventurados sobre la posibilidad de que hubiera utilizado un vientre subrogado o incluso quienes la tacharon de cuidar al extremo su alimentación con tal de no perder su figura.
En una conversación franca con CLASE y VIP de EL UNIVERSAL, la también cantante presume su “baby bump“ desde la suite presidencial del JW Marriott Hotel Mexico City donde posa para nuestra cámara y hace gala del carácter amable que la caracteriza y se ríe de dichas afirmaciones. Comparte las grandes diferencias entre su primer y segundo embarazos, reflexiona sobre qué tipo de mamá es, y todo lo que la emociona en torno a la próxima llegada de Valentino.
(Foto: Esteban Torreblanca)
¿Qué tipo de mamá eres?
Tienes que entender que tus hijos llegan a tu vida; no tú a la de ellos. Llegó Carlotta y cambió toda mi vida. Sobre todo, porque nació en la pandemia y me vi obligada a parar. Entonces me di cuenta de lo necesario que era que estuviera presente para ella porque estaba creciendo rapidísimo.
Entendí que tenía que cambiar mis prioridades y dejar un poco de lado el trabajo porque mi hija me necesita. Si bien efectivamente ella llegó a mi vida, lo hizo para cambiar todo mi entorno y a mí misma. No soy la misma Shanik desde que soy mamá.
Soy una mamá súper presente, cuido muchos temas de alimentación y de crianza. Nos gusta mucho que Carlotta haga lectura y que conozca el mundo de una manera no tan fantasiosa, por eso casi no dejo que vea televisión. Soy una mamá amorosa, trato de ser paciente y me preparo. He tomado cursos de lactancia, de sueño, alimentación complementaria, abuso sexual infantil, berrinches, etcétera, para entender lo que le pasa a mis hijos.
Ahora siempre pienso como mamá porque una parte de mi corazón está fuera de mi cuerpo. No tengo la verdad en la mano y tampoco quiero vender la idea de que soy la mamá perfecta, pero sí estoy todo el tiempo trabajando en ello porque sí quiero convertirme en la mamá que siempre soñé ser.
¿Cómo estás viviendo tu segundo embarazo?
Son sentimientos muy distintos, pero físicamente me siento exactamente igual. Lo que sí es diferente es que la primera vez que me enteré de que iba a ser mamá sentí muchos miedos y me enfrenté a muchas dudas, si iba a ser buena o mala madre, cómo iba a cambiar mi vida, mi cuerpo, mi relación de pareja. Ahora con Valentino, lo estoy disfrutando.
Con mi embarazo de Carlotta, desde que me hice la prueba entré un poco en pánico y ahora incluso grabé mi reacción en redes sociales, grabé a mi esposo y siento que empecé a disfrutar desde el primer momento porque ya no tengo el miedo de la inexperiencia.
(Foto: Esteban Torreblanca)
¿Cómo te estás preparando para recibir a Valentino?
Cuando estaba embarazada de Carlotta estaba en “Reinas de Corazones” un proyecto musical con unas amigas y estaba en ensayos, grabaciones y presentaciones. Para ese entonces yo tenía seis meses y mi plan era, después de la chamba, empezar a hacer el baby shopping y todos los preparativos.
Pero la historia dio un giro tremendo cuando en una visita al ginecólogo, me dijo que estaba empezando una pandemia y que debía quedarme en casa. Así pasé seis meses en mi departamento. La recta final del embarazo la viví encerrada y eso de comprar cosas para mi bebé y decorar el cuarto no lo pude vivir. Todo lo tuve que hacer en línea y fue desesperante.
Siempre asumí que mi mamá iba a estar ahí conmigo ayudándome en todo, pero como ella era del grupo vulnerable no pudo estar conmigo hasta tiempo después.
¿Crees que será distinto ahora que tendrás niño?
Sí, se me hace muy cañón porque como dicen: los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus. Obviamente tengo la tranquilidad de saber que está mi esposo y eso de cierta manera equilibra un poco las cosas.
Mis papás se divorciaron cuando éramos pequeños mi hermano y yo. Recuerdo que un día mi papá llamó indignadísimo a mi mamá para reclamarle que por qué lo estaba enseñando a limpiarse después de orinar cuando, según él, los hombres se sacuden y ya. Me vino a la mente porque entiendo que hay cosas que son
distintas a la hora de educar a una niña y a un niño. Yo valoro mucho que mis hijos puedan contar con una figura paterna.
(Foto: Esteban Torreblanca)
¿Mauricio y tú están en la misma línea de cómo educar a sus hijos?
¡Cien por ciento! Creo que incluso mucho antes de decidir tener hijos con una pareja hay que hablar de ese tema porque, si no, luego vienen choques tremendos.
Yo creo que nuestro secreto es que somos lo opuesto en muchos sentidos, pero compaginamos en muchos más. Mauricio y yo vemos la vida de una forma muy parecida, pero para mí ha sido todo un proceso abrirme y aceptar que ya no solo soy yo y mis ideas.
Siempre he sido independiente. Nunca he esperado nada de nadie. Todo lo que tengo es fruto de mi trabajo, pero a la hora de formar una familia hay que bajar la guardia cuando hace falta, ser flexible y tenerle fe a tu pareja.
Todo el mundo habla de que no se te nota el embarazo. ¿Cómo te hace sentir eso?
Muchos tienen esa expectativa sobre una mujer embarazada. Cuando estaba esperando a Carlotta y no se me notaba nada la panza, hubo momentos en los que hasta me empecé a sentir mal. Me empecé a dar cuenta que la gente lo veía raro cuando subía cosas a redes o tenía entrevistas y la gente comentaba. Me decían que seguro no comía bien o que mi vanidad no me permitía disfrutar de mi embarazo con tal de cuidar la línea. Me decían una cantidad de cosas impresionantes que no entendía.
Para mí fue traumático y me empecé a limitar de compartir cosas porque sentía que la gente era dura conmigo. El doctor me explicó que el cuerpo de cada mujer es distinto, al igual que cada embarazo.
(Foto: Esteban Torreblanca)
¿Cómo manejas tu privacidad?
Empecé a trabajar en los medios a los 18 años y si algo he aprendido es que, si no quieres que los demás tengan un acceso a tu vida, no hay que dárselos. Las redes sociales son un riesgo en ese sentido. El juego es simple: si expones algo de tu vida, la gente se siente en libertad de amarte o destruirte.
Para mi embarazo con Valentino, además de que se me juntó que me mudé de casa y algunos temas de salud de mi mamá, sé que si subo una foto seguro va a haber comentarios. Entonces antes de hacerlo, me pregunto si me siento bien para tomarlos, si estoy en ese estado de ánimo, si me afectarán o no, y entonces tomo la decisión de subir la foto o no subirla.
(Foto: Esteban Torreblanca)
¿Qué es lo más difícil que has tenido que enfrentar como consecuencia de la fama?
Hace muchos años tuve un acosador. Todos los días me hablaba a mi casa o a mi celular para decirme que iba a abusar de mí.
Llegó un momento que no sé si porque ya lo sentía rutinario, normalicé el hecho. Un día una amiga se quedó en mi casa, sonó el teléfono y ella entró en pánico. Su reacción me hizo ver que no era algo debía dejar pasar por alto.
La crítica, el sentirse observado, etcétera, se hace algo común cuando eres una figura pública. Seguramente es algo malo, pero te vas acostumbrando a eso.
¿Cómo trabajas lo que te hace sentir angustiada, atacada o vulnerada?
Me acerqué mucho a la espiritualidad. En algún punto de mi vida comencé a sentir que debe existir algo más allá de este plano. Cuando comencé a tener una comunicación con Dios, entendí mejor el rumbo al que me quiero dirigir, qué le quiero aportar a la gente y lo que espero para mí misma.
Ve la entrevista completa con Shanik Aspe