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Nicolás Pizarro es considerado un referente en el salto ecuestre en nuestro país. A lo largo de su carrera como jinete ha sumado varios éxitos profesionales, entre ellos, su participación en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Hoy, a 12 años de distancia de aquella justa deportiva, Pizarro nuevamente ha conseguido su pase para representar a México en los próximos Juegos Olímpicos de París.
En entrevista exclusiva para VIP y CLASE de EL UNIVERSAL, Nicolás nos recibió en Cuadra Macaria, club hípico que abrió sus puertas en septiembre del 2022, ubicado en Salazar, Estado de México, sitio al que define como ‘un sueño’, donde tiene la oportunidad de enseñarle a los amantes de los caballos la disciplina de equitación.
Desde su club, a un día de enviar a Europa al equipo de caballos con los que competirá, Nicolás nos comparte su agenda de actividades y preparación rumbo a París 2024 y nos devela sus planes para cuando concluya su participación en los Juegos Olímpicos, que arrancan el 26 de julio.
Cuéntanos, ¿qué es Cuadra Macaria?
Estamos justamente en mi sueño, personal y profesional. Cuadra Macaria es resultado de mi trabajo y de mi familia, junto con el de gente que de verdad ha entregado el corazón. Gracias a su confianza pudimos construir este club hípico, que yo, más que llamarle un club hípico, le llamo una escuela de equitación.
Aquí implementamos el sistema que he desarrollado durante un largo tiempo, junto con un equipo. Es una escuela con tres pistas. Tenemos la pista principal, la pista techada y el paddock de calentamiento. Tenemos 150 caballerizas, espacios sociales para la gente, para que pueda venir a vivir una experiencia hípica.
Nuestra ideología y nuestra meta es que la equitación sea toda una experiencia. En nosotros está poderles brindar todos los conocimientos de técnica, seguridad para poder montar, saltar, competir.
Nos encargamos de todo en los caballos: de que coman, de que los herren, que el veterinario esté con ellos, de que entrenen, de que pasen un buen momento y aprovechen estas instalaciones que están completamente hechas para los caballos y para que la experiencia personal de cada día sea increíble.
¿Cuánto tiempo te llevó concretar este sueño, Cuadra Macaria?
Tengo 26 años como profesional y siempre fue mi sueño. Te podría decir que estos años de trabajo, de lucha, de esfuerzo, de conocer, de aprender, de guiarme, de seguir buscando la excelencia, de buscar ser pioneros, innovadores, de no ser del montón, de buscar otorgar algo diferente, es justamente lo que nos lleva a la creación, primero, del sistema Cuadra Macaria, y, después, a tener un lugar donde llevarlo a cabo, donde los caballos pudieran tener la mejor vida posible y donde cada cliente pueda tener una experiencia sensacional.
¿Cómo te sientes de formar parte del equipo que representará a México en los próximos Juegos Olímpicos?
Creo que es el sueño de cualquier deportista. Tengo la fortuna de tener una muy buena posición. El equipo todavía no está formado, a diferencia de cualquier otro deporte, aquí tu convivencia es con otro ser vivo, con un animal. Estamos trabajando para estar en el mejor momento, a empezar nuestra participación en Europa, a competir con los mejores, aclimatarnos allá y primero Dios, cumplir ese sueño de una segunda Olimpiada donde, lejos de ir solo a participar, como fue en la primera, en esta estoy seguro de ir a competir con una meta y con entrega. Es la culminación de mi carrera deportiva y el inicio de estar completamente enfocado en este lugar y a una entrega máxima a mis alumnos.
¿Cómo es tu preparación a prácticamente tres meses de los Juegos Olímpicos?
Yo creo que mentalmente es la parte más importante, visualizarte ahí, trabajar, pensar en cada momento. Ahora vienen los concursos, para los que físicamente tenemos que estar al cien por ciento. Lo más importante es confiar en el proceso, en todos los años en los que se ha venido creando esto y llevar a cabo la culminación de este sueño, de este proyecto de vida, la culminación personal, la culminación de sueños de todo el staff y de toda la gente que participa conmigo.
¿Es diferente el entrenamiento que se realiza en otra clase de competencias a una de Juegos Olímpicos?
Sí, sí es completamente diferente, porque estás pensando en la máxima justa deportiva. Estás pensando en entregar, en dar lo máximo, en estar al máximo. Entonces, sí es diferente, sí tienes que hacer procesos diferentes y hacer justo todo el previo de forma muy entregada.
¿Cuáles serían esas características que lo hacen diferente, al previo que te refieres?
Creo que el enfoque, que debes ver a largo plazo, el proceso de frustración debe de ser muy manejable para que no te distraiga de tu meta principal.
Supongo, que la presión es distinta.
Completamente. Estás representando al país en la justa deportiva más grande del mundo. Todo el mundo tiene expectativas, todo el mundo quiere lo mejor, todo el mundo quiere esa representación íntegra y creo que sí requiere de una entrega muy particular.
¿Cuál es la agenda que tienes planeada rumbo a los Juegos Olímpicos?
Los concursos en Europa que son de máximo rendimiento. Creo que no ir a ese tipo de concursos, los mejores del mundo, especialmente hoy que mi ranking me lo permite y me abre esa puerta, sería engañarnos y no estar al nivel. Creo que ahorita lo más importante es asistir a esos concursos y lo mismo, no ir a participar, sino a competir.
¿Cómo es la dinámica del traslado de los animales a Europa para entrenar allá y prepararte?
Los caballos viajaron ya. Llegan a Luxemburgo y luego viajan a un rancho. La idea es que se aclimaten para luego tener una convivencia en el día a día, donde ya no debe haber distractores, donde la atención y el foco principal es justamente las Olimpiadas.
Y tú, ¿cuándo te trasladas a París?
Me voy en mayo y regreso después de los Juegos Olímpicos. Ya todo lo preparativo en cuanto a físico, mental, veterinarios, todos los detalles grandes, ya es allá.
¿Con cuántos animales viajas?
Viajo con cuatro, y realmente las que tienen posibilidades olímpicas son dos yeguas: Pía Contra y Atlántica.
¿Cómo te decides al final del día con cuál competir?
La conexión con ambas (yeguas) es idéntica, muy profunda de muchos años. La decisión final no la tendré yo, sino el jefe de equipo, encargado de esto, según los datos que arrojaron las dos yeguas durante estos años de preparación, pero también con base en cómo están en el momento de tomar esta determinación.
La edad juega un papel primordial, pero trae consigo también la experiencia. ¿Qué te hace ser ahora un mejor competidor?
Justamente la madurez. Es un punto de despegue gigantesco, hace 12 años estaba físicamente yo en otro momento, pero mental, anímicamente y de madurez soy otro Nicolás, creo que eso me lleva a tener la seguridad de que, lejos de participar, iremos a competir, lo digo individualmente y como equipo. También la estructura que hoy tiene la Federación Ecuestre Mexicana junto con el programa de high performance que han logrado, creo que nos han inyectado de condiciones fuertes y estructurales para presentarnos en esta justa deportiva.
¿Cómo es la dinámica entre tu presentación individual y en equipo?
Con el equipo ya hemos tenido varias intervenciones en Copa de Naciones, ya hemos tenido puntos muy importantes de competencia, entonces creo que el equipo genera más presión, pero al mismo tiempo un sentimiento de contención y de no individualidad, a diferencia de la competencia individual que vas solo contigo, por tu país, por tus sueños personales. La parte de equipo siempre lleva una bandera mucho más grande, conlleva un crecimiento y un fundamento precioso e increíble de poder representar a tu país. No que como individual no lo tengas, pero realmente creo que ahí sí vas en un tema más de sueños personales y no colectivos.
Después de que concluyan los Juegos Olímpicos, ¿qué viene para ti?
Quiero hacer un fade out de mi carrera como jinete en el segundo semestre participando en dos grandes premios, los más grandes de México y que me gustan mucho, que son Xalapa y Monterrey. Después irme a competir a Estados Unidos, en California, para realmente cerrar esta etapa grande y de ahí pues completamente entregado a mis alumnos, a Cuadra Macaria, para poder trascender; entregar y regresar cosas buenas a toda la gente que ha confiado en mí y a mi país que tanto me ha dado.