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Si al verlo en la calle no saben su nombre o lo llamen por el de alguno de sus personajes, ese es un éxito logrado para el actor Markin López. El histrión, quien de las risas ha pasado a las fechorías luego de pausar su faceta cómica con el personaje Rocko en la serie “Vecinos” para meterse en la piel de Álvaro, un villano en la telenovela “Cabo” -adaptación del melodrama de 1995 “Acapulco, cuerpo y alma“ y que ahora protagonizan Bárbara de Regil y Matías Novoa- disfruta de uno de los mejores momentos en su carrera.
Markin nació el 22 de agosto de 1983 en Torreón, es ex-futbolista y debutó profesionalmente el 6 de febrero de 2004 en el partido entre Zacatepec y Trotamundos Tijuana, posteriormente dejó este deporte para dedicarse a la actuación, aunque no ha abandonado del todo su pasión e incluso interpretó a Benito “El Zombie” Guerrero en la serie “Club de Cuervos”.
En 2021 se hizo de un personaje en la serie de Netflix “Narcos” y aunque ya puede hablar de una carrera con varios éxitos cristalizados, en entrevista para Clase, confiesa que sus aspiraciones hacia el futuro se mantienen en un camino que recorre a paso cauteloso sin dejarse deslumbrar por las atrayentes luces de Hollywood en el horizonte.
¿Quién es Markin más allá del actor?
Soy norteño, un tipo muy familiar. Deportista, disfruto mucho el futbol pero la verdad es que soy un hombre muy tranquilo y hogareño. Disfruto mucho ver películas y soy cero fiestero. Soy un partidazo aunque también he de confesar que soy poco solitario. Soy de los que salen solos a tomo un café y leer. Ahora estoy escuchando audiolibros.
¿Qué audiolibro estas reproduciendo últimamente?
Hace mucho mi papá me recomendó “El vendedor” más grande del mundo” de Og Mandino. Es uno de esos libros de autoayuda y superación, pero lo estoy disfrutando de verdad.
¿Te estás convirtiendo en el mejor vendedor de ti mismo o qué es lo que más destacas de este audiolibro?
Me deja pensando mucho en que la disciplina que me ha dado el deporte la he trasladado a mi formación y practica actoral. Pareciera que los actores nos la vivimos jugando, pero, como en toda profesión, es importante ponerse horarios, metas y límites. Para mi prepararme para ser mejor es indispensable.
¿Cuéntanos cómo te iniciaste como actor si antes ya habías debutado como futbolista?
Empecé en el teatro haciendo una obra en el Centro Cultural El Foco de la colonia Roma. Un amigo me invió a actuar y ahí fue cuando reconecté con esa parte actoral que había experimentado de niño en la escuela. Digamos que empecé al revés, primero en las tablas y luego me puse a estudiar y formarme como tal en Estudio Siete, Casa del Teatro y la UNAM. Después fui agarrando experiencia haciendo cine independiente, teatro y últimamente televisión. Pero el futbol me sigue encantando.
¿Dirías que tomaste el camino correcto?
Hace poco hice una recapitulación y siento que todo lo que he hecho ha sido increíble. He aprovechado el tiempo. Eso me ha ayudado a poder abarcar proyectos importantes.
¿Cuál ha sido el factor que te ha llevado a conseguir personajes importantes?
Tengo la fortuna de haber participado en proyectos que en si mismos son prestigiosos y que luego mis personajes se han vuelto entrañables. Cuando hice “Club de Cuervos” me preguntaban mucho que si no me daba miedo que me encasillaran como “El Zombie” mi personaje en esa historia y siempre respondía que no y lo sigo haciendo. A mi me encanta cuando en la calle me dicen Zombie o ahora Álvaro por mi personaje en Cabo porque me gusta que me reconozcan por mis personaje. Siento que habla bien de un actor que no lo ubiquen por él mismo eso quiere decir que estás realmente consiguiendo un personaje. Es un gran halago para mí que en el corazón de la gente esté grabado como un recuerdo a partir de los personajes que interpreto.
(Foto: Edgar Silva Fuentes)
"Desempleado, frustrado, aburrido y solitario ¡Un partidazo!"
Tras el interrogatorio, como si de pronto vislumbrara con claridad su propia dualidad, Markin reconoce que, aún cuando es un hombre lleno de atributos, algo en su interior lo orilla a permanecer como un soltero empedernido.
Cuéntanos de Álvaro, tu personaje en Cabo
Este personaje es un villano de los dos que hay en la historia. El otro es el personaje que interpreta Diego Amozurrutia. Me gusta mucho explorar la villanía y especialmente en esta historia porque a diferencia del protagonista el mío es un personaje frío y calculador que tiene su parte romántica. Me gusta que la gente ve matices.
¿Qué disfrutas más, teatro, cine o televisión?
El lenguaje en cada uno es distinto. Como actor el trabajo es no querer mezclar una con otra. Es trabajar con cada intensidad y lenguaje para no pelear. En “Vecinos” hago comedia pura y dura en formato televisión. Es un programa que lleva muchos años haciéndose, es súper clásica y me gusta respetar esa tradición en lugar de pelearme porque los lenguajes son diferentes. En el melodrama las intenciones son más elevadas y eso también lo disfruto mucho pero a mi lo que me gusta mucho es hacer cine.
¿Tienes planes para probar suerte en Hollywood?
Siento que si respondo eso me limito. Obviamente tengo mis metas y objetivos. Todos los actores soñamos con llegar a Hollywood. Hace poco veía a Mariana Treviño con quien trabajé en “Club de Cuervos”, que acaba de hacer una película con Tom Hanks y me alegré mucho por ella y me pareció un logro increíble pero pensé que aunque es algo que me gustaría hacer en algún momento, no por tener el objetico puesto hasta allá voy a descuidar lo que tengo aquí. Me gusta ir día a día. Ahora estoy muy enfocado en la novela y en las nuevas temporadas de “Vecinos”. Pero la vida de un actor es casting tras casting hasta que llega un papel en el que encajas y todo parece hecho a la medida. Así me pasó con mi participación en Narcos de Netflix en 2021.
¿Cómo procesas la frustración cuándo un proyecto no se concreta?
Los actores somos desempleados cuando terminamos un proyecto y no sabemos cuándo volveremos a tener trabajo. Es una sensación intensa. Recuerdo una entrevista en la que George Clooney contaba que en algún momento de su vida vendió aspiradoras y que cuando no se la compraban porque le decían que su producto era una porquería, no pasaba nada, pero que cuando empezó a hacer castings y le decían que no se quedaba comenzó a pensar que la porquería ahora era él. Ese mismo sentimiento me ha llegado en más de una ocasión. Los actores nunca superamos esa frustración simplemente aprendemos a darle la vuelta a la hoja cada vez más rápido. El secreto es no castigarse tanto. Como actor te rechazan mucho más que lo que te aceptan.
Lo dirás por los proyectos, pero en el amor seguro eres más que aceptado e incluso asediado ¿cierto?
Estoy solterísimo y, ahora que lo preguntas, no creo que con mis confesiones me ayude mucho a cambiar de estatus (ríe). Me he descrito como un constante desempleado, que atraviesa grandes periodos de frustración, un tipo aburrido y solitario. Yo creo que eso no me va a ayudar a dejar de estar soltero (ríe)
