Estilo de vida| 11/10/2023 |13:50 |Araceli Calva | Actualizada
13:50

Tiene solo 17 años y ya obtuvo 27 premios. Ella es María Hanneman, una destacada pianista que se describe como una adolescente normal a la que le gusta hacer tiktoks con sus amigas, pasear a su perro y salir con sus papás, pero esa humildad no le resta nada al talento nato que la perfila como una de las grandes artistas mexicanas contemporáneas. La directora de orquesta Alondra de la Parra ya la tuvo como invitada en una de sus galas.

María nos invita a charlar en su estudio, en donde aprendió a tocar sus primeras notas. Ahí, en su casa en las afueras de la Ciudad de México, es donde vivió su infancia y a la que regresa cada que tiene oportunidad, puesto que su preparación musical requiere que viva fuera de México. Como ella misma lo dice: “Los sueños sí se cumplen”.

(Foto: Esteban Torreblanca)
(Foto: Esteban Torreblanca)

Aquí, el video con la entrevista

¿Qué es para ti la música?

En resumen, diría que es mi vida, porque, la verdad, yo no podría vivir sin la música.

Desde que era pequeña, mis papás me ponían mucha música, de hecho, tenía un peluchito que, al apretarle la panza, tenía un sonido musical y yo me emocionaba con él. Literal, todo el día estoy escuchando música... no puedo sin la música, es mi vida.

¿Qué sientes cuándo tocas el piano?

Muchas cosas, en verdad. Cuando estoy estudiando y estoy sola, simplemente me concentro y me acuerdo de las correcciones que me han dado, pero cuando ya estoy en un escenario son muchísimos sentimientos. Se siente muy bonito, estoy como nerviosa, emocionada, pensando en todo lo que tengo que hacer, concentrada y muy contenta de estar tocando.

¿Cuáles son tus piezas o compositores favoritos para ejecutar en el piano?

Mozart y Schumann.

¿Qué les puedes decir a los chicos sobre lo que pueden encontrar en el arte?

Por ejemplo, en esto de la música clásica, que piensen diferente, porque luego creen que la música clásica es para viejitos y que es aburrida, pero no, es un género que es para todos.

Todos podemos aprender a tocar un instrumento. La edad da igual, que se tomen el tiempo de escuchar música clásica, porque les puede gustar, se pueden inspirar, imaginar historias, pueden sentir cosas. Simplemente, que la disfruten.

(Foto: Esteban Torreblanca)
(Foto: Esteban Torreblanca)

¿Cuántos años le has dedicado a la música?

La estudio desde los cuatro años.

Ya has hecho una trayectoria, tienes premios, reconocimientos, cuéntanos sobre este camino que te ha tocado andar...

Es un camino que no me esperaba, no pensé que me fueran a pasar tantas cosas.

Comencé a los cuatro años, a los seis gané mi primer concurso, a los nueve entré al Conservatorio Nacional de Música, ahí me quedé. A los 15 toqué en Bellas Artes en la gira de Javier Camarena, a los 16 me aceptaron en un conservatorio en España, también toqué en el Cervantino a los 16, y ahora, a mis 17, toqué con Alondra de la Parra.

Estoy muy contenta y agradecida por todo esto, y la verdad lo estoy disfrutando mucho.

Cuéntanos sobre la experiencia que tuviste con Alondra de la Parra ¿Qué significó para ti? ¿Cómo fue que llegaste ahí?

Conocí a Alondra hace un año en Londres, cuando ella estaba en la dirección de la orquesta del ballet de ‘Como agua para Chocolate’, platicamos, me comenzó a platicar del festival (Paax) y me dijo ‘te quiero invitar’. Yo le contesté ‘¡Claro que sí!’.

Salí del camerino y me puse a llorar de la emoción porque no creía que Alondra me estuviera invitando a su festival; luego comenzaron los mails, los preparativos sobre qué iba yo a tocar.

Cuando me decían ‘¿quieres tocar en un concierto de cámara?’, ‘¿quieres ser parte de la orquesta?’ Yo a todo dije que sí, y por fin llegó el momento, estaba superansiosa de que llegara.

Estuve ahí cinco días antes del festival para los ensayos, y en el primero, con la orquesta y con Alondra, estaba muy nerviosa, como en shock. Le decía a mi mamá ‘como que no puedo creer que esto esté pasando, pellízcame o algo porque es como irreal para mí’, obviamente no me pellizcó, pero al subir y comenzar a tocar con Alondra, con la Orquesta Imposible, me sentí muy bien.

Tocar me relajó mucho y aprendí mucho. El día del concierto estaba muy nerviosa, pero a la hora de subir al escenario sentí mucha paz.

Ya en los aplausos se me hizo un nudo en la garganta, y en cuanto bajé del escenario me puse a llorar con mi mamá. Fue un momento muy emotivo, luego pude hablar con Alondra y me dijo que yo y el piano somos uno mismo, y que nadie nos va a separar. Eso me pegó mucho, fue una experiencia muy bonita, estoy muy agradecida.

Cuéntanos un poco de esta parte de tu vida como adolescente. ¿Te gusta ir al cine? ¿Qué lugares te gusta visitar?

Soy una niña normal, solamente toco el piano y estudio en un conservatorio, pero realmente soy una niña normal de 17 años.

Salgo con mis amigas, vamos al cine, salgo con mis papás, paseo a mis perros, veo la televisión, hago tiktoks con mis amigas, me gusta pintar, me gusta hacer manualidades, me encanta el chisme — se carcajea—, con mis amigas y con mis papás.

Tu vestido es muy bonito, cuéntanos de él, ¿de quién es? ¿te gusta de la moda?

Este vestido es de Carlos Pineda, yo ya tenía uno amarillo y me encantó, y le dije a mi mamá ‘quiero otro’, y me regaló éste que me encantó también.

La verdad no me fijo en eso, pero sí lo hice en este diseñador porque su ropa está muy bonita.

Siempre, antes de salir al escenario, le digo a mi mamá, ‘quiero salir así como estoy ahorita, en mis leggings, con mi sudadera y mis tenis’. Quisiera hacerlo un día ¡o salir en pijama! Sería bien rico.

(Foto: Esteban Torreblanca)
(Foto: Esteban Torreblanca)

Tengo entendido que vives en Madrid.

Sí, ahora estoy en España, en un pueblo que se llama San Lorenzo de El Escorial, como a 40 minutos de Madrid, en un conservatorio en donde te preparan para poder entrar a los grandes, a los superiores, para poder acabar la licenciatura. Me quedan dos años ahí, luego voy a audicionar en los superiores, a ver en cuál me aceptan.

Ahora que estoy allá tengo varias presentaciones en octubre, por el día de la Hispanidad. Estoy muy feliz en España. El conservatorio al que ahora voy es como la preparatoria.

¿Cómo es tu relación con tus papás?

Nos llevamos muy bien, me apoyan mucho en todo. Se mudaron a España conmigo, van a todos lados conmigo: conciertos, concursos, festivales, vamos a todos lados juntos, nos llevamos muy bien. Estoy muy agradecida con ellos.

¿Algo que quieras agregar de tu vida como artista o como adolescente?

Que estoy trabajando muy duro para cumplir todo lo que quiero lograr en la vida, y, a pesar de que hay gente mala onda, no estoy haciendo caso de comentarios negativos. Yo sigo con lo mío. Nadie me va a detener. Los sueños sí se cumplen.

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