Más Información
Alejandro Magno aparece en la televisión que se encuentra en la sala de entretenimiento de la casa de Ernesto Coppel en Los Cabos, Baja California.
La habitación, llena de objetos traídos de los viajes que el empresario de 74 años ha hecho al rededor del mundo y fotos familiares que han capturado sus momentos más preciados, cuenta la epopeya del magnate hotelero quien, sin previo aviso, toma el control remoto y pone pausa a la película ante la mirada inquisidora de sus nietos que lo acompañan en ese momento y quienes, al parecer, ya saben cuál será el siguiente movimiento de su abuelo.
“¿Saben cómo se llamaba el caballo que está montando Alejandro Magno? Se llama Bucéfalo”, les responde el también propietario del emporio Pueblo Bonito. Con este entrañable momento arranca la conversación en la que el empresario abrió su corazón a Clase de El Universal, en el marco de la celebración del Día del Abuelo para compartir cómo vive este rol.
¿Qué es lo que más te gusta de ser abuelo?
Que no tengo que estar educando a mis nietos. Sus padres hacen un gran trabajo yo cuando los veo es para divertirnos, ver películas históricas y compartir anécdotas.
¿Es verdad que los abuelos están para malcriar a sus nietos?
Si los padres educan bien a sus hijos, el abuelo no tiene porque malcriarlos sino seguir con el trabajo de sus padres. Y aún si los padres no no educan a sus hijos el papel del abuelo es ayudar a que sus nietos sean mejores personas.
¿Cómo se mantienen en contacto si ninguno de tus nietos vive en Los Cabos?
A través de WhatsApp. Tengo un grupo con todos y también escribo por aparte con cada uno de ellos. Les mando mensajes educativos, pensamientos positivos y cosas que sé que les pueden gustar. También les llamo y siempre me responden y sino, les insisto hasta que me tomen la llamada.
Entonces eres un abuelo súper cool
Pues a veces soy cool y a veces más tradicional. Me encantó que uno de mis nietos dijera un día que quería unos pantalones como los que traía su "Nono". Me gusto mucho que viera en mi un ejemplo.
¿En qué te gustaría que se parecieran a ti tus nietos?
En el empeño que le pongo a las cosas y el amor que le tengo al trabajo, que sean bromistas como yo y tengan buen carácter pero que no se queden con mis momentos de mal carácter que a veces también tengo. Mejor que solo copien lo bueno.
¿Cuál es el recuerdo más bonito que tienes de tus abuelos?
Mi abuela paterna, Laura, era un alma de Dios y siempre me llevaba al cine, me compraba palomitas, chocolates y me trataba muy bien. Me invitaba muy seguido a comer a sus casa donde hacia unas comidas espectaculares. Ella aprendió a cocinar en San Francisco donde tenía muchas amigas que le compartieron recetas europeas muy antiguas. Ir a comer a su casa esa una delicia.
Mi abuelo paterno, Federico, me llevaba al rancho los fines de semana y era para mi un paseo muy bonito porque había cría de puercos, de gallinas ponedoras, de vacas lecheras, fabricaban cal, había huertas de mangos de ciruelos y de tamarindos. Me gustaba ese paseo sabatino viendo toda esa industria y a mi abuelo que siempre fue un hombre muy prospero.
¿Qué es lo más valioso que aprendiste de ellos?
Su ejemplo. Eran personas pacíficas, tenían un muy bonito temperamento. Nunca los vi enojados. Aprendí de ellos que el temple y la ecuanimidad son cosas muy importantes en la vida.
¿Cuál es el legado más importante que le quieres dejar a tu familia?
Mi legado no lo considero material sino espiritual. El dar ejemplos buenos es el mejor legado que uno le puede dejar a sus hijos y nietos.
¿Qué significado tiene para ti el paso del tiempo?
Es irremediable que pase el tiempo. No para nunca y que bueno porque de eso se trata la vida. Lo que tenemos que hacer es aceptar que nos hacemos viejos con los años y vivir de acuerdo a la edad y con dignidad.
¿