Estilo de vida| 22/01/2019 |16:51 |Redacción Clase | Actualizada
24/01/2019 18:01

Para Mariana Rivas, las mascotas siempre han tenido una gran importancia en su vida. Así fue con su perrita “Pelusa”, que recientemente dejó de estar con ella. "Me duró 18 años. En realidad había sido nuestra única mascota como familia porque la recogimos de la calle cuando mis hijos eran chiquititos", nos contó esta apasionada del surf.

Ella es Kalusha, la mascota de Mariana Rivas
Ella es Kalusha, la mascota de Mariana Rivas

Diego, el hijo de Mariana, estaba desesperado por tener un nuevo perrito, así que se metió a internet y eligió a esta pug que le mandaron desde Veracruz. Escoger un nombre fue todo un tema, nos cuenta ella. “Por supuesto, no tenía nombre y todos pensábamos que se debía llamar de una manera distinta, así estuvo por un mes... hasta que mis hijos, que son súper futboleros y le van al América, se acordaron de un famoso jugador de Zambia llamado Kalusha Bwalya y así fue que la nombramos ‘Kalusha”.

Ella es Kalusha, la mascota de Mariana Rivas
Ella es Kalusha, la mascota de Mariana Rivas

Cuando llegó era tan pequeña que dormía en su cama pero ahora ya tiene su casita y come croquetas para bebé. "La hemos acostumbrado a las croquetas y hemos sido muy firmes en eso, le hemos dado un poco de jamón pero cualquier cosa que huele la vuelve loca, quiere probar de todo", explica Mariana y agrega que “Kalusha” tiene varios juguetitos.

“La tenemos entretenida con pelotitas y cosas para que muerda”, afirma. Mariana Rivas confiesa que les ha costado trabajo que esta pug se vuelva disciplinada porque todavía es muy chiquita. “El tema del baño es lo que más nos ha costado trabajo, en la mañana sale al jardín y todo perfecto, pero cuando entra a la casa, la tenemos que andar correteando para que no se haga en todos lados”, agrega.

Ella es Kalusha, la mascota de Mariana Rivas
Ella es Kalusha, la mascota de Mariana Rivas

“Kalusha” ha traído mucha alegría a la casa de los Rivas y tiene la mejor relación con los hijos de Mariana, al grado de que se pelean por cuidarla. Dice que todavía está muy chiquita y no la han podido sacar mucho, aunque hace poco la llevaron al parque La Mexicana. “Tengo mil anécdotas de cómo aprendió a bajar las escaleras, te mueres de risa. Un día vio una escalera eléctrica y por su reacción parecía que había visto al diablo. La pobre se fue a esconder al lugar más recóndito que encontró, me dio mucha ternura", recuerda.

Y finaliza con la recomendación para todos de que tengan una mascota en el hogar solo si estamos convencidos de cuidarla y atenderla: "Un animalito en casa te invade de ternura, felicidad, cariño y momentos increíbles. Es mucha responsabilidad pero sé que tener una mascota siempre hará que mis hijos sean mejores personas", finalizó.

TEMAS RELACIONADOS