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Cualquiera pensaría que basta con ser famosa para tener a tu disposición varias opciones a elegir para vestir en una alfombra roja, especialmente si se trata de una muy visible como los Óscar, los Emmy, Grammys o cualquiera otra por el estilo.
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Sin embargo, esto no es necesariamente así. Increíblemente, algunas famosas se han visto en verdaderos problemas para encontrar qué vestir en noches de gala, porque “no se ajustan a las tallas de las muestras”, por “imagen” o aún porque tienen que sufrir el esnobismo de quienes rigen los destinos de las marcas de lujo.
El movimiento body positivity, que va ganando en visibilidad y popularidad, promueve la aceptación de todo tipo de cuerpos sin importar su habilidad física, talla, género, raza o apariencia. Pero, a pesar de que cada vez es más reconocido y adoptado, aun estamos lejos de que se convierta en una realidad cotidiana e incuestionable, especialmente entre la élite del entretenimiento, donde todo y todos tienen que ser “perfectos”, por lo menos en lo que a apariencia se refiere.
Aquí, algunas celebridades que, aunque parezca mentira, se han visto –o se vieron alguna vez—en problemas para encontrar un diseñador que quisiera vestirlas.
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Beyoncé
¿Que quéee? En la actualidad no hay un creador de moda que no se “diera de puñaladas” para vestir a la máxima diva de la música y que algo firmado por ellos, lo que fuera, apareciera, aunque fuera “de lejitos”, en el feed de su Instagram, pero esto no siempre fue así.
A principios de los años 2000, cuando Beyoncé formaba parte de Destiny’s Child --junto con Michelle Williams y Kelly Rowland—las cosas eran muy diferentes.
“Cuando empezamos con Destiny’s Child” dijo Bey en 2016, al recibir el premio de “Ícono de la moda” del CFDA (Consejo de Diseñadores de Moda de Estados Unidos), “las marcas de lujo no querían vestir a tres chicas negras, curvilíneas y que no venían de una gran ciudad. No teníamos dinero para comprar vestuarios caros. A mi mamá le cerraron la puerta en cada showroom de Nueva York. Pero, al igual que mi abuela, usó su talento y creatividad para ayudar a su hija a alcanzar sus sueños”.
Durante años, Tina Knowles fue la encargada de hacer el vestuario del grupo. ¡Oh, cómo han cambiado las cosas!
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Kim Kardashian
¿Qué cosa? ¡Si Kim Kardashian aparece regularmente en las primeras filas de los shows de moda más importantes en el mundo! Cierto, pero, otra vez, las cosas no siempre fueron así.
Incluso hasta 2013, Kim y su característica figura curvilínea no siempre fueron tan populares entre la tribu de la alta moda. Cuando el estilista Nicola Formichetti acudió a distintas firmas para que le prestaran prendas -- como es habitual--, para un editorial de la moda con la famosa estrella de realities en la revista “Elle”, se encontró con que varias de ellas se las negaron.
Formichetti dijo entonces: “Hubo gente que no quiso prestarme su ropa. Eso es esnobismo en la moda”. Nos preguntamos si alguno se atrevería a hacer tal cosa hoy en día.
Ashley Graham
Además de tener un rostro que recuerda al de Cindy Crawford en su mejor época, la modelo plus Ashley Graham ha sido uno de los rostros más visibles del body positivity, demostrando vez tras vez que el glamour no está reñido con la talla.
Sin embargo, a su llegada a los Óscar de 2016, expuso muy airada una queja: “Tratar de encontrar un vestido para esta ocasión para una chica de mi talla ¡fue toda una labor!”. Pero, al final, lo logró, el vestido rojo de Bao Tranchi que lució, tuvo muchos comentarios positivos.
Dascha Polanco
La estrella de la exitosa serie “Orange is the New Black”, Dascha Polanco, se quejó de los diseñadores que sí visten a influencers casi desconocidas porque tienen la talla de sus muestras (normalmente talla 2) pero no a las actrices que no “entran en el molde”.
“Entiendo que es un negocio, pero ¿en serio?” dijo en una entrevista con “Vogue”, “mis amigos de la industria que son muy honestos conmigo, me dicen: ‘Mira chica, no tienen tu talla y todavía no tienes un súper nivel, así que tienes que aguantarte con cómo son las cosas o construir relaciones para que tal vez en el futuro pueda alguien hacerte tus vestidos' ”. Triste, pero así son muchas veces las cosas, aún hoy en día.
En los Grammy de 2019, la rubia no podía encontrar un diseñador que le diera un vestido y eso que es ¡talla 8! “Mi equipo acudió a muchas firmas y la mayoría no quiso vestirme porque soy ‘muy grande’ “, dijo vía Twitter.
Como resultado de su queja, muchos creadores la contactaron y entonces posteó: “Pues ¿qué creen? ¡Mi trasero talla 8 sí irá a los Grammy!”.
Khloé Kardashian
¿Otra Kardashian? Seguramente esto parece impensable actualmente, pero antes de que Khloé tuviera la figura que hoy tiene, no le era tan sencillo encontrar quien quisiera vestirla.
“Definitivamente siento que después de que bajé de peso, la industria de la moda y la gente en general me ve de otra manera” dijo a la revista “Harper’s Bazaar”, después de que bajó 17 kilos.
“Ni siquiera en los editoriales de moda tenía de dónde escoger, yo representaba mucho trabajo para los estilistas o no podían conseguir nada de mi talla, y la verdad es que ¡ni siquiera estaba gorda!”, dijo en la entrevista con la revista.
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Gabourey Sidibe
Nominada para el Óscar como mejor actriz en 2010, Gabourey Sidibe reconoció que había sido un problema encontrar vestidos para la alfombra roja, pero que el no ser de la talla de las muestras también tiene sus ventajas.
“En realidad no lo sufro mucho porque me da más libertad” dijo a “Harper’s Bazaar”, “no me siento a ver una revista y digo ‘éste quiero’ porque sé que no es una opción”.
Desde entonces Gabourey ha bajado considerablemente de peso puesa se operó el estómago debido a una amenaza de diabetes, pero al respecto, comenta: “Me molesta la gente que me felicita por mi nuevo peso, si vas a felicitarme por eso, entonces tendrías que hacerlo cada vez que voy al baño” #lección.