Tenemos puntos de vista, muchas veces contradictorios con respecto a nuestros cuerpos. Por un lado hemos recibido mensajes en los que se anula ya que se considera sucio o pecaminoso y, por otro, en estos días existe un culto al cuerpo en el que se le da una importancia, a veces exagerada y desmedida.
Lo cierto es que considero que ninguna de esas dos opciones le da su justo valor al cuerpo. Muchas veces nos identificamos con él como si nosotros fuéramos nuestro cuerpo y no es así. Somos seres infinitos y tenemos un cuerpo. Y éste tiene un nivel de conciencia también y está para apoyarnos en lograr lo que deseamos. Lo que sucede es que normalmente lo relegamos.
El cuerpo guarda y a veces acumula muchos sentimientos y emociones que se quedan atorados y nos manda señales constantemente. Por ejemplo, se te puede poner la carne de gallina cuando algo te hace feliz o se contractura cuando algo no está bien. Es maravilloso poder tener una buena comunicación y aprender a ver la manera en la que te manda mensajes. Llevo algunos años trabajando como practicante de terapias de imposición de manos sobre el cuerpo y en mi experiencia te puedo decir que es impresionante la manera en la que responden.
Aunque no estemos acostumbrados, te puedo decir que muchos de los problemas que manifiestas en tu vida podrías resolverlos o aminorarlos con este tipo de terapias corporales, en las que no tienes que hablar. Incluso puedes relajarte tanto que hasta te duermes. Cuando dejas la mente a un lado, permites que tu cuerpo libere y sane mucho de lo que te tiene atascado. Otras veces he visto que este tipo de sesiones como complemento de terapias psicológicas hace que los consultantes avancen mucho más rápido.
Tu cuerpo realmente quiere hacer equipo contigo para crear la vida que deseas. Es algo así como que quieres poner un negocio y hay un socio capitalista dispuesto a invertir en él. Tu cuerpo tiene regalos para ti. ¿Estarías dispuest@ a recibirlos y a dejarte sorprender?