The Bright Side| 08/03/2018 |11:05 |The Bright Side | Actualizada
08/03/2018 11:05

Hemos vivido muchos, muchos años comprando mentiras de esta realidad… Tanto, que a veces hasta creemos que son verdades. Una de ellas es la de anteponer todo antes que a nosotr@s mismos: llámese hijos, pareja, trabajo, familia, en aras de ser buenas personas. Es muy valorado el tema de ponerse la capa de superhéroes, aunque podamos morir en el intento. El siquiera pensar en hacer algo distinto es tomado como la peor de las maldades y egoísmo.

¿Te has dado cuenta cómo al hacer esto, esa crueldad las estás haciendo precisamente contigo? Así que en la práctica, por decir la verdad a los demás nos mentimos a nosotros mismos. Y lo hacemos por miedo, ya que el miedo es uno de los implantes distractores que nos limitan a tener una vida con gozo y felicidad. Miedo a nos ser amados, aceptados, reconocidos. ¿Cuánto estás dispuest@ a ser tú la fuente de todo lo que esperas que venga de fuera?

Recuerdo hace algunos años que fui despedida injustamente de un trabajo y digo injustamente porque entiendo que ya estábamos hartos tanto ellos como yo y lo mejor en ese momento era terminar la relación laboral. Sin embargo, no me querían liquidar. De momento, el mundo se me vino abajo ¡qué vergüenza! Con todo y todo me animé a asesorarme legalmente y resultó que no existía ningún motivo para que no me pagaran lo que me correspondía por las ventas que había dejado cerradas, además de la compensación económica por el despido. Lo primero que hice fue tratar de negociar el pago, sin obtener respuesta alguna. Así que decidí interponer una demanda.

Muchas personas me aconsejaron que no lo hiciera, ya que había empresas que no me contratarían si se enteraban de  lo que había hecho. Esto, fuera de paralizarme, me empujó a hacerlo. Mi respuesta fue “Si hay alguna empresa que no me contrate por esto, más bien soy yo la que no quiero trabajar para ellos”. ¿Cuántas veces nos dejamos amedrentar y nos faltamos a nosotros mismos? Que si eres divorciad@, que si estás en una situación económica complicada y alguien se quiere aprovechar… Curiosamente años después me buscó  el esposo de la persona que me había corrido para trabajar con él. Lo que son las cosas.

Mi invitación  es que tengas dentro de tus mandamientos uno más y hasta arriba: “Te honrarás”. Esta columna la dedico a todas las mujeres en este Día Internacional de la Mujer, aunque en realidad aplica para todas las personas sin importar a qué género pertenezcan, ya que como personas somos iguales.