The Bright Side| 09/11/2017 |09:29 |The Bright Side | Actualizada
09/11/2017 09:29

Sabías que tenemos conocimiento de todo el universo y que podemos acceder a él a través de nuestro cuerpo? Esto es porque estamos hechos de lo mismo: átomos: protones, neutrones y electrones. Nos han enseñado que solamente la información que recibimos por medio de nuestros sentidos y que procesamos con nuestra mente es lo real y verdadero. Si fuera así entonces ¿cómo es que de repente por más que la cabeza te diga que sí, a veces “sientes” que eso no es lo mejor para ti? Te lo voy a poner más sencillo: puedes conectar tu teléfono celular a la bocina a través de un cable y de esta manera comprendes que se están “comunicando” porque físicamente hay algo que los une.

Pero ¿qué tal cuando lo haces a través de wifi? Ahí no puedes ver nada y sin embargo escuchas tu música… De la misma manera en la que conectas estos dos aparatos, es como nuestro cuerpo puede acceder también a información. En muchas técnicas de sanación energética utilizamos esta manera de comunicarnos con los consultantes. Así podemos acceder a información para poder trabajar con ellos.

Por ejemplo, en un método que  se utiliza esto, es en el de tratamiento de alergias. Algo te está causando un daño y tú no “sabes” qué es. El facilitador dice una lista de probables alergenos y en un momento tu cuerpo puede tensarse al escuchar el nombre de alguno. Aunque tú no lo conozcas, tu cuerpo sí e indica que “eso” es lo que le está causando el problema. Una vez identificada la alergia, se puede proceder al tratamiento. Hay una forma que me parece muy fácil y divertida para poder comunicarte con tu cuerpo: la del péndulo. Te paras y te quedas ligerit@, sin resistencia. Y dices “me llamo (tu nombre completo)”. Verás que tu cuerpo se moverá hacia enfrente o hacia atrás (por lo general se va hacia enfrente).

Esto es que reconoció la información y sabe que es un “sí”. Tú le dices “muy bien”. Ahora dices “me llamo Benito Bodoque”  e  irá  hacia atrás. Eso es un “no”. (Otra vez le dices “muy bien”). Así de fácil. ¡Acabas de establecer una nueva forma de comunicación con tu cuerpo! Y puedes utilizarla para muchas cosas. Empieza probando con lo que vas a comer. Pregúntale “Cuerpo, ¿quieres cereal?” y observa qué te dice. Tal vez en ese momento lo que requiere es calcio, por lo que es posible que cuando menciones un alimento que lo contenga, la respuesta será un sí.

Practícalo y verás que tu cuerpo podrá guiarte hacia las opciones que sean más beneficiosas. Ahora, hazle caso y no le metas mente. ¡Tu cuerpo suele ser más sabio que tú!