La semana pasada se celebró en Estados Unidos el Día de Acción de Gracias. Me encanta que cada vez, la intención de la gratitud se expande hacia otros países, que aunque no compartamos la historia original, compartimos ese deseo de estar en agradecimiento por todo lo que hay en nuestras vidas.
Hace cinco años inicié mi carrera como columnista en Clase. Hoy escribo mi texto número 242. Estas son 242 semanas en las que me has acompañado a través de mi desarrollo personal, de mi curiosidad por encontrar alternativas para dejar al mundo mejor de lo que lo encontré. Han sido cinco años de muchos cambios, de mucho reconocimiento, en el que me he divertido mucho.
Durante las últimas semanas he reconocido que esta etapa aquí ha llegado a su fin y quiero agradecer a todas las personas que han contribuido a cumplir mis sueño de escribir de manera formal que tomó alrededor de 20 años en hacerse realidad gracias a la invitación de Diana Penagos y Eugenia Correa a participar en este gran proyecto llamado Clase.
Agradezco también a todas las editoras, coeditoras, al equipo completo de la revista y al Diario El Universal por haber sido parte de esta creación.
Y por supuesto te agradezco a ti, que seguiste todas las semanas lo que tenía que contar, lo que quería expresar como una forma de contribución para tu vida.
Confieso que hubo ocasiones en las que era tanto lo que tenía que decir, que tuve que dividir los textos en distintas partes y otras en las que me sentí en blanco, sin saber cómo expresar aquello que quería contarte.
Ahora que echo un vistazo a todo lo escrito, me doy cuenta de que el proceso ha sido muy interesante, que mi búsqueda se ha ido por muchos rincones y con eso me doy cuenta de todo lo que he creado en este tiempo.
Me agradezco también a mí por mi incesante búsqueda de posibilidades, por mi tenacidad y por seguir mi saber aunque a veces no ha sido cómodo el camino.
Gracias también a todas las personas quienes voluntaria o involuntariamente me han dado información para desarrollar en mis textos y que han contribuido también a reconocer la unicidad que somos.
Y mi invitación es a que la gratitud sea parte de tu vivir, en cada instante del día, en cada situación. Cada “problema” trae consigo infinitas posibilidades, que si estamos dispuestos a descubrir, nos llevarán a crear más consciencia en el planeta.
“Si hoy amanecieras solamente con lo que agradeciste ayer ¿con qué te quedarías?” Anónimo.