Más Información
Estamos a unos días de que termine 2015. Para algunos pudo ser un gran año y para otros uno difícil. Lo cierto es que en todos los casos estamos cerrando una etapa y con todo y todo hay mucho que agradecer, empezando por el hecho de estar vivos.
Inicia un nuevo ciclo que nos depara muchas oportunidades y, si somos conscientes de la importancia que tienen nuestras decisiones, seguramente podremos tomar lo mejor de todo lo que se nos presente en el camino. Personalmente me gusta mucho cerrar ciclos, dejar atrás lo que ya pasó con su aprendizaje y prepararme para lo nuevo. Por eso quiero compartir contigo un ritual que hago en mi cumpleaños, que me enseñó un gran amigo, y que muy bien puede aplicarse para dar la bienvenida al 2016.
Seguramente ya estás preparando la fiesta de Año Nuevo, pero te sugiero que te des un momento especial para ti. Te tomará probablemente media hora. Enciende una vela azul índigo (porque el 31 será jueves) o blanca. Lo importante es la intención. Pon a tu alrededor todo lo que para ti sea importante, como símbolos, fotos, música, incienso, usa tu creatividad. Es un momento tuyo, haz lo que te siente bien.
Divide una hoja de papel en tres columnas: en la primera haz una lista de todo lo que agradeces este año, las personas que te apoyaron y el aprendizaje recibido e inicia con “Doy gracias por”. La segunda columna será para que anotes todo lo que quieres retirar, cancelar y renunciar de tu vida: emociones, sentimientos negativos, creencias, hábitos, recuerdos. Empieza con la frase: “Retiro, cancelo y renuncio a”. Esta columna la recortas y la rompes o la quemas una vez que hayas terminado con este paso. La tercera columna comenzará así: “Gracias (a quien tú quieras: Dios, vida, universo) porque me han otorgado” y escribes todo lo que ya es tuyo por derecho divino, pero que se manifestará tangiblemente en el momento más adecuado para ti. Lo escribes en presente, como que ya lo estás viviendo. Date tiempo para sentir la emoción que esto te genera ya estás ahí y te permites recibir todo esto, siempre dando gracias.
Finalmente le das la bienvenida a todo lo que te has permitido recibir y agradeces diciendo “que esto sea en mi mayor beneficio y el de todos los que me rodean”. Y te agradeces a ti por darte este espacio de reflexión.
Deseo de todo corazón que esta Navidad y el próximo año estén llenos de bendiciones.