The Bright Side| 16/12/2015 |19:18 |The Bright Side | Actualizada
21/06/2016 19:39

En cualquier tipo de relación, cuando existe una diferencia de opiniones, un pleito o una discusión, por lo general se da una lucha entre los involucrados por ver quién tiene la razón.

Cada una de estas situaciones nos da una oportunidad de crecimiento personal que hay que aprovechar. Suelen darse dos opciones: o yo estoy bien y el otro está mal o yo tengo la culpa de todo.

Ninguna de las dos es conveniente. Sabemos que siempre hay dos historias: la del punto de vista de cada quien. Y es cierto que es muy poco probable que alguien esté totalmente correcto en su postura.

Por un lado, culpar al otro significa dejar de responsabilizarnos por nuestra parte. Y por el otro, cargar con toda la responsabilidad es quitarle al otro la posibilidad de crecer.

Lo cierto es que en ambos casos la que siempre pierde es la relación.

Ojalá existiera una medida en la que pudiéramos medir el porcentaje de carga de cada uno de los integrantes, porque la responsabilidad compartida no significa que cada uno asuma el 50 por ciento de ella. Hay veces en que efectivamente uno tiene más que el otro.

Lo más recomendable es que cada quien asuma el cien por ciento de la parte que le toca. Si te encuentras en una circunstancia en la que tú contribuiste un 10 por ciento en el pleito, hazte 100 por ciento responsable de esa parte y deja al otro que se responsabilice de la suya.

Esta es la clave para crecer como seres humanos y sobre todo hacer que nuestras relaciones sean más sólidas y duraderas.

En soledad todo parece ser más sencillo, porque no hay que preguntar a nadie, pero si realmente queremos enriquecernos, es a través de las relaciones interpersonales como lo lograremos de una manera más amorosa.

Después de todo, recuerda que cada una de ellas representa un espejo de lo que es importante trabajar en uno mismo.