The Bright Side| 22/06/2017 |09:04 |The Bright Side | Actualizada
22/06/2017 09:05

“Sé selectivo en tus batallas. A veces tener paz es mejor que tener la razón”, Anónimo

Una de las situaciones que más afectan en una relación es la lucha por el poder. Ésta se da porque se tiene la ilusión de que el poder personal fue entregado al otro, olvidando que nuestro propio poder no puede ser afectado por alguien más. De esta manera, no habría necesidad de recuperarlo.

Se trata de una dinámica desequilibrada en la que los involucrados tratan de limitar las acciones y decisiones del otro. El que logra salirse con la suya siente que gana y el otro se queda con la sensación de que pierde. Entonces acaba haciendo lo que el otro quiere, guarda su enojo y dolor y se lo cobra a la primera oportunidad que puede.

Esta lucha crece volviéndose más cruda. Con el tiempo cada miembro se aísla para evitar el dolor de no poder tener la razón, ser el que elige y decide.

Otra forma de lucha es cuando la valía de uno depende de la devaluación del otro: “Si tú estás mal, yo estoy bien” y viceversa.

En las relaciones de pareja es muy común que nos sintamos necesitados y que entreguemos nuestro poder creyendo que de esta manera él/ella nos dé esto que no tenemos. La realidad es que estas carencias vienen de relaciones anteriores o de nuestra infancia, por lo que nada de lo que el otro haga podrá hacernos sentir satisfechos. En estos casos es importante identificar qué nos hace falta y responsabilizarnos en dárnoslo y dejar que el otro haga su parte.

En todos estos casos no hay ganadores, la única que pierde es la relación.

Lo que hay que entender es que al sentirnos poderosos, podemos escuchar al otro sin necesidad de sentirnos vulnerables. Que está bien tomar decisiones distintas y pensar de manera individual.

Si en algún momento cedemos, seguimos siendo valiosos. Y una relación se nutre cuando nos sentimos respetados y protegidos por el otro. Sin importar lo que elijamos.

Al sentirnos seguros, podemos dar y recibir en equilibrio y desarrollarnos en relaciones en las que todos ganamos. La paz y la tranquilidad serán nuestro trofeo.