“Si los líderes están convencidos de que las personas son importantes, ya está ganada la mitad del partido. La convicción y el cariño por lo que tú haces, lleva a cumplir el resto”, Rodrigo Rojas, gerente de la felicidad de BME
Cada día son más las empresas convencidas de que el capital humano es un recurso fundamental para la organización. Para muchas de ellas ha quedado atrás la idea de que lo más importante radica únicamente en generar mayores ingresos y bajar gastos. Y es lógico, si un empleado pasa alrededor del 70% de su vida trabajando, entre más feliz se sienta, tendrá un mayor rendimiento. Al ser seres integrales, difícilmente podremos dividir nuestra vida personal de la laboral. Cuando una de las dos no está bien, afecta directamente a la otra.
Hay estudios que indican que entre más contentos se sientan los trabajadores, mayor será la productividad. Se menciona hasta un 12%. Y no estoy hablando de que te fascine lo que haces solamente, sino que te sientas cómodo con el ambiente y que “te pongas la camiseta”.
Algunos líderes creen que las prestaciones, buenos sueldos y la fuerza de la marca que se representa son suficientes para generar lealtad, pero no todo se reduce a dinero. Más allá de hacer las fiestas navideñas y dar algunos días festivos adicionales, los colaboradores necesitan sentirse considerados como seres humanos, no como máquinas de hacer dinero.
En México es muy común que seamos adictos al trabajo. Al parecer, entre más horas permanezcas en la oficina tu desempeño es mejor (y no siempre te pagan las horas extras). Y solicitar permisos para algún tema personal cuesta mucho. A diferencia de otros países como Noruega, en la que es obligación salir a las cuatro de la tarde, tiempo que los padres y madres de familia pueden aprovechar para estar con sus hijos, por ejemplo.
La capacitación es importante, sin embargo muchas veces se da en horarios fuera de oficina, entonces no conforme con trabajar como mínimo ocho horas diarias, a veces los empleados tienen que trasladarse a otros sitios en las noches o en fines de semana para ser “los mejores” gerentes, vendedores, o lo que sea.
¿Y el tema de crecimiento personal en dónde queda? He tenido la fortuna de colaborar con organizaciones que están seguros de que al darles a sus trabajadores una capacitación en temas de interés general y en horario laboral, están dando bases para que cada persona se sienta importante y tomada en cuenta y como resultado su desempeño será mucho mejor.
Y esta es una tarea que debe iniciar desde los directivos y permearse hacia todas las áreas. Difícilmente se podrán ver cambios sustanciales a menos que se entienda esto como un esfuerzo en equipo en donde todos tienen que estar involucrados.