The Bright Side| 02/03/2017 |13:28 |The Bright Side | Actualizada
02/03/2017 13:28

“Vivir plenamente felices está íntimamente ligado con nuestra realidad. Aceptarla significa tomar la corriente del río de la vida y estar en paz simboliza que tomamos el timón y fluimos en las mejores corrientes que ya existen para nosotros”, César S. Fuentes

Hace unos días tomé uno de los mejores cursos que he estudiado en mi vida: “Redescubriendo tu plenitud”, de César S. Fuentes. Ofrece herramientas muy profundas para lograr una verdadera transformación en aspectos de la vida cotidiana. Y esto lo hace a través de la liberación de patrones inconscientes. En esta ocasión tocaré uno de los que más me gustó. La realidad es todo lo que nos rodea y que conocemos a través de nuestros sentidos y donde manifestamos lo que somos. Y hay dos elementos indispensables para darnos cuenta la manera en la que percibimos nuestra realidad:
1.     Nuestro nombre: Independientemente de la razón por la que nos hayan llamado así, la forma en la que nos identificamos con su significado nos da poder, sin importar cuántas personas se llamen así. Muchas veces no estamos conectados con las cualidades de él y usamos apodos, diminutivos o simplemente suprimimos alguna de las partes, como en el caso de los nombres compuestos. Te invito a que busques lo que tu nombre completo (sin apellidos) significa y que uses estos elementos a tu favor como una manera de anclarte en la realidad . Te aseguro que te sorprenderás.

2. El tiempo: Éste es relativo con respecto a cada uno de nosotros. César habla del tiempo reloj: aquí es cuando vives desfasado del tiempo presente, como si le “huyeras”, esto puedes manifestarlo llegando antes o después a algún lugar, saturándote de actividades, siendo rígido con tu agenda, por ejemplo. Otro es el tiempo estacional, que se refiere a nuestra capacidad para adaptarnos al clima: tienes calor cuando hace frío o viceversa. O sueñas con ir a la montaña y te la pasas dentro de la calefacción, por ejemplo. Y finalmente la percepción que tenemos del tiempo, esta es muy personal, cuando sientes que ya eres demasiado joven o viej@ para realizar cierta actividad. También se refiere a esa sensación de querer adelantar, retrasar o detener el tiempo: los niños que quieren ser adultos, los adultos que quieren ser jóvenes. Aquí entran las “obsesiones” por la eterna juventud e incluso hay personas que se someten constantemente a cirugías en un intento de negar su realidad.

Muchas veces estamos conectados únicamente con la parte negativa de nuestra realidad o por el contrario, queremos ver todo color de rosa. Sin embargo la realidad es la que es, con ambos matices y en la medida en la que aceptamos nuestro cuerpo, nuestra edad, nuestras circunstancias y nuestros propios cambios, dejaremos de vivir de ilusiones imposibles y expectativas irrealizables y podremos fluir de una manera más fácil y reconocer todo nuestro potencial que ya está ahí, solamente hay que descubrirlo.