Más Información
“El verdadero viaje del descubrimiento no consiste en ver nuevos paisajes, sino en tener ojos nuevos”,
Marcel Proust
Estamos acostumbrados a encontrar el “pero” a las cosas, a las circunstancias, a las personas y a nosotros mismos. Nos es más fácil detectar lo que no nos gusta y lo hacemos de manera automática. Y está en nuestras manos cambiar un momento de desesperación en uno de gozo y diversión. Muchas veces sentimos que queremos salir corriendo porque nuestros pensamientos negativos acerca de algo son recurrentes y llegamos a la conclusión de que lo mejor está en otro lugar.
Pensar de esta manera nos sitúa en la carencia, si solamente le vemos lo que está mal, estrechamos nuestras posibilidades y nos perdemos en situaciones y cualidades negativas de los demás.
Y es cierto, cuando buscamos lo que está mal, seguramente lo encontraremos.
Es importante que detectemos antes de tomar una decisión drástica, si ya agotamos todas las posibilidades antes de cerrar ese ciclo, si lo hacemos sin un análisis previo, muchas veces podríamos arrepentirnos por haber dejado atrás algo o a alguien que nos hacía realmente felices. Por eso, te sugiero que te des la oportunidad de agradecer lo que tienes hoy, que realmente hagas un trabajo de aprecio y mires las cosas tal y como son. Y que trates de imaginar lo diferente que sería tu vida sin esto. Con frecuencia pasamos por alto lo bueno porque lo damos por un hecho.
Se trata de una labor profunda de análisis y de conexión contigo mism@. En los talleres de toma de decisiones que imparto, muchas veces las personas llegan con una idea de que lo que necesitan es un cambio drástico y conforme van ahondando en su circunstancia, muchas veces se dan cuenta que están en el lugar correcto y que solamente hay que ajustar algunas tuercas para llegar a lo que desean sin tener que dar un giro extremo en sus vidas. Ahora que, si después de este análisis de lo que hay, todavía sientes que el cambio es inminente, adelante, vas por buen camino porque ya lo haces con una conciencia más profunda. Mi consejo es que para cerrar un ciclo, lo mejor es apreciar lo que hay, hacer una lista de agradecimientos y bendiciones que te coloque en la abundancia. Si lo practicas con frecuencia, seguramente evitarás llegar a un punto en el que creas que la única salida es huir. Ver la vida con nuevos ojos te permitirá renovarte, reconciliarte y ampliarás tu panorama a posibilidades que tal vez no sabías que ya estaban ahí.